¿Todos somos Polar?

Corría el año 2002. Nunca había habido tal desenfreno en los ataques por desestabilizar a un gobierno. Como se dice, la derecha se la jugó. Experimentó, puso a prueba, ensayó métodos de métodos; sin importar la nación y la salud y equilibrio emocional del pueblo. Una de las imágenes más utilizadas ha sido la de los anaqueles vacíos, y se ha llegado al extremo de decir que está preparada una libreta de racionamiento.

En los últimos 11 años, cada seis meses, los comerciantes e industriales y las cadenas de comercialización apelan al recurso del desabastecimiento que va en llave con el acaparamiento. Sueñan con esto porque ven a la par ejércitos, masas de consumidores, marchando hacia Miraflores para derrocar al Gobierno en reclamo de los productos de la cesta básica.

Estos primeros meses de 2010 la oposición los ha convertido en pesadillosos: inflación, dólar permuta, productos alimenticios y de limpieza del hogar desaparecidos. Los medios privados, en un aquelarre sin freno, lanzan todos los días más leña al fuego. Grandes titulares condimentan el festín, imágenes que refuerzan las matrices de opinión que se construyen a priori.

"Hay desabastecimiento porque el Gobierno nacional persigue a los productores, ataca la empresa privada y no facilita la entrega de divisas para las importaciones".

Quienes hacen de la conspiración su estrategia preferida, montaron el show cambiario con el dólar que se dispara y rebasa el control. Pareciera que todo es inocuo, que el dólar sube sin la intervención humana y que la responsabilidad está en el Gobierno por la manera en que ha conducido el mercado. Este golpe financiero ha sido develado por el Gobierno: la Asamblea aprobó la Ley de Ilícitos Cambiarios y han sido intervenidas casas de cambio y corretaje.

¡Oh sorpresa! En estos últimos días, los intocables de la Polar han sido vistillados por el Indepabis y la Guardia Nacional.

Depósitos y gandolas han sido supervisados en Caracas y en otras regiones y detenidos por quienes han demostrado que la leche, la harina Pan, la margarina, el aceite, la salsa de tomate, entre otros, no estaban en los depósito, para ser distribuidos a los automercados. Estaban, ¡viajando con Polar! para un destino incierto.

Periodista / Prof. universitaria


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Asalia Venegas


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