Satán se viste de odios

La voz del presidente colombiano Álvaro Uribe, está muerta, solo es una lengua de fuego y en su voz salen las llamas para demostrar claramente que está dispuesto a quemarlo todo, que no hay esperanza, él solo busca el choque de su violencia institucionalizada, la provoca y le dice al mundo que todo es mentira. Así se descubre verdaderamente como es, un asesino y un asesino nunca tendrá voluntad política, ni mucho menos el sentimiento para la paz de su pueblo. Uribe es un falso exorcista tenebroso que se traga la voluntad protestando la paz porque por encima de todo mantiene el espíritu de la venganza, lo que lo hace ante el mundo el bárbaro mas allá de la frontera que no vive sino para su guerra.

Constantemente viene reiterando después de la reunión de Hato grande, que él no está dispuesto a abrir caminos para avanzar al acuerdo humanitario que pueda permitir el regreso a las victimas de una y otra parte, al contrario afirma que esto lo hará por la vía militar y que si la FARC desea negociar, que lo haga también por este escabroso camino.

Nos preguntamos entonces: ¿Cuáles son los papeles de los llamados “altos comisionados de la paz” y qué busca integrando al presidente venezolano en estas diligencias, cuado él mismo anuncia al mundo su indisposición y torpedea todas las gestiones de los facilitadores, en especial como hemos visto la de Lozano y Leiva, hostilizadas por seguimientos de los organismos de inteligencia y provocada directamente contra ellos?

Esto procederes muestran claramente que se trata una vez mas de una jugada sucia politiquera, donde la esperanza de los que creemos en las posibilidades de lograr acuerdos de paz y humanidad, se conviertan solo en sueños de un pueblo despierto. Este Satán jura que ha hecho todos los esfuerzos posibles para avanzar lo acordado y lograr por lo menos las conversaciones del acuerdo humanitario, pero por otra parte, pone los obstáculos que bien sabe no van a permitir ni siquiera la intención de encontrarse. Este es el nuevo Santander, que se le inclinaba al libertador y le besaba las “bolas” y apenas volteaba la espalda le clavaba la daga de la traición por la espalda. Pregona que ha sido todo un calvario todo eso del canje humanitario a lo largo de su gobierno, pero nunca dice la cantidad de ocasiones en que el mismo las ha obstaculizado.

Discursos van y vienen, resalta el viraje de su gobierno, pero en días pasados declaro que consideraba que el acuerdo humanitario se podría realizar después que Colombia alcanzará la paz. ¿Qué tal?.

A este Satán se le “olvido” que esa tarea también se la había asignado al asesor de paz del Secretario General de la ONU, James Lemoyne, y como éste no aceptó sus pretensiones gubernamentales y las condiciones que presionaban solo a su favor y la condición de subalterno de Luís Carlos Restrepo, antes de cumplirse su segundo año de gobierno, le quito todo el respaldo, a la vez que desde la Casa de Nariño todos sus “jalabolas” “paramilitares” le sugirieron su cambio de inmediato. Debido a estas razones el Secretario General de la ONU decidió retirarse de tan digna tarea y se rompió lo poco que se había adelantado para el “supuesto” acuerdo humanitario y la paz de Colombia. En días pasados aseguró que no estaban dadas las condiciones de seguridad para que nuestro Presidente, Hugo Chávez, se pudiese reunir con los lideres del ejercito rebelde en las selvas colombianas, y por otra parte, se niega ante el mundo a reconocer que en su patria se vive una guerra y que la FARC es una banda de forajidos, lo que resulta una calumniosa y aleve señalamiento, pues el mundo entero, incluyendo a su amo el imperio, reconocen y hasta están dispuestos a negociar con este ejercito rebelde.

Este Satán, se olvida que siempre hace aparentar la demostración de su disposición y su voluntad para el acuerdo de paz y del acuerdo humanitario, pero por la otra parte ordena los operativos violentos de los militares para tratar un rescate que solo traen consecuencias como el asesinato que junto con las fuerzas especiales norteamericanas hicieron con los diputados vilmente asesinados y echarle la responsabilidad a los rebeldes.

Vamos a estar claros, Uribe tapa muchas cosas, no hay sinceridad, menos voluntad para la paz de la amada Colombia, su furia, su venganza, solo lo hacen pensar que solo el “Plan Patriota” es el verdadero objetivo que pueda lograr la paz y que para ello hay que exterminar a las victimas de ambos bandos. Santander ha reencarnado en este nuevo Satán, con la serenidad del cobarde nos ha refutado: “NO ME HAGAN TRATAR ESOS TEMAS PUBLICAMENTE YA USTEDES CONOCEN MI POSICION SOBRE ESE ASPECTO”. ¿ Para que llamó entonces al Presidente Venezolano?

vrodriguez297@hotmail.com


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Víctor J. Rodríguez Calderón


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