La oposición puede llegar a 7, nosotros mínimo debemos llegar a 9

Una vez realizadas las elecciones primarias de la oposición y visto los resultados anunciados por los coordinadores de las primarias (asumiendo como verdaderas esas cifras), se puede decir lo siguiente:

1.- Sorprende la marcada diferencia de votos entre Capriles Radonsky y Pablo Pérez. Los votantes opositores optaron por la supuesta nueva generación, echaron a un lado el adequismo y peor aún para ellos, los simpatizantes de Acción Democrática pareciera que no votaron por Pablo Pérez. Queda la duda de si las bases adecas votarán el 7 de octubre por Capriles Radonsky.

2.- La ciudadanía opositora votó por una tendencia de derecha, desechando el más marcado populismo de Un Nuevo Tiempo y Acción Democrática, aunque también se pudiera decir, que la gente opositora pareciera que no le presta atención a la ideología de su candidato, sólo se convence ante discursos bien aprendidos y de supuesto progreso, sin recordar por ejemplo la participación de Radonsky en el Golpe de Estado de 2002, así como, todas las acciones elitistas y torpes políticamente hablando, en las que participado el partido (Primero Justicia) al que pertenece el ahora candidato de la oposición.

3.- Hay que estar claros que asumiendo como verdaderas las cifras de participación anunciadas ayer 12 de febrero, mucha gente opositora no participó, pero está dispuesta a votar el 7 de octubre por cualquier candidato que sea oponente de Hugo Chávez en las elecciones presidenciales. Con tal de salir de Chávez ellos votan por cualquiera, con esa convicción de que “primero salimos de él, después ya veremos”.

4.- En tal sentido, debemos considerar como uno de los escenarios posibles que la oposición alcance siete (7) millones de votos en las elecciones presidenciales, esto si se toma en cuenta el crecimiento lógico de los votos que alcanzaron en el 2006; el mayor Registro Electoral; los decepcionados por las fallas en la gestión del gobierno, como por ejemplo los servicios públicos; los nuevos votantes; la manipulación mediática que sigue haciendo daño y la subestimación de los resultados de las primarias, promovida por algunos voceros de los Medios Públicos, que quizás puede crear una sensación de confianza y de victoria ya lograda, lo cual sería peligroso para el proceso.

Es por ello, que más allá de analizar si manipularon las cifras o no, lo sucedido en las elecciones primarias de la oposición debe tomarse como un buen indicativo de que la batalla será dura el 7 de octubre, por lo que hay que impulsar las estrategias y acciones para lograrla, sin descuidar que hay que hacer correctivos a la gestión, la política comunicacional, los equipos supuestamente socialistas que están en muchas instituciones de la Administración Pública, entre otros aspectos. Como en el ámbito deportivo, nunca hay que subestimar al enemigo, más aún cuando cuenta con el apoyo del Departamento de Estado, la oligarquía venezolana, gran parte de la juventud venezolana, los medios de comunicación y de mecanismos de acción en las zonas populares donde poco a poco han ido adentrándose.


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Marco Materán


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