Ahora no solo resulta que el petróleo venezolano pertenece a los Estados Unidos sino que ya comenzaron a destruir, mediante bombardeos, laboratorios donde se procesan drogas en territorio venezolano.
Pero lo más sorprendente de estos es como nos podemos topar en X un post con el siguiente contenido:
"Este es el ataque al que hizo referencia el presidente @realDonaldTrump.
Municipio San Francisco, área Metropolitana de Maracaibo. Operación quirúrgica por tierra, atribuida a Estados Unidos, contra instalaciones donde se producían precursores para cocaína. No fue advertencia. Fue acción. Cuando el Presidente habla y, horas después, el terreno cambia, el mensaje es claro:
Venezuela pasó de expediente diplomático a teatro operativo.
El régimen ya no controla su territorio.
La narcoinfraestructura es tratada como objetivo.
Silencio oficial, nervios en Zulia. Esto no es escalada. Es precisión."
Les digo, en mi empeño, semanas atrás, de intentar descifrar como evolucionarían los hechos y las reales amenazas y riesgos de ataques militares al país por parte de EE UU, llegué a pensar, con la respectiva preocupación que ello implica para quienes residimos en este país, que después de ese rimbombante y cacareado despliegue militar en el Caribe, que ha dejado ya más de 100 asesinatos extrajudiciales, terminarían lanzando algunos misiles en territorio venezolano, probablemente en zonas despobladas, para cesar el sitio y demostrar al mundo con "hechos irrebatibles" que estaban cumpliendo su cometido de acabar con los laboratorios de producción de drogas en Venezuela, pero afortunadamente parece que ni para dar órdenes de este tipo se prestan los escenarios por Washington en estos días de fin de año. No parece Donald Trump dispuesto, por ahora, a traspasar los límites del relato en el caso Venezuela.
No obstante, es preciso dejar claro que la "agresión" contra Venezuela continua. El bloqueo naval impuesto, hasta donde se puede saber, se mantiene y es presumible que se prolonguen en las próximas semanas. Nadie puede ignorar que desde hace ya algunos meses Trump ordenó públicamente "acciones secretas" de la CIA en el territorio venezolano y aunque algunos ingenuamente supongan que estamos "blindados" contra eso, es previsible que ocurran "eventos catastróficos" que desatan el miedo en la gente y buscan sembrar la desconfianza, la duda y el rechazo del gobierno y de las autoridades legítimas.
Pero lo que es real e indiscutible es que además de mantener la presión, vía bloque naval de las costas venezolanas, impactando la exportación del crudo venezolano, la batalla simbólica es la que se sigue imponiéndose.
Como han expresado algunos analistas por ahí, las declaraciones de Trump imponiendo la versión mediática falsa de bombardeos a territorio venezolano, pueden ser un "globo de ensayo" para medir la reacción internacional ante la posibilidad de ataques reales que sin duda su equipo ha considerado.
Amanecerá y veremos. Cierra el año 2025 y si bien la agresión de los Estados Unidos contra Venezuela se mantiene, apenas "bombas y misiles ficticios" intentan destrozar al país para lograr lo que el imperio demanda con mayor urgencia cada día, el petróleo.
