Expansión y dominio de asistencia de la CIA con Estados Unidos (3)

Desde hace aproximadamente, 70 años, la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos -CIA- ha sido un arma estratégica fundamental para los planes de dominación y neocolonización imperial de América Latina, el Caribe y buena parte del resto del, mundo.

Esa organización de espionaje que trabaja en la clandestinidad, comete toda clase de crímenes que permanecen en la impunidad. Está al servicio de las grandes empresas y consorcios norteamericanos que, a su vez, son parte esencial de los gobiernos inquilinos de la Casa Blanca; en consecuencia, siempre la CIA defiende sus intereses, es decir los intereses imperiales que son los mismos de sus grandes corporaciones transnacionales por medio de las cuales depreda y explota los recursos naturales. Muchas, se encuentran ancladas en Venezuela

La CIA está bajo órdenes directas de la Casa Blanca y del Presidente de Estados Unidos. Siempre en su calidad de miembro de la clase superior y dirigente de la élite en el poder, el presidente, en ocasiones, desconoce de los pasos, operaciones o actividades de CIA que hayan sido decididos previamente por NSC o el Special Group. La CIA no puede ser o autoproclamarse como "un gobierno invisible" o como una especie de Estado dentro del Estado, porque esa situación es tan solo un mito difundido por la propaganda ya que, en su esencia, es un arma secreta, mortal, subversiva y desestabilizadora de los Estados Unidos; es decir de la clase superior y, por tanto, "la CIA actúa bajo dirección aparente del presidente de los Estados Unidos o del Consejo de Seguridad Nacional. Sin embargo, ejecuta acciones especiales, casi siempre con el victo bueno del presidente según de afirmaba en la guía especial de los Estados Unidos. El New York Times Magazine4 escribía: "Todos los directores de la CIA están protegidos por los presidentes a los que sirven. Ningún director de la CIA puede desobedecer las instrucciones del presidente…"; sin embargo, realiza operaciones clandestinas bajo órdenes del NSC que no siempre son informadas al presidente.

La clase económica superior, controla el poder de la CIA y el poder del imperio que ha desatado guerras de agresión e implantado dictaduras con la CIA o el poder militar. En la práctica, esta clase gobierna al ejecutivo y al legislativo, a los militares, políticos, diplomáticos, abogados, periodistas y es propietaria o accionista de las principales cadenas de radio y televisión, de las agencias trasnacionales de prensa y de los más influyentes periódicos y revistas y espectáculos de entretenimiento. Es la clase que ejerce férreo control sobre la "comunidad de inteligencia" y en especial sobre la CIA.

En realidad, la lucha contra el terrorismo internacional es otra estrategia que usa los Estados Unidos para justificar las agresiones militares y liderar las coaliciones internacionales que bajo el mando imperial que desencadenó las guerras autodenominadas contra el terror en Afganistán e Irak; Siria, contra los kurdos; o respalda a Arabia Saudita en Yemen. En Siria, para desestabilizar al gobierno de Bashar al-Asad, EEUU y sus aliados han bombardeado a ciudades y aldeas con el pretexto de combatir al terrorismo del E.I., pero con la CIA .han colaborado con los gobiernos sumisos de Irak, Arabia Saudita, Qatar, Emiratos Árabes en donde han entrenado a combatientes, además de entregarles armas y dineros a los diferentes actores en conflicto

Pero la palabra terrorismo tiene difícil definición, al menos Naciones Unidas no ha sido capaz hasta el momento de ponerse de acuerdo sobre ese concepto, debido a las discrepancias entre expertos y los mismos estados. Recordemos que, la mayoría de las colonias que lucharon por la independencia frente al imperialismo, emplearon la lucha armada y atacaron objeticos civiles y en algunos casos, atentaron contra sus metrópolis. Aunque sea en etapas históricas diferentes, muchos de los conflictos actuales surgen de la pésima gestión de cómo se llevó a cabo la descolonización, que favoreció la creación de estados con fronteras artificiales y qué élites que debían gobernarlos. Esto tiene mucho que ver con los pueblos que hoy se sienten ocupados o atacados en Palestina, Afganistán, Irak, Paquistán, Chechenia, Cachemira, Siria, donde grupos de distinto signo utilizan como arma el ataque indiscriminado contra objetivos civiles de sus ocupadores o atacantes, incluidas sus propias metrópolis.

