Como todos los años, desde 2003, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) conmemora el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo. A tales efectos impulsa campañas anuales dirigidas a centrar la atención en las muertes y lesiones derivadas del trabajo y así sensibilizar a los actores involucrados en la necesidad de crear y promover en sus respectivos países una cultura de prevención de riesgos laborales que ayude a evitar esta tragedia.
Hasta ahora, estas campañas han sido poco efectivas, pues las altas cifras de muertes y lesiones por accidentes de trabajo y enfermedades ocupacionales que ocurren anualmente así lo confirman: cerca de tres millones cada año, según estimaciones de la OIT en 2023; 5% más respecto a 2015.
En Venezuela la situación es mucho más dramática, con el agravante de la inexistencia de datos estadísticos oficiales que permitan ponderar la magnitud de este drama. Sin embargo, el sol no se puede tapar con un dedo. En lo que va de año ya han fallecido tres trabajadores y seis resultaron gravemente heridos tras la explosión de una barcaza de la empresa Servicios y Obras Sudamericanas (Sosca), que presta servicios a Petróleos de Venezuela (Pdvsa) en el Lago de Maracaibo. Seis meses antes, otros cinco trabajadores de esta misma contratista murieron en un naufragio de otra barcaza.
A esta tragedia ─de la que no hay noticias sobre investigación alguna─, se suman los casos de trabajadores fallecidos y heridos en las empresas estatales Corpoelec, Bauxilum, Ferrominera y Sidor.
Con el inminente agravamiento de la crisis capitalista en el país, la profundización del programa de ajuste neoliberal ─que pactaron Nicolás Maduro y Fedecámaras─, las expectativas de mejoramiento de la situación de la seguridad y salud en el trabajo en son remotas. De tal manera que la respuesta a este gran desafío la tiene que dar el propio movimiento obrero y sindical venezolano a partir de este momento, sobre la base de un acuerdo unitario que contemple los siguientes aspectos programáticos:
1.- Inscribir dentro de la jornada de lucha conmemorativa del Primero de Mayo la demanda por el derecho a un entorno de trabajo seguro y saludable.
2.- La exigencia por el cabal cumplimiento de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (Lopcymat).
3.- Exigir cárcel para los responsables de las muertes de trabajadores.
4.- Promover la articulación y unidad de acción de los distintos colectivos y frentes de delegados de prevención y demás activistas por la salud y seguridad en el trabajo.
5.- Reconocer oficialmente el 18 de agosto como Día nacional de movilización y lucha por la salud y seguridad en el trabajo, en memoria de los nueve trabajadores fallecidos en la empresa Provegran en 2003.
*Dougas Gómez es secretario de Salud y Trabajo de la CUTV. Este artículo apareció en Tribuna Popular N° 3.061 (Abril de 2025).