Querían acabar con PDVSA y el país

Recientemente un amigo me solicitó copia de una nota periodística que sobre
Luis Giusti escribí en mazo de 1998. Buscándola, me topé con otra, escrita
por ese personaje y publicada por El Nacional el 21 de febrero de aquel año.
Lo que Giusti escribió bien vale la pena que lo comentemos, porque no sólo
desnuda las intenciones que el expresidente de PDVSA tenía y sigue teniendo,
sino que pone en su justo lugar la famosa calificación de experto petrolero
que tan frecuentemente esgrime el tristemente célebre personaje.

Giusti escribió en ese artículo la siguiente perla: “La OPEP ha venido
manejando una estrategia no oficial que puede calificarse como mixta, aunque
una manera más apropiada de definirla sería “poco clara” … todos los países,
ejerciendo su derecho soberano han producido en exceso de sus cuotas, aunque
las cifras oficiales apunten lo contrario” Hay en esta afirmación la clara
intención de descalificar la OPEP, presentándola como una organización cuyas
decisiones nadie respeta y cuyas cifras oficiales no son mas que mentiras.
Giusti defiende la violación de cuotas y llega al extremo de calificarla
como derecho soberano de cada país miembro. Resulta evidente que la política
petrolera venezolana, que él dirigía, nos colocaba como quinta columna
dentro de la OPEP, pues sin pudor se maniobraba para lograr su desaparición,
promoviendo, con ello, una guerra de precios.

Un poco más adelante el “experto” afirma: “Venezuela ha venido adelantando
una estrategia de ampliación de su sector petrolero, que implica un aumento
gradual y sostenido de la producción…

Una pieza fundamental de esa estrategia es la apertura petrolera, la cual
refuerza la dirección de penetrar mercados con volúmenes crecientes. Esa
estrategia es en el fondo contradictoria con un sistema de cuotas”
Lo dicho, Giusti estaba decidido a no respetar el sistema de cuotas de la
OPEP y la apertura petrolera no era más que el vehículo para ello. Si el
Presidente de la petrolera estatal anunciaba públicamente su oposición al
sistema de cuotas y su intención de abarcar mercados, no podía esperarse que
el resto de países asociados se quedaran de brazos cruzados. Los resultados
todos los conocemos, no en balde vivimos una gran crisis al final de 1998 y
1999 como consecuencia del derrumbe de los precios.

En cuanto a la apertura petrolera, que el bien define como pieza fundamental
de su estrategia, hoy todo el país conoce como se lesionaron los intereses
nacionales con la firma de convenios operativos y asociaciones que otorgaron
groseros privilegios a empresas transnacionales. Se llegó al extremo de
renunciar a parte de la regalía que como dueño del recurso le correspondía
al país.

Pero allí no termina todo, vean esto: “En las últimas seis semanas, los
precios en el mercado internacional han registrado una fuerte caída. Al
igual que todo el mundo, Venezuela ha ajustado su estimación de precios para
el año, bajándola de 15,50 a 14 dólares por barril.

Ahora bien, se han venido observando docenas de opiniones por parte de
diferentes voceros de la vida nacional, que van desde sugerir que Venezuela
se ajuste a su cuota, hasta la barbaridad de que nuestro país debe pedir
perdón a la OPEP.

Si Venezuela decidiera ajustarse a la cuota, el precio de la cesta
venezolana tendría que aumentar a 18,50 dólares por barril para mantener el
nivel de ingresos, cosa absolutamente imposible.

Sería nefasto para Venezuela el ceder a presiones y reducir producción, ya
que además de la merma en los ingresos, habría deterioro de nuestra imagen
internacional, en especial en torno a la expansión petrolera y a la
apertura internacional, y por último se perdería la fortaleza que hoy
nuestro país tiene en el seno de la OPEP… hay que aguantar el vendaval y
bajo ningún concepto reducir la producción, y mucho menos con base a la
presunción de que es Venezuela y nadie más el culpable de la situación del
mercado”.

En mi pueblo dirían ¡que molleja de experto!

¿Realmente creía Giusti que los precios del petróleo no podían superar los
18 dólares por barril? Obviamente trataba de manipular a la opinión
pública, basado en su fama de experto.

Observe usted, amigo lector, como descaradamente Giusti asocia la reducción
de la producción con la merma en los ingresos y como intenta hacernos creer
que la imagen del país se vería lesionada si se reducía la producción. Como
si fuera poco, el hombre que inicia su artículo descalificando la OPEP y
promoviendo su desintegración; asocia, posteriormente, la fortaleza de
Venezuela en el seno de esa organización, con su posición de violar los
acuerdos de la misma… definitivamente grotesco.

Esta nota, desde mi humilde punto de vista, demuestra lo que ya he afirmado
en otras oportunidades: Giusti tenía la misión de acabar con la OPEP
mediante la descalificación y la promoción descarada de la violación de
cuotas; conseguir para el mercado norteamericano precios bajos del petróleo,
y vender PDVSA o parte de ella a transnacionales a fin de garantizar que
Venezuela nunca más reduciría la producción para defender los precios.
¿Qué les parece el experto patriota?



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Alexis Arellano


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