Educación, Educación, y luego instrucción

En mucha gente joven y también mayor existe la mentalidad de actuar con maldad sin que para ello se pueda esgrimir ninguna causa que lo justifique, sin embargo al explorar algunos casos se confirma que aquella gente está impulsada a portarse así por haber recibido en la niñez y adolescencia una mala educación y esa fisura permite aflore los malos instintos, la envidia, la falta de conciencia, el odio, la violencia, etc., por lo que en aquellas personas existen una absoluta inestabilidad mental y espiritual. Tratar de buscar en aquellas personas un cambio de su mal proceder, después de haber cumplido cierta edad, es muy exigente, complicado y prácticamente imposible de lograr. En cambio ello habría sido fácil de conseguir si cuando pequeños se les hubiera educado adecuadamente, ya que es en la niñez y adolescencia cuando se puede formar a un buen ciudadano. La educación es aquella que se enseña en los hogares y en los institutos educacionales durante los primeros años de vida del ser humano, ambas enseñanzas, hogar y escuela, complementada con la práctica cotidiana de los deportes, por cuanto éste durante muchas horas cada semana aparta a los niños y adolescentes de encontrarse en situaciones de riesgo social cuando personas perversas en las calles puedan abordarlos y persuadirlos para que cometan actos que se podrían calificar de delitos. De manera que la educación impartida en el hogar, la que se ofrece en las escuelas en sus primeros años, junto con la práctica cotidiana del deporte hacen formar en el niño una concepción moral bien cimentada y ella influirá en su vida durante el crecimiento y hasta en su adultez. Aquí en Venezuela teóricamente existe la buena educación del hogar y la escolar, pero se falla en la práctica cotidiana del deporte infantil y ello atribuible a diferentes causas de índole gubernamental. El deporte infantil es vital para tener en el futuro mayor número de buenos ciudadanos, por consiguiente, se debe establecer y aplicar nuevos parámetros en cuanto al deporte especializados en niños y adolescentes.

El pensamiento de nuestro Libertador Simón Bolívar expresado en el discurso del 15 de febrero de 1.819 ante el Congreso de Angostura, MORAL Y LUCES SON NUESTRAS PRIMERAS NECESIDADES, está sumamente claro. Hoy hay que reconocer que en este país en cuanto a las luces se ha adelantado una enormidad pues ahora existe un buen número de instituciones que instruyen en cuanto a lo técnico y profesional, en las artes y en el saber científico y filosófico, por consiguiente, la enseñanza en esas ramas del conocimiento hoy es masiva debido a que el actual gobierno solucionó el mal endémico que se sufría por la falta de cupos en los institutos de estudios superiores correspondientes. Todo ésto está muy bien, pero ahora fíjense como el Libertador antepuso a la palabra luces la palabra moral, ¿Podrá el lector creer que tal manera de pronunciarlo no fue pensada profundamente por el Libertador? No, no, hay que estar plenamente seguro que aquel asombroso ser estaba convencido de que sin moral no podía existir conocimiento alguno que llevara adelante la felicidad duradera a una familia; y aun menos a una sociedad entera. Un segundo pensamiento del Libertador nos permite observar en profundidad su frase anterior, cuando en carta dirigida al general Francisco Carabaño el 13 de Octubre de 1.828 le dice: EL TALENTO SIN PROBIDAD ES UN AZOTE. Aquí se nota claramente que el Libertador se refiere a que cuando una persona por muy talentosa que sea, por estar muy bien instruida y con un amplio conocimiento de alguna rama del saber, si no actúa conforme a los principios morales algunas de sus acciones pueden ocasionar mucho daño a una persona, o a un grupo de ellas. No, el daño que puede hacer una persona instruida, pero sin ninguna clase de escrúpulo puede llegar a afectar a toda una comunidad, a un estado, a un país y mucho más; por tal circunstancia el calificativo de azote que le da Bolívar a una persona deshonesta es inflexiblemente cierto.

Si nos circunscribirnos solo a Venezuela podemos decir sin temor a equivocación y con la mayor responsabilidad, que la enseñanza de los principios morales en nuestra patria no ha sido fundamental y más bien ellos han sido tomados y todavía se toman a la ligera; por lo que cada vez decae más. Es cierto que este gobierno no ha hecho un esfuerzo sólido en procurar que en los hogares e institutos de enseñanza para niños a ellos se les enseñe los conceptos de moralidad, ética y respeto para con sus compañeritos, hermanos, padres, demás familiares; y menos el que respeten a las demás personas que no forman parte de su entorno inmediato. Es menester que el gobierno nacional implemente una Misión de Educación dedicada a la moral y dirigida a los niños, para con ella incentivar a los padres a que transmitan con insistencia la enseñanza a sus niños sobre las normas de honestidad, respecto, buen trato familiar, cordialidad y afectos, etc., etc., encargándose el mismo gobierno de supervisar los institutos de primera enseñanza, y/o cualquier otro lugar en donde se encuentren reunidos los niños, de manera que cuando el individuo vaya entrando en la edad de adquirir los conocimientos prácticos y más adelante se prepare suficientemente él sienta la necesidad de anteponer lo moral a cualquier prebenda indigna, al estar desempeñando un trabajo técnico o profesional en los organismos del Estado, de empresas privadas, o durante el desarrollo de alguna otra actividad personal.

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José M. Ameliach N.


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