En el pasado se hacía ¡chitooo…!

Desde el principio los opositores comenzaron su agosto con los contenedores de Pdval localizados en Puerto Cabello, contentivos de alimentos descompuestos. Excelente oportunidad para atacar no tanto al Gobierno nacional sino al presidente Hugo Rafael Chávez Frías, objetivo y obsesión de los detractores del proceso revolucionario.

Hablan de ineficacia, incapacidad y corrupción con asombro, como si eso fueran acciones nunca antes vistas en Venezuela. Como si en el pasado adeco-copeyano no hubiesen sucedido y quedado impune hechos de tal magnitud.

En la IV República se daban situaciones peores, solo que los intereses impedían que muchos de esos sucesos se difundieran en los medios de comunicación. Y si no se publicaban se desconocían y, obviamente, era como si no ocurrieran.

Ahora bien, ¿les recuerdo por qué se silenciaban sucesos de esa naturaleza?, se callaban porque generalmente estaban implicados altos jerarcas que poseían brazos fuertes dentro del Gobierno, y eso los hacía intocables.

Pero ahora hay un Presidente que da la cara. Que en lugar de esconderse ante la posibilidad de que haya conocidos involucrados como ocurría en la IV República, da el frente y él mismo exige investigar y ser implacable con los responsables.

La oposición tiene un rollo de la cabuya de hechos que no se ventilaban en la opinión pública por intereses particulares, pero eso no lo dicen. Enmudecen intencionalmente. Su propósito no es llegar a la médula del caso y subsanar el problema, sino contar con un argumento para atacar a Chávez. Esa es una verdad inocultable.

En el procedimiento de los contenedores de Puerto Cabello hay varios detenidos, en tanto la Fiscalía y los cuerpos policiales siguen profundizando en las investigaciones, a fin de llegar hasta las últimas consecuencias, pero los opositores se hacen los ciegos y los sordos. No admiten que funciona la justicia en Venezuela.

Tengan la certeza, mis amigos lectores, que si esos contenedores los encuentran en un Gobierno adeco o copeyano, se hubiese corrido el riesgo de que en lugar de haber personas detenidas, andarían como mínimo una docena de policías cambiados a otras partes del país o sin trabajo. Los castigaban por haberse metido con algún poderoso. Así era la vieja práctica. ¡Ya se les olvidó?, no creo.

Los enemigos del comandante piensan que el pueblo no recuerda esa forma de actuar de los gobernantes del pasado. Señores, eso es historia patria, de manera que pierden su tiempo utilizando a Pdval y a Mercal como punta de lanza para agredir al comandante que, por cierto, los mantiene de sobresalto en el estómago y un pie puesto en el baño.

Periodista
albemor60@hotmail.com


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Alberto Morán


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