LA Hojilla y Einstein

No entiendo como unos revolucionarios antepongan arrecheras, celos, dolor, piel sensible, desavenencias o cualquier otra situación muy propia de toda relación humana, a la misión histórica que tienen que cumplir a favor de este proceso, único en el mundo; y que demanda que simples y vulgares humanos tengan una clara conciencia de ello.

Un contrarrevolucionario en una ocasión me dijo que el principal problema de las revoluciones son los propios revolucionarios, que llevan a la misma todos sus rollos emocionales y de repente por “quítame esta paja” son hasta capaces de atravesarse a lo arrecho; a diferencia del sistema capitalista, donde los dólares ponen a todos a caminar derechito y cero rollo.

COÑO, dense cuenta que ustedes no son marido y mujer “que no te quiero”, “que si me heriste en mis sentimientos”, “que yo no vivo más contigo”, “que si mi honor maltratado”, “que cada uno por su lado”, “que no te acepto esto”.

Entiendan que ustedes son un COMANDO REVOLUCIONARIO que con todas sus arrecheras, debilidades, tapujos y reviradas de ojos tienen que cumplir con su sagrada misión ante el soberano, que ya se los ha pedido de muchas formas y maneras. Tomen además en cuenta el mal ejemplo que esto trasmite a un pueblo que está ávido de orientación y modelaje, aparte de los sobrehumanos esfuerzos que ya hace nuestro gran líder.

Esto me recuerda lo que en una ocasión respondió Einstein cuando le preguntaron sobre las cosas infinitas; y él dijo que habían solo dos cosas infinitas: El Universo y la estupidez humana.




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