¿Nos damos?

Al final de la Segunda Guerra la Iglesia quedó bien mal parada porque Hitler y Mussolini ascendieron a Pío XII a papa, quien por eso calló el Holocausto. ¿Qué pasó al terminar la Guerra? No hace falta fatigar archivos secretos, pues por sus obras los conoceréis: desde entonces la Iglesia ha cooperado en cuanta trastada el Imperio la ha metido, como el acoso y derribo de la Revolución Bolivariana. Y también los trogloditas sudamericanos, la ultraderecha centroamericana, con inmolación de religiosos de base, ¿verdad, Leopoldo Castillo? Y justificación de todo despotismo en Venezuela, incluyendo torturas y asesinatos.

La Iglesia tiene sobrados techos de vidrio: sus tropelías cuando tenía poder absoluto que era cuando hubiera sido bonito cuadrar con los débiles. Cruzadas para usurpar rutas comerciales; represión de la ciencia; legitimación criminal de todo rey, rico o tirano. Justificó la esclavitud en América y se opuso a nuestra Independencia argumentando que el terremoto de 1812 era castigo de Dios por rebelarnos contra el Imperio Español. Igual dijeron del Deslave de 1999.

Nicolás Aymerich, autor del Directorium inquisitorum, 'manual de inquisidores', clavaba la lengua de los blasfemos mientras les decía: “¿Por qué no te callas?”. Según ese manual, la Inquisición no debía oír a familiares y sirvientes del acusado, porque atestiguarían en favor de él. O de ella, que la mayoría eran mujeres. La Iglesia es misógina. Pero si la acusaban, entonces sí se les oía. Acusar era condenar. La reo era “relajada al brazo seglar”, o sea, entregada a un tribunal laico con el “ruego” de tener piedad por ella. Ah, pero si este tribunal no la quemaba amorosamente, viva, entonces era ese tribunal seglar el juzgado por el tribunal de excepción de la Inquisición. La Iglesia, pues, no quemó a nadie.

¿Hablamos del Banco Ambrosiano y de la Logia P2 de los que tanto sabía Rosalio Cardenal Castillo Lara?

La Iglesia ha acumulado, pues, una imagen atroz. Le convendría prudencia en esta cartilla contra el “comunismo” que el Imperio ordenó a sus loritos, ahora que ese mismo Imperio protestante la asedia por su esencia pederasta. Pero si quieren nos damos. Será otra pisada hacia su debilitamiento, iniciado en el siglo XVIII.

roberto.hernandez.montoya@gmail.com


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Roberto Hernández Montoya

Licenciado en Letras y presunto humorista. Actual presidente del CELARG y moderador del programa "Los Robertos" denominado "Comos Ustedes Pueden Ver" por sus moderadores, el cual se transmite por RNV y VTV.

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