Historia de la clase obrera en Venezuela (II)

En Venezuela, los primeros intentos de organización de la clase trabajadora se remontan a finales del Siglo XVIII, con los Gremios de Artesanos. En 1840 varios de ellos promovieron la primera asociación de artesanos que se constituyó en Venezuela, enteramente independiente del sector oficial. Entre los principales gremios estuvieron: impresores, albañiles, carpinteros, herreros, relojeros, plateros, pintores, litógrafos, cereros, lapidarios, talladores, escultores, sastres, zapateros, barberos, pirotécnicos, latoneros, talabarteros, encuadernadores, sombrereros, toneleros, peineteros, alfareros, loceros, fundidores, y además los oficiales de jabonería, velería y tabaquería, ente otros.

Con las nuevas relaciones capitalistas, la introducción de las primeras instituciones bancarias, la industria telegráfica, naviera, ferroviaria, cervecera, de cigarrillo, jabonera, entre otras, comienza el surgimiento de los primeros núcleos de trabajadores y obreros fabriles que irían constituyendo a finales del siglo XIX los primeros gremios y sindicatos y las primeras huelgas, pero de forma muy tímida. En cuanto a la organización de la burguesía, ya en 1893, se funda en Caracas la primera Cámara de Comercio. En 1896, se produce el primer Congreso Obrero, pero su carácter fue más artesanal que obrero, reuniendo principalmente a sastres, carpinteros, tipógrafos y cigarreros. En 1911, se produce una huelga en fábrica de cigarrillos en Valencia, en 1914 se produce la primera huelga en un sector estratégico y con carácter nacional, la de los telegrafistas, motivada por un decreto de reducción de sueldos de los empleados públicos. En 1918, la primera huelga industrial en Venezuela tuvo lugar en el ferrocarril Bolívar.

Es con la expansión de la industria petrolera, a principios del siglo XX, cuando se produce el verdadero desarrollo de la clase obrera. A pesar de que miles de campesinos iniciaron un éxodo hacia las regiones petroleras creyendo en las posibilidades de un nuevo Dorado, lo cierto es que las condiciones de trabajo, el mal trato de las compañías petroleras extranjeras, los cinturones de miseria alrededor de las nuevas ciudades, claramente diferencias: una la que habitaban los gerentes petroleros que gozaban de todos los servicios, y la otra ciudad, la de los obreros, en las peores condiciones, hicieron que pronto surgieran las confrontaciones sociales. En este contexto se produce en 1925 la primera huelga de trabajadores petroleros y se organiza la Asociación Nacional de Empleados (ANDE) en el Estado Zulia.

Con la muerte de Gómez, en 1935, influidos por el Partido Comunista de Venezuela, es cuando se constituyen los grandes sindicatos a nivel nacional, no solamente petroleros si no de las primeras industrias en el área manufacturera. El 27 de febrero de 1936 se organizó en Cabimas el primer Sindicato de Obreros y Empleados Petroleros (SOEP). Luego, en Maracaibo se organizó la Unión de Trabajadores del Zulia (UTZ) integrada por 18 sindicatos. El I Congreso de Trabajadores de Venezuela se comenzó a organizar a mediados de 1936 y sus promotores fundamentalmente fueron la Confederación Sindical Obrera de Venezuela y la Asociación Nacional de Empleados (ANDE). El 31 de diciembre, se aprobó la creación de la Confederación Venezolana del Trabajo.

De estos movimientos marcó pauta la huelga petrolera de diciembre de 1936, que se desarrolló en protesta contra las condiciones de trabajo impuestas por las compañías trasnacionales instaladas en el país y que duró más de 30 días, apoyada por varios sectores de la población. Durante esos años (1936-1937) se produjeron 15 conflictos huelguistas en defensa de las libertades individuales y la contratación colectiva. Esta organización sindical estuvo impulsada por los nacientes partidos políticos en todos los rincones del país, pero que luego fueron sancionados por los gobiernos despóticos, y controlados por los seudos democráticos.

El partido Comunista ilegalizado controlaba la mayoría de los Sindicatos hasta 1944. En ese año, la Unión Sindical Petrolera de Venezuela, la Unión de Trabajadores del Zulia y la Federación Sindical del Distrito Federal convocaron una Convención Sindical Nacional a celebrarse en el Nuevo Circo de Caracas el 22 de marzo de ese año. Asistieron 370 delegados en representación de 150 sindicatos, de los cuales 41 eran dirigidos por AD y el resto por el PCV. Los partidarios de AD y otros anticomunistas presionaron al Gobierno de Media Angarita a decretar la suspensión de la Convención y disolver la Confederación Venezolana de Trabajadores, declarando ilegal a la mayoría de sindicatos ligados al PCV. Este fue el más duro golpe al sindicalismo de izquierda.

