Después del triunfo en las elecciones regionales

El gobierno de Chávez insiste en negociar con la burguesía


Nuevamente el pueblo venezolano le ha propinado una derrota al imperialismo y a sus acólitos nacionales congregados en la tristemente célebre Coordinadora Democrática, la cual pasará a la historia política del país como un monumento a la incapacidad y al entreguismo. La victoria resonante del pasado 31 de octubre en las elecciones regionales es la zaga de consecutivos golpes propinados al golpismo, primero con la gigantesca movilización popular del 13 de abril que dio al traste con el golpe fascista de Carmona, Fedecámaras, la CTV y los medios de comunicación; posteriormente entre diciembre de 2002 y febrero de 2003 con la lucha encarnizada de los trabajadores petroleros y las comunidades contra el paro-sabotaje que pretendía estrangular nuestra economía golpeando a nuestra principal empresa; y luego, la contundente victoria lograda en el referendo revocatorio el pasado 15 de agosto, precisamente, en su propio terreno, el de las elecciones y la democracia burguesa, tal como se manifestó de nuevo el pasado domingo.

Ahora no hay excusas. Si no cumplen serán revocados

Reivindicamos el triunfo en la mayoría de las alcaldías y gobernaciones, sólo posible a la voluntad del pueblo y de los trabajadores venezolanos; más allá de que la mayoría de los elegidos llegaron allí gracias al “dedo presidencial”; no fueron escogidos democráticamente por la base, muchos han sido cuestionados por las comunidades, y no tienen un programa destinado a profundizar el proceso revolucionario.

Ahora no hay excusas. Los que se autodenominan “revolucionarios”; los que fueron ungidos como tales por el Presidente, deben probar que realmente lo son. Ya no se puede seguir postergando la profundización del proceso, la “revolución dentro de la revolución”, con el argumento de que debemos mantener la unidad para enfrentar al fascismo golpista y al imperialismo. Debemos continuar esta lucha, ya que estos factores seguirán conspirando contra los intereses populares, pero simultáneamente, debemos exigir que los nuevos alcaldes y gobernadores bolivarianos enfrenten la corrupción, el nepotismo y el burocratismo, y le den respuesta a las urgencias sociales y económicas de las comunidades y los trabajadores. De no cumplir con el mandato popular deberán enfrentar procesos revocatorios.

El diálogo y el entendimiento con los patronos es un arma de doble filo

El pueblo y los trabajadores venezolanos siguen acumulando victorias, y esto es fundamental para ganar confianza en función de seguir avanzando en la profundización del proceso revolucionario por el que atraviesa el país. Las victorias son para cobrarlas, y deben expresarse en mayores conquistas sociales, económicas y políticas. No hemos dado esta tenaz lucha durante varios años para quedarnos con las manos vacías.

Sin embargo, voces agoreras se dejan escuchar planteando el estribillo del diálogo y el entendimiento, ante el cual nos preguntamos ¿diálogo con quién? ¿con los trabajadores y el pueblo luchador que ha derrotado una y otra vez al imperialismo y a la burguesía venezolana? ¿O quizás sea con los empresarios que auparon golpes, güarimbas y paramilitares?. Tal como sucedió después del referendo, el gobierno, a través del propio Presidente y del Vicepresidente, insisten en convocar al diálogo a los mismos capitalistas que durante los últimos años han hecho toda clase de esfuerzos por derrocar al gobierno. A los mismos vendepatria que cerraron sus empresas durante el paro de 2002-2003. El gobierno y muchos alcaldes y gobernadores recién electos llaman a dialogar a los mismos patronos que echaron a la calle a miles de trabajadores después del fracasado paro, obligando a muchos a tomar las empresas, como es el caso de Cristine Carol, Constructora Nacional de Válvulas, y más recientemente, Venepal. El gobierno sigue poniendo la otra mejilla. No dice nada de castigar a los culpables de tantos delitos contra el pueblo, institucionalizando con ello la impunidad en el país. Por el contrario, le tiende la mano a unos sinvergüenzas que sólo quieren hacer buenos negocios, aprovechando que la economía terminará el año con un crecimiento cercano al 12%; mientras siguen organizándose y conspirando para dar un nuevo zarpazo cuando se recuperen de los golpes que el pueblo les ha propinado. El gobierno cree que si no se les molesta y se les “mete” en el juego económico, nos dejarán tranquilos, y aceptarán de buena gana las políticas gubernamentales, no entendiendo que esto sólo los recuperará de las heridas sufridas, les dará un respiro para organizarse mientras se llenan los bolsillos con la explotación de los trabajadores, y al menor descuido atacarán nuevamente al pueblo y al proceso revolucionario. Chávez no entiende, no quiere o no puede entender, que la burguesía y el imperialismo no dormirán tranquilos mientras este proceso revolucionario se mantenga y siga avanzando, y harán todo lo posible para liquidarlo, tal como sucedió en Chile y Nicaragua.