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Respecto de América Latina y el Caribe, el analista internacional Nil NikánDesde hace aproximadamente, 70 años, la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos -CIA- ha sido un arma estratégica fundamental para los planes de dominación y neocolonización imperial de América Latina, el Caribe y buena parte del resto del, mundo.

Esa organización de espionaje que trabaja en la clandestinidad, comete toda clase de crímenes que permanecen en la impunidad. Está al servicio de las grandes empresas y consorcios norteamericanos que, a su vez, son parte esencial de los gobiernos inquilinos de la Casa Blanca; en consecuencia, siempre la CIA defiende sus intereses, es decir los intereses imperiales que son los mismos de sus grandes corporaciones transnacionales por medio de las cuales depreda y explota los recursos naturales. Muchas, se encuentran ancladas en Venezuela

La CIA está bajo órdenes directas de la Casa Blanca y del Presidente de Estados Unidos. Siempre en su calidad de miembro de la clase superior y dirigente de la élite en el poder, el presidente, en ocasiones, desconoce de los pasos, operaciones o actividades de CIA que hayan sido decididos previamente por NSC o el Special Group. La CIA no puede ser o autoproclamarse como "un gobierno invisible" o como una especie de Estado dentro del Estado, porque esa situación es tan solo un mito difundido por la propaganda ya que, en su esencia, es un arma secreta, mortal, subversiva y desestabilizadora de los Estados Unidos; es decir de la clase superior y, por tanto, "la CIA actúa bajo dirección aparente del presidente de los Estados Unidos o del Consejo de Seguridad Nacional. Sin embargo, ejecuta acciones especiales, casi siempre con el victo bueno del presidente según de afirmaba en la guía especial de los Estados Unidos. El New York Times Magazine4 escribía: "Todos los directores de la CIA están protegidos por los presidentes a los que sirven. Ningún director de la CIA puede desobedecer las instrucciones del presidente…"; sin embargo, realiza operaciones clandestinas bajo órdenes del NSC que no siempre son informadas al presidente.

La clase económica superior, controla el poder de la CIA y el poder del imperio que ha desatado guerras de agresión e implantado dictaduras con la CIA o el poder militar. En la práctica, esta clase gobierna al ejecutivo y al legislativo, a los militares, políticos, diplomáticos, abogados, periodistas y es propietaria o accionista de las principales cadenas de radio y televisión, de las agencias trasnacionales de prensa y de los más influyentes periódicos y revistas y espectáculos de entretenimiento. Es la clase que ejerce férreo control sobre la "comunidad de inteligencia" y en especial sobre la CIA.

En realidad, la lucha contra el terrorismo internacional es otra estrategia que usa los Estados Unidos para justificar las agresiones militares y liderar las coaliciones internacionales que bajo el mando imperial que desencadenó las guerras autodenominadas contra el terror en Afganistán e Irak; Siria, contra los kurdos; o respalda a Arabia Saudita en Yemen. En Siria, para desestabilizar al gobierno de Bashar al-Asad, EEUU y sus aliados han bombardeado a ciudades y aldeas con el pretexto de combatir al terrorismo del E.I., pero con la CIA .han colaborado con los gobiernos sumisos de Irak, Arabia Saudita, Qatar, Emiratos Árabes en donde han entrenado a combatientes, además de entregarles armas y dineros a los diferentes actores en conflicto

