El derecho a una vida digna: Gringos go home

Hace algún tiempo, leí en un periódico costarricense, la siguiente nota: Se necesitan mujeres en edad reproductiva para probar píldora anticonceptiva que sale al mercado. Mas abajo veía la firma de una transnacional norteamericana, me dije, Dios mío, es verdaderamente legal esto o somos conejillos de indias, entonces, pensé con tristeza, hasta cuando nuestros gobernantes permiten tanto abuso para sus pueblos.

En un curso de sociología, revisando La Carta Social de las Americas, proyecto que aun no ha sido aprobado y que fue impulsado por Venezuela en el 2004 ante la OEA, no encontramos en el capitulo uno, el siguiente epígrafe:

“La vida es patrimonio colectivo y nadie podrá patentar el genoma de los seres vivos, ni utilizarlo con fines discriminatorios, ni se permitirá el uso de seres humanos como objetos de experimentación biológica, ni prácticas científicas que acarreen destrucción de la vida o deformación de sus componentes”.

Reflexione con algunos estudiantes de Trabajo Social, sobre aquella nota que había leído en un medio escrito capitalino, y ellos proporcionaron sus comentarios. De repente una alumna atemorizada, me dijo: Profesora yo expuse a mi hija, la ofrecí para que fuera utilizada en un experimento que se hizo sobre un medicamento. Ahora entiendo tal gravedad, y como pude llevarla hacia su muerte, me arrepiento de ello.

Y efectivamente, eso es lo que ha sido Latinoamérica durante su existencia, carne de cañón para exploraciones. Primero fuimos experimentos de los españoles, la aventura expedicionaria termino en nuestras costas, donde se ensayó un dominio que nunca había tenido España, con el manejo de las prácticas más cruentas: Genocidio, servilismo, esclavismo, violaciones, robo y deterioro de nuestro ambiente. Más tarde se consolido la presencia de Estados Unidos, conservando la usurpación y el manejo de nuestro territorio y su población para la implementación de un poderío generador de violaciones a nuestros derechos y su consecuente daño social.

“Laissez faire, laissez passer”, como toda acción liberal, ha penetrado en nuestros países gracias a las decisiones que han tomado los gobernantes en sus alianzas estratégicas, alianzas que han favorecido al capital transnacional y al capital nacional. Sin importar las consecuencias de un sometimiento vergonzoso, las poblaciones han sufrido las severidades de los amos del poder. Oligarquías e imperialismo liados bajo un mismo manto de insensibilidad social.

Cuanta injusticia, se ha entrelazado y entrelazado, en las mentes de estos cipayos, elegidos por pueblos de América, angustiados y deseosos de su bienestar, injusticia que ha sido percibida tras el crecimiento de la pobreza, el crecimiento de las de las luchas por sus reinvidicaciones. Hoy son las voces de emancipación que estallan y chispean ante el mundo, clamando igualdad.

Los nuevos cambios generados en América latina, la victoria del Proyecto Bolivariano con el liderazgo del presidente Chávez, el ascenso de nuevos líderes sensibles preocupados por la dignidad de sus pueblos, ha generado un revisión más profunda sobre el sistema de relaciones establecido con Estados Unidos y sus consecuencias para América latina. Ha despertado la conciencia de pertenencia y la necesidad de cuidar a nuestros habitantes, de cuidar nuestros recursos y cuidar los vínculos integracionistas, para batallar contra una iniquidad forjada gracias a las coaliciones que han establecido los dirigentes nacionales apátridas y la oligarquía criolla con Estados Unidos.

La presencia de Norteamérica en América latina hoy, con tufo de amo imperial, incomoda y produce las replicas que nunca vimos en el pasado. El terremoto social que excita la elevada conciencia política, es otro acontecer, es la nueva historia que despierta el orgullo latinoamericano, la cultura y las especificidades de cada pueblo. Ya no más sumisión yankee.

Un nuevo proyecto norteamericano se asoma para utilizarnos como países generadores de riquezas y aplacadores del consumo norteamericano. El proyecto etanol que impone el gobierno de Bush, someterá nuestras tierras productivas, desocupadas, reservas biológicas y parques nacionales a la producción de maíz o caña. El consumo de energía impondrá un nuevo modelo del capitalismo en el campo que expulsara a los campesinos de sus tierras, impulsará la privatización del agro y devastará nuestra producción agrícola milenaria.

El consumo de alimentos agrícolas nacionales se vera disminuido, por la utilización de las tierras en el monocultivo, los medios de transporte y de almacenamiento se utilizaran para el producto de exportación y la importación de granos y otros insumos agrícolas favorecerán a los subsidiados productores norteamericanos quienes penetraran con facilidad en los mercados nacionales, gracias a los tratado de libre comercio firmados. Los productores agrícolas latinoamericanos, ahora, apunto de ser guisados y comidos, gracias a la sacudida que les proporciona un capitalismo grosero e irracional y unos gobernantes insensibles con su pueblo.

El derecho a una vida digna, el derecho de utilizar nuestras tierras para provecho sus pobladores con su idiosincrasia histórica, el derecho a mantener nuestras especies, el derecho a no morir de hambre, es el grito de los pobladores latinoamericanos, es el grito de la integración latinoamericana: Ya no deciden nuestro destino, somos libres y soberanos, gringos fuera de nuestras tierras.

GOBERNANTES LACAYOS, FUERA DE NUESTRA PATRIA.

GRINGOS GO HOME

PODER POPULAR Y HERMANDAD LATINOAMERICANA EN ACCIÓN.


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Carmen Arelis Contreras Marquina


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