Como se tenía previsto, el 12-F se realizó el evento electoral para seleccionar a los candidatos de la oposición. Habíamos dicho que la pugnacidad interna de la MUD hacía imposible seleccionar a un candidato por el consenso de las élites partidistas.
La actividad, independientemente de sus particularidades, nos sirve para precisar cuatro elementos:
Dirimió la disputa del liderazgo opositor, es decir, Primero Justicia (PJ) se impuso ante AD; COPEI; UNT, y abrió la brecha para posicionar a un “nuevo liderazgo” desmarcándose de la vieja guardia de la IV República.
Hacerle creer al país, que es posible participar en unas elecciones internas, sin romper el espíritu de la unidad. Para ello, reconocer el resultado de los vecinos era fundamental, así como el apoyo incondicional al vencedor, acción que se cumplió el mismo día de los resultados.
Medir la capacidad de movilización de los partidos y motivación electoral. Al respecto, es pertinente señalar que los controles de verificación, fueron obviados por los representantes de la MUD, lo cual imposibilita la verificación de los resultados divulgados por la Comisión Electoral de la Mesa.
Legitimar un vocero de los postulados del sector opositor, es decir, Henrique Capriles será el candidato de la privatización salud y la educación; de las industrias del Estado como PDVSA, CANTV; del aumento de la gasolina, de los servicios y cesta básica. En definitiva será el responsable de limitar las Misiones, Madres del Barrio, Amor Mayor, Hijos de Venezuela y las Misiones Educativas etc.
Bajo este elemental análisis, la oposición se prepara para enfrentar a Hugo Chávez el 7-O. Valdría la pena preguntarse; ¿este proceso de selección permitió dirimir quién lideriza la oposición, o más bien incrementó la disputa? ¿El pueblo percibe que existe en la MUD un espíritu de unidad, o en cambio que es un acuerdo político para salir de Chávez? ¿Será la votación obtenida el techo de la oposición? ¿Será el pueblo capaz de renunciar a los logros en materia social? En cualquier caso, deberán sumar a la votación obtenida, por lo menos 4 millones de votos más, para alcanzar la última cifra lograda por el candidato Socialista.
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