Debe estudiarse la posibilidad de ponerles camisa de fuerza a ciertos políticos

Tener que lidiar con una derecha arrebatada, cerril, arrogante y antipática, no es agradable en nada, ni tampoco fácil. Tanto es así, que debería estudiarse en estos momentos la urgente necesidad de tener que utilizar la eficaz camisa de fuerza por parte de los contrarios luego de los inevitables debates. En el fondo, para un ser de a pie es como tener que lidiar con un atarantado. Ni más ni menos. Si no vean sólo los atajaperros de Zapatero con Aznar y Rajoy, los de Lula con los que le corresponde, los de López Obrador con Fox y Calderón y los de la equilibrada Pelosi con toda la Casa Blanca. Aquí tenemos algunos ejemplares que por fortuna alcanza sedarlos el buen güisqui... Eso es una gran ventaja comparativa, puesto que después de cuatro buenos guarapazos, para ellos no hay más nada en esta vida que no sea el deleite concupiscente: el destino del país… ¡para después de la pea y hasta la próxima! ¡Qué va, oh! ¡Nada de mala vida! ¡Ni de vaina!

Pero poco antes de haber tenido el gusto de ver a la presidenta Bachelet por este lar revolucionario, se había presentado un rifirrafe con el senado chileno que habíase pronunciado en parte (con manifiesta impertinencia, por supuesto), y además, creo que exigiendo un accionar del ejecutivo chileno ante la OEA para que se pronunciara sobre la soberanísima decisión del gobierno venezolano de no renovar la no sé si bendita concesión... Habría que aclarar que la derecha chilena es pinochetista y no lo digo para que se asusten, sino para que vean el material que deberá conformar la camisa de fuerza que habrá de utilizar Bachelet o alguien más de un momento a otro o en cualquier paso e` luna.

Y bueno, como es hábito en Chávez, salió de inmediato en defensa del país con el arsenal verbal que ya creo es respetado -por no decir temido- en todo el mundo. (Él ha venido aclarando que, cuando lo menean, y sobre todo con mala intención, es como el espinito: que espina al que lo menea). Con tal impertinencia institucional, lo que pretendía la fracción del senado chileno era que la presidenta se inhibiera de venir a la 1º Cumbre Energética con su primera visita oficial a renglón seguido, debido a que, el empeño evidente que existe, es que se enemisten ambos presidentes. Pero no lo lograron, y Bachelet se presentaría con su cotidiana adusta dulzura.

Pero si bien Bachelet no podía ponerse con flaquezas revolucionarias con Chávez (evitando incluso a que se le alborotaran los coaligados de su gobierno) sí lanzó algunas señales en su visita que, me hacen pensar, que no hay problema alguno con ella, a saber:

· Chávez apareció poco con ella en público, ni siquiera en el recibimiento ni en la despedida, quizás presumiendo que la derecha le hubiera de advertir a ella, antes de salir, que si la veían muy amable con él, al llegar le darían dos opciones: o ser azotada 40 veces por todo el regimiento que comandara el nieto de Pinochet, o recibir tres balas de acero en los sesos… Y también tendría que visitar a Uribe como desagravio…

· Dentro de su delegación se trajo al senador socialista Alejandro Navarro Brain, que interpreté como la otra voz de Bachelet; vale decir, a quien le tocó decir todo lo que Bachelet no podía expresar.

· Un detalle que me pareció definitivo, fue que Bachelet -no sé si por descuido- se vistió el día de la entrevista con Chávez de color rojo-rojito y, vestida de ese color tan pasional, partió. ¡Para buen entendedor!

· Y por último, luego de su despedida por Jorge Rodríguez, se proyectó un especial sobre la Cumbre Energética como para que viéramos todos que ella nunca, que no fuera justo en esa entrevista con Chávez, se vestiría más de rojo-rojito… ¿Qué más quieren, pues?

Me atrevería a decir –como recomendaba decir el preceptor Pangloss- que, en nuestras relaciones con Chile, todo va del mejor modo posible…

crigarti@cantv.net



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Raúl Betancourt López


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