Luego del golpe de 1945, se constituye la Central de Trabajadores de Venezuela en 1947, primero con una clara visión política obrerista, pero que luego sería dominada por los partidos políticos conservadores (principalmente Acción Democrática) y el Estado, perdiendo su fuerza sindical y convirtiéndose en un organismo burocrático e ineficiente, aliado del estado y la burguesía nacional. Como es de suponerse, en el gobierno dictatorial (1948-58) los sindicatos y el derecho a protesta fueron prohibidos. El último gran enfrentamiento entre las organizaciones sindicales y el gobierno militar fue la huelga petrolera de 1950.Sin embargo jugó un papel importante en su derrota, a partir de las movilizaciones del 1 de mayo 1957 y con la huelga general.

Durante los años sesenta, ante el surgimiento de la democracia representativa, aliada con los intereses de los EEUU, el enfrentamiento al movimiento guerrillero, encontramos una CTV controlada por AD, comprometida con el Pacto de Punto Fijo e inmovilizada por interese políticos, lo que dio pie al surgimiento de otras centrales de trabajadores opuestas, pero poca movilización sindical se produjo. En 1963 se constituyó la Central Unitaria de Trabajadores de Venezuela (CUTV), iniciativa de los expulsados de Acción Democrática, sectores de izquierda y fundamentalmente del PCV. En 1964, grupos vinculados a la Iglesia católica y al partido COPEI crean la Confederación de Sindicatos Autónomos de Venezuela (CODESA). En 1971, un importante grupo de dirigentes y militantes de CODESA, críticos al dominio de COPEI, crean la Confederación General de Trabajadores (CGT). Ninguna de estas tres centrales de trabajadores pudieron desplazar el dominio de la CTV.

Fue a partir de 1971, con la huelga de Sidor, cuando se reinicia un proceso de movilización sindical. Luego vendría la huelga de la Bananera y la huelga nacional textil de 1977. Todo esto en el contexto del boom petrolero, a partir de 1974, profundizándose la Venezuela rentista y populista, que permitió aumentar el control y apaciguar las luchas sindicales y populares, así como lograr una relativa pacificación política.

A comienzo de los 80 comienza la crisis y se agudizan los enfrentamientos, que por la menguada renta petrolera ya no pueden ser mediatizados totalmente con las prácticas populistas. Uno de los más duros golpes fue la intervención del Banco de los Trabajadores de Venezuela, BTV. Los ahorros de esta institución formaban parte del fuero económico de la CTV y la dirigencia sindical. Nuevamente en estos años, frente a la terrible crisis, que como siempre golpeaba con más dureza a los pobres, el movimiento sindical, salvo algunas excepciones, no fue protagonista fundamental de las luchas, ocupando este puesto las luchas estudiantiles, entre otros.

Con la política neoliberal, puesta en marcha a partir del segundo gobierno de CAP (1989-1993) y continuada por Caldera (1994-1998), el sistema social marcha hacia su polarización. La conformación de una economía rentista, que había permitido al Estado venezolano, sin dejar de privilegiar a la burguesía, satisfacer sus necesidades y dar gratificaciones a los demás sectores de la población, había llegado a su fin. En relación al sector laboral, la mayor expresión de las medidas neoliberales se produjo con la reforma laboral de 1997, quitándole la antigüedad de las prestaciones sociales, aceptada plenamente por la CTV, reforma que pretendía la flexibilización del trabajo, bajo la promesa- incumplida- de la creación de mas empleos y mejores salarios.

Además dentro de este mismo contexto se había formado una clase media de gran magnitud, que había sido uno de los sustentos principales del sistema. Las nuevas medidas económicas llevan a la desaparición de estos estratos sociales y a la pauperización de los sectores de menores recursos. La clase media que había sido un sector representativo de la sociedad Latino Americana, del populismo del Estado empresario, empleador, esta clase ahora le ha tocado ingresar en la fila de los pobres. Lo que sin duda haya acrecentado el nivel de protesta y de conciencia de estos últimos.

Los cambios políticos desde finales de los años 80 del siglo pasado, permiten suponer una modificación de la relación entre Estado y burguesía, ya que a partir de ese momento el sistema capitalista venezolano y más específicamente su burguesía, dependerían más de la protección política–militar del Estado para su permanencia que de los beneficios económicos que este Estado (empobrecido) les podía dar.

