Que Trump haya desconocido a nuestra exfiscal es infame

¡Oh san Pancracio: sostenedor de todo en el mundo! Hoy hiciste que
nuestros cuerpos se tambalearan de angustia con sofocación al dejar
sola e íngrima alrededor del mundo fuera de los alcances de los EEUU,
a nuestra combatiente fugitiva exfiscal de nuestro país (ahora hija de
los colombianos), la que lo puso al borde de una guerra civil por
dejarse llevar y defender como una loba disfrazada de demócrata por la
MUD de ver como arbitrarias y punitivas el esfuerzo del gobierno
nacional de Maduro y lo disfrazaron de tirano sin sostén, de seguir en
el poder y, que descuartizando los derechos humanos que tú, Luisa
Ortega Díaz, tanto defendiste a brazos partidos, vestida con tu
blusita blanca de postín y tu tez pintada de energética, en esta
terrible tiniebla de semi democracia que nos pervierte como si
tuviéramos los ojos vendados de caprichos inocentes que tú, como mujer
te bañaste de pudor para defendernos de no caer en las pailas del
infierno y, que venga ahora él mismo Trump a desenmascararte con la
misma intención perversa que le encanta a Maduro -según la oposición-
para echar a perder todo lo bueno que pasa en nuestra Patria por su
culpa y, que ese don, amo del imperio, se haya copiado sin
remordimiento las mismas técnicas amañadas y lo imite es cruel,
tratándose de ti, da verguüenza, da dolor al medirte con la misma vara
de la injusticia que tú usaste aquí como castigo de los gobernantes y
al contrario dejabas pasar fácilmente a los traidores y corruptos como
si pasaban por el ojo de una aguja.


Te veo, señora Luisa Ortega Díaz, como una misma serpentina que se la
lleva el sendero de sus contradicciones, reptando como si fueras una
bribona cuaima entre Colombia y Latinoamerica, tragándote tu propia
ponzoña como producto del tiempo perdido que malograste a tu entender,
con ánimo de seguir disfrutando del poder con la intensidad que te
merecía y, entrampada como estás como un engreída de la quiromancia
fiscal pensaste que, nunca sería tarde si la dicha era buena y, en lo
menos que canta un gallo los que te uparon que te alzaras contra
Maduro y su gobierno, ya comienzan a darte la espalda y tan poderosa
como te sentías te darás cuenta que en este mundo el que la hace se la
cobran a la entrada o a la salida como los colombianos a quienes te
refugiaste aclamada como una deidad política que, iluminaba las
terquedades y resentimientos de la oligarquía colombiana que te usó
como se usa todo lo desechable a su interés.


La exfiscal Luisa Ortega Díaz, le ha dado la vuelta al mundo montada
en una visa americana en un volar de minutos que, le ha permitido
traspasar fronteras por el muro de la inquisición que Trump le puso
por no prestarse a ser una verdadera señora que lava y presta la batea
al engolosinarse al canto de la oposición y de la buena vida de agarra
y disfruta que Venezuela es un Paraíso perdido, donde todo el que
puede se vuelve rico de la noche a la mañana que es lo que hace el
actual fiscal, urgando sobre casos que debieron aclararse a su tiempo
y como hay interés en sobresalir a la ANC, la terquedad comienza a dar
sus frutos que abran los caminos de la paz que han inquietado a los
venezolanos como pobres y ricos que ella LOD perdió el olfato de la
dignidad que hace grandes a las personas que no tuercen su destino y
que a ella, Luisa Ortega Díaz, la agarraron fuera de base enredada
hasta más no poder de sus propios procedimientos que la desviaron al
mundo delicuencial donde sin visa de entrada a los EEUU, parece que
será su mayor condena, porque lo malo por venir ya se presiente.


Sólo le queda pegarse a los santos de la iglesia más que todo a san
Antonio, a san Pedro, a san Mateo y, por qué no a san Nicolás y si le
es posible a los milagrosos porque hay muchos disfrutando de la
vagancia que ni dan ni quitan, pero de algo sirven y a santo que se le
llega su hora se jodió, como debe andar el Santos colombiano,
buscándole a Luisa Ortega Díaz una trocha invisible, para que entre a
los EEUU y quien quita que Trump se compadezca de ella y le dé una
manito americana y la ponga a repartir papel sanitario, no en Puerto
Rico, sino en la luna que allá también hay gringos esperando por su
visa para poder regresar al mundo americano que es la fantasía de la
cajita feliz de la vida. Así es que no sufras, señora exfiscal que a
lo mejor Trump lo que quiere es que te vuelvas loca más de lo que
estás y te ponga a sufrir en soñar siempre con Maduro pegado a un
micrófono y, ah, olvídate de Chávez que él no te quiere en vida
sufriendo, sino superando tus malas acciones como traicionera que no
le importa que tú no lo quieras, mentirosa...



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Esteban Rojas


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