¿Qué beneficio puede traer al pueblo negociar con empresarios golpistas?

Desde el triunfo del NO el 15 de agosto, el gobierno viene avanzando en un peligroso entendimiento con importantes sectores de la burguesía. Esto se ha traducido en el otorgamiento de préstamos a bajísimo interés; exoneración y reducción del pago del IVA a los grandes contribuyentes, léase, grandes empresas; el reintegro de impuestos a los exportadores, y otras concesiones, que no se han traducido en un aumento del empleo ni de los salarios, por el contrario, a pesar de estos beneficios otorgados por el gobierno a los empresarios, en el marco de un crecimiento significativo de la economía, los patronos no quieren ceder ni un ápice en las discusiones contractuales con los trabajadores, lo cual ha colocado a varias empresas al borde de la huelga, como es el caso de Owens Illinois, y otras.

Ahora, después del triunfo popular del 31 de octubre, continúa el discursito gubernamental del diálogo y el entendimiento con los empresarios. Ya Chávez anunciaba el pasado domingo después de votar, que ha habido acercamientos y reuniones con Consecomercio, de donde proviene la inefable golpista Albis Muñoz; así como con Conindustria, dirigida por otro personaje involucrado en el golpe de abril de 2002, Lope Mendoza –Ultimas Noticias titulaba muy sugerentemente en primera página, a propósito de este encuentro: “Conindustria y el gobierno, panitas”. El Presidente también habló de conversaciones con la Iglesia Católica. ¿Qué se puede conversar con esta gente? ¿Qué beneficio puede traer al pueblo dialogar con estos golpistas que deberían estar presos por los delitos cometidos contra los trabajadores?

Un diálogo con el pueblo y los trabajadores para profundizar la Revolución

Que se entienda, no estamos en contra del diálogo y el entendimiento per se, depende de con quién sea. Esta loable actitud y disposición debe ser para profundizar el proceso revolucionario, para enfrentar los ingentes problemas sociales que padece nuestro pueblo. El diálogo que proponemos debe ser con las UBEs, con los abnegados patrulleros, con los Círculos Bolivarianos, con los medios comunitarios, con los comités de tierra, con los comités de salud, con los integrantes de las mesas de agua, con los lanceros e integrantes de las Misiones, con los sindicatos clasistas, con la UNT, con los trabajadores petroleros, en suma, debe ser con el pueblo que ha hecho posible la consigna de “No pasarán”. El entendimiento debe ser para resolver el problema del desempleo mediante la instrumentación de un Plan Nacional de Obras Públicas y Construcción de Viviendas, que al mismo tiempo le dé respuesta al dramático déficit habitacional que padecen los sectores más pobres de la población. El diálogo debe estar dirigido a resolver el grave problema del agua que sufren los habitantes de las comunidades, impulsando la participación a través de las mesas de agua y de las organizaciones populares. El entendimiento debe ser para lograr que los trabajadores petroleros firmen el mejor contrato de la historia, mientras avanzan en la concreción de la unidad sindical y se resuelven los innumerables problemas que se confrontan en las áreas, los cuales ponen en duda que PDVSA sea realmente del pueblo. El diálogo debe servir para profundizar las Misiones y para convertir en “bolivarianas” a todas las escuelas del país. También debe ser para que el gobierno estatice las empresas tomadas por los trabajadores, para que se les suministre materias primas, se le otorguen tarifas preferenciales de electricidad, y sean puestas a producir bajo la gestión y el control de sus trabajadores. En un discurso en Mérida la pasada semana, el presidente Chávez exhortó a los alcaldes y gobernadores que resultaran electos, a que pusieran a producir a dichas empresas. El diálogo y el entendimiento lo concebimos como una vía para lograr la creación de una sola empresa eléctrica nacional que funcione cogestionada por los trabajadores y el Estado. El entendimiento tiene que ser con los trabajadores y el pueblo en función de reestatizar las empresas privatizadas, como Sidor y Cantv, así como para luchar contra el ALCA, el Plan Colombia y el Plan Puebla-Panamá, y decirle NO al pago de la fraudulenta deuda externa.

Miguel Angel Hernández Arvelo
Profesor de la UCV
Dirigente de Opción de Izquierda Revolucionaria
oir_2001@yahoo.com


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Miguel Angel Hernández Arvelo

Profesor de Historia en la UCV y miembro del comité impulsor del Partido Revolución y Socialismo. Como marxista, Hernández aboga por el definitivo rompimiento con el capitalismo en Venezuela y por la construcción del socialismo.


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