Capriles ataviado de Nazareno

Con precipitación sumisa: el candidato de la oposición, Capriles Radonski, después de su regreso del encierro incógnito colombiano de días y con particular atención e interés por recomendación precisa de sus asesores extranjeros se involucrará de lleno en el goce de la Semana Mayor, de la que tratará de sacarle el mayor provecho posible que reinicie su liderazgo en la dirección: Vía al poder con la captación de algunos votantes que se sumen a su pretensión engañosa de vestirse de Nazareno burgués tras de los pobres con pobres intenciones.

El plan que se realizará al pie de la letra: comenzará desde el miércoles santo hasta el viernes santo y entre sus connotaciones inmediatas se previó con gran paciencia y utilidad de causa que, será el obispo Baltazar Porras el que inicie el ritual de despegue del candidato en la conmemoración anual cristiana de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret que, con tremenda habilidad le lavará los pies con agua de turquesa lavanda que limpie los encomios que han entrado por la planta de los pies que hagan posible habilitar más habilidad de movimiento cuando tenga que correr en auxilio a su terquedad de involucrarse en situaciones engorrosas en que callos y juanetes se comprimen sin sentido y Baltazar Porras como ducho en esos menesteres entre humanos, tratará de detener la plusvalía insípida que le corrompe a aquél sus días de altanero sagaz.

Una vez finalizada la primera sesión, le corresponderá al también obispo, Roberto Lukert, con su plañidera de gracioso incorregible: Activar un buen masaje de cabeza que descontamine el jueves santo: los vericuetos cerebrales que ofuscan a Capriles Radonski desde su niñez y lo haga entrar en el marco de lo lógico en serie que, una vez compensado y direccionado sea capaz de agarrar el toro por los cachos y ver a los demás con ojos de piedad y no de maldad y Lukert se encargará de internarlo con lozanía en los avatares de la concentración, dándole fuelle como amado caballero de una novela rosa que se reflejará en el espejo de la diversidad que no oculta imágenes negativas y por sus neuronas pasará el poder en tercera dimensión que le exciten los sentimientos ocultos de santería intrépida y con devoción prontuaria saldrá ofuscado de inocencia con un apetito infernal de intervenir embajadas de otros regímenes y en lo adelante se reirá con ojos de presurosa astucia que se encajarán en su futuro inmediato en espera de otra oportunidad que borre el pasado que le pesa una eternidad.

Y al fin llegará el día más esperado como será el viernes santo, en que otras manos más poderosas harán su trabajo de implosión en que la investidura y el buen tino del cardenal Urosa Savino dejarán al descubierto su gran amor por ordenar y descontagiar almas casi perdidas en el infinito del lamento sin proyección política y éste santo de la dulzura en pijamas se ocupará de hacer lo que el destino a veces olvida y que él con santurrona dedicación velará por conseguir los principios que se esfumaron de Capriles Radonski desde que entró en el antro de la política descabellada y por caprichoso desleal mordió el fruto de sus enfurecidas razones que lo tienen contra la pared, pero como no hay mal que dure mil años ni quien los viva y como más sabe el diablo por viejo, será dentro de su burocracia santuario que pedirá por la liberación pecaminosa de un líder en malas circunstancias en que todavía se pueda enderezar el camino de la igualdad que la burguesía apátrida ha torcido de muchas maneras, dejando un rito contagioso de deshumanización que ha enturbiado las aguas que corren en las tuberías del alma y el candidato en cuestión está taponado de egoísmos que rellenos de incontables mentiras lo tienen al borde de un precipicio que lo espera con prontitud el 7-O, a donde caerá sin salvación y el cardenal lo sabe sin equívocos, pero con la fusilería de sus oraciones en latín: espera darle un latido de esperanza que calme sus ansiedades de neoliberal y como castigo que rebase lo imposible de sanar se ha decidido como una forma de saldar precariedades en el entorno de PJ que, sus miembros se desplacen por toda Venezuela repartiendo botellitas de agua bendita con tapa azul que nada se pierde en esta Semana Santa, llevando paz embotellada a falta de pan y sabiduría y con ello el cardenal encubre las ingratitudes de su gente como buen burgués de la iglesia.


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Esteban Rojas


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