Todo esto hasta llegar al histórico 1989, cuando el Pueblo Llano, sin dirección, en forma espontanea toma las calles en protesta, en la movilización popular mas importante en la historia nacional, desbordando la capacidades de los partidos y sindicatos progresistas, pero también del gobierno, que solo bajo el uso de la mas brutal violencia pudo detenerlo momentáneamente, pero que marco el cambio político de la sociedad venezolana, que se profundizaría con las insurrecciones militares de 1992, la salida de Carlos Andrés Pérez del poder, y lo mas importante la victoria popular en las elecciones del 1998, que llevaron a Hugo Rafael Chávez a la presidencia.

Al inicio del gobierno de Chávez, aunque hay un discurso nacionalista y a favor de los pobre, los eternamente excluidos, no se asume una postura clasista, y mucho menos ligada a corrientes políticas radicales, como el socialismo ni el marxismo. Ambiguamente Chávez proclamaba la Tercera Vía de Tony Blair. El discurso social era más moderado, menos conflictivo a la burguesía, llegó hablarse de alianzas, defendía a la burguesía nacional, y así quedó expreso en la Constitución de 1999, donde se consagra la propiedad privada y otros derechos de las sociedades capitalistas. Se hacía referencia a la necesidad de ampliar la clase media y que todos fuéramos una gran clase media. En ese contexto surgieron agrupaciones de empresarios con Chávez y la Clase Media en Positivo.

 

prodriguezrojas@hotmail.com



Esta nota ha sido leída aproximadamente 9667 veces.



Pedro Rodríguez Rojas

Sociólogo e historiador (UCV). Magister en Historia Económica (UCV). Maestría en Tecnología Educativa (UNESR). Doctorado en Ciencias Económicas y Sociales. (UCV). Doctorado en Historia (UCV). Ha sido docente de Pre y Postrado en la UCLA, UNA, UPEL. Actualmente de la UNESR en la categoría de Titular. Ha sido investigador del Centro de Historia para la América Latina y el Caribe, OEA, CELARG, Congreso de la República, Centro OPEP, entre otros. Ha sido Asistente de Investigación de los Doctores Ramón J. Velásquez, Federico Brito Figueroa, Héctor Malavé Mata y D.F. Maza Zavala, entre otros. Ex-Director de Postrado de la Universidad Simón Rodríguez-.Barquisimeto. Ex Coordinador del postgrado en Gerencia Cultural. Coordinador del doctorado de educación UNESR. Coordinador de la Línea de Investigación Filosofía y Sociopolítica de la Educación del Doctorado en Ciencias de la Educación. Presidente de la Asociación Civil Museo Histórico Lisandro Alvarado 2002-2010. El Tocuyo. Miembro fundador de la comisión de recursos hídricos de El Estado Lara .Asesor de la Misión Sucre y Aldea Universitaria de Morán. Vocero asesor de consejo comunal Los tres brazos y San Pedro. Entre los reconocimientos recibidos podemos mencionar: Premio Regional (Lara) sobre la obra de Andrés Eloy Blanco (1996). Premio Estimulo al Investigador UNESR, mayor productividad Científica del Núcleo Barquisimeto desde 1997 hasta la actualidad. Investigador ONCIT PEI Nivel. C. Premio CONABA. Premio Ensayo Histórico: Federico Brito Figueroa, Aragua 2001. Premio Ensayo Antonio Arráez: 450 años de la fundación de Barquisimeto, .2002. Premio Ensayo Educativo, Universidad de Oriente, 2004, Premio Primer Concurso Historia de Barrio Adentro del Ministerio de la Cultura, 2009. Premio sobre Legado de Chávez, Maturín, (2013). Premio Literario Rafael María Baralt, Maracaibo (2014). Más de sesenta publicaciones entre libros y artículos en revistas arbitradas a nivel nacional e internacional sobre ciencias sociales y filosofía. Es articulista en varios periódicos a nivel nacional. Coordinador de la Revista de filosofía de la educación TERÊ. Entre sus libros podemos mencionar: Juan Pablo Pérez Alfonzo, La economía venezolana, La Universidad frente a la globalización y la posmodernidad, Pensar América latina, América latina en la globalización, Educación para el Siglo XXI y La Ética Socialista. Junto a Janette García Yépez ha escrito varios libros sobre la historia de El Tocuyo, a saber: Personalidades tocuyanas, La cultura tocuyana, La cañicultura en El Tocuyo, El café y los resguardos indígenas en Morán, Crónicas tocuyanas, El Rio Tocuyo, la educación secundaria en El Tocuyo, La vida cotidiana en El Tocuyo, Memoria fotográfica de El Tocuyo, La Personalidad Intima de Lisandro Alvarado y Cultura y Tradiciones Tocuyanas.

 pedrorodriguezrojas@gmail.com

Visite el perfil de Pedro Rodríguez Rojas para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Pedro Rodríguez Rojas

Pedro Rodríguez Rojas

Más artículos de este autor