Aunque el tema que mas nos interesa desarrollar debatir y definir es el de la unidad de los trabajadores, como premisa fundamental para el logro de sus objetivos supremos e históricos, en cuanto al papel de estos en la revolución socialista venezolana y mundial, y en esa dirección el del surgimiento de una instancia sindical consustancial con tan relevantes propósitos. Nos vemos obligados a dar una respuesta estrictamente política, en el sentido coyuntural (que no por ello desprovista de lo ideológico), en virtud de las recientes declaraciones de algunos dirigentes federativos identificados con la Fuerza Socialista Bolivariana de Trabajadores, a cuya cabeza se encontraba el diputado Oswaldo Vera. En las cuales estos ratifican la intención de conformar una nueva confederación de trabajadores, a partir del acuerdo de “varias” Federaciones Nacionales.
Lo primero que debemos decir al respecto, es que nos resulta una metodología profundamente ADECA eso de que dichos dirigentes, actuando en “representación” de unos “cuantos millones de trabajadores”, decidan conformar una nueva central ¿a quienes le consultaron esto? ¿Esta en correspondencia ese método tan arbitrario y unilateral con la democracia participativa y protagónica, que sugiere la discusión y consulta desde las bases para cualquier decisión trascendente? ¿Eso de que las federaciones sean la base del movimiento sindical no es una aberración representativita y neocetevista?. Hasta donde sabemos las bases del movimiento sindical y su fin ultimo, por lo menos en teoría, son los trabajadores, otra interpretación no es mas que una canallada aparatera, Betancurista y Adeca, de las que secuestraron, degeneraron y corrompieron al movimiento sindical hasta el día de hoy, cosa que los trabajadores y sindicalistas verdaderamente socialistas, nos proponemos cambiar radicalmente.
Nunca hemos negado lo imprescindible del papel de las direcciones sindicales o políticas como instancias de conducción, que en una relación de dialéctica permanente con el colectivo, oriente y encamine sus luchas. Pero eso de autoerigirse “representantes” de los trabajadores o de algo en este país, aparte de pavoso, anacrónico, estúpido y propio de la zamarreria Adeca, es sencillamente reaccionario y retrogrado. Porque en un país como en el que vivimos, donde la gente participa cada día más y mas en asuntos de relevancia publica, no es posible que existan factores que se definan socialistas, pero que intenten torpemente suplantar a la gente.
Y es que cuando en abril pasado la FSBT asomo lo de la “confederación” (¿será casualidad o que los traiciono el subconsciente cetevista?), amparados en una supuesta “supremacía federativa”, el planteamiento no pudo ser mas impertinente. No solo por haberlo hecho público desde el despacho del entonces Ministro del Trabajo, José Ramón Rivero, si no por la miserable actuación de este, en complicidad con la FSBT en el conflicto de SIDOR, cosa que los trabajadores venezolanos jamás olvidaremos. Lo que confirma que dicho planteamiento en ese contexto era parte de una maniobra de “huida hacia adelante”. Por estas razones consideramos, que la confederación planteada por la FSBT “nace” bajo el signo de una vulgar componenda cupular, que eventualmente intentarían convertir en el nuevo buro sindical al servicio de las nuevas castas de poder, es decir de la “derecha endógena”.
Pero a propósito de algunas expresiones hechas por estos federativos y por el propio diputado Oswaldo Vera acerca de la situación de la UNETE, queremos decir que es inocultable el fraccionamiento y división de esta, aunque debemos reconocer también que la mayor parte de la dinámica de las luchas laborales del país, pasan por su estructura. Sin embargo lo verdaderamente importante es que esta no ha cumplido en lo que respecta a los trascendentes propósitos históricos y políticos, que debe tener una central de trabajadores en tiempos de revolución socialista, incluyendo los aspectos unitarios que a la vez respeten y reivindiquen la diversidad y pluralidad. Cualquiera que sea la situación de la UNETE y del movimiento sindical en su conjunto, su problemática no se puede resolver con medidas ejecutivas, administrativas o burocráticas, sobre todo porque la naturaleza de dichos problemas son generalmente de carácter cultural e ideológico, es decir, son problemas de la CONCIENCIA. Solo la propia clase trabajadora podrá asumir la superación de estos, ninguna instancia o funcionario, por mucha “claridad” que posea, podrá sustituir a los trabajadores en su propia dinámica, en su propio aprendizaje, en su propia emancipación.
Por cierto hay que decir también, que las criticas venidas de quienes jamás se esforzaron por consolidar a la UNETE, que le “tiraron piedras” porque no pudieron manipularla a su antojo, pero que sin embargo actuando como vividores, “chapearon” en nombre de ella, ahora resultan oportunistas y fariceas. Los trabajadores saben a quienes nos referimos.
No defendemos la vigencia de la UNETE a ultranzas, porque ello debe ser descarnadamente debatido por los trabajadores, quienes deben ser en última instancia los que decidan el destino de esta y de todo el movimiento sindical. Si creemos sano, que toda la coordinación nacional de la UNETE, debe renunciar para facilitar cualquier decisión de los trabajadores, claro debe hacerse en el marco de la convocatoria a un Congreso o Constituyente de Trabajadores, donde estos definan absolutamente todo lo concerniente a sus instrumentos de lucha. Entonces si estaríamos hablando de una central surgida desde los propios protagonistas y no de un nuevo “mamotreto cogollerico” que reproduzca la experiencia de la nefasta CTV. En un esfuerzo como el descrito, es decir “desde las bases”, podrían jugar las diversas corrientes y factores un papel importante en cuanto a la orientación teórica y política, sin sectarismo y propiciando un debate como nunca antes……hay que aprender de las lecciones del pasado.
¡Sin trabajadores no hay socialismo!
¡Con la ética y la política revolucionaria, avancemos hacia la unidad de los trabajadores!
Proletarios del mundo…¡Uníos!