Pero la palabra terrorismo tiene difícil definición, al menos Naciones Unidas no ha sido capaz hasta el momento de ponerse de acuerdo sobre ese concepto, debido a las discrepancias entre expertos y los mismos estados. Recordemos que, la mayoría de las colonias que lucharon por la independencia frente al imperialismo, emplearon la lucha armada y atacaron objeticos civiles y en algunos casos, atentaron contra sus metrópolis. Aunque sea en etapas históricas diferentes, muchos de los conflictos actuales surgen de la pésima gestión de cómo se llevó a cabo la descolonización, que favoreció la creación de estados con fronteras artificiales y qué élites que debían gobernarlos. Esto tiene mucho que ver con los pueblos que hoy se sienten ocupados o atacados en Palestina, Afganistán, Irak, Paquistán, Chechenia, Cachemira, Siria, donde grupos de distinto signo utilizan como arma el ataque indiscriminado contra objetivos civiles de sus ocupadores o atacantes, incluidas sus propias metrópolis.

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Respecto de América Latina y el Caribe, el analista internacional Nil Nikándrov en RT afirmaba que Estados Unidos ha intensificado los esfuerzos para desestabilizar a los países latinoamericanos que hayan conducido una política independiente exterior, lo que la Casa Blanca considera un desafío.

"La liquidación de los enemigos de EE.UU. permitiría a Washington socavar el proceso de consolidación de países y pueblos latinoamericanos y asestar golpes contra organizaciones como el ALBA, la Unasur y la Celac, así como reducir la cooperación en el marco de Petrocaribe y el Consejo Suramericano de Defensa", explica el analista.

"A Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua igualmente [EE.UU.] las acusan de promover el autoritarismo, desmontar la democracia, oprimir a la oposición y a los medios independientes, de hacer la vista gorda al narcotráfico y la corrupción", recuerda Nikándrov en el portal de la Fundación de la Cultura Estratégica.

De manera un poco diferente se hace lo mismo con los dirigentes de Brasil y algunos países caribeños, sostiene el autor. "El uso de acusaciones, pruebas falsificadas y desertores no tiene fin en el afán por desacreditar a los políticos indeseables desde el punto de vista de EE.UU.", destaca Nikándrov. El mayor objetivo de estas actividades, coordinadas por el Departamento de Estado, la CIA, la NSA y la Agencia de Inteligencia de Defensa, es remplazar a dichos dirigentes por otros "democráticamente orientados e inclinados a un diálogo" con Washington". Esta tesis se demuestra con la política de Estados Unidos en Argentina gobernada por la derecha que puso en el poder a Macri, visitado y alabado por Obama.

En el Gobierno de Obama hay partidarios de escenarios radicales para la región, incluido el "escenario libio". Los intentos de eliminación física de políticos extranjeros considerados indeseables, practicados por la CIA y los demás servicios secretos estadounidense, en numerosas ocasiones en el pasado, continuarán sin duda alguna, asegura Nikándrov.

Los montajes de derrocamiento de los políticos que ponen trabas a la hegemonía estadounidense en América Latina tienen en cuenta la situación operativa en dichos países. Según él, los lacayos de EE.UU., de "los cuales hay suficientes en América Latina", procurarán también socavar las actividades de los BRICS e implicar a los países de la región en la guerra de sanciones contra Rusia.

No existe ni un sólo Estado latinoamericano o caribeño que, en algún momento de la historia, no haya sido atacado militarmente por Estados Unidos o manipulado a través del dólar, la diplomacia, la política. Con extraordinaria habilidad se ha aprovechado de las debilidades humanas: ambición, notoriedad, inclinación a la corrupción e inclusive la traición a sus patrias y pueblos, y hasta de la ignorancia y el egoísmo de políticos y militares, para imponer el dictado imperial.

Ha utilizado la doctrina Monroe, la de la zanahoria y el garrote, o la Alianza para el Progreso, el Plan Colombia, el Plan Patriota, la Iniciativa Mérida, la guerra contrainsurgente, la guerra contra el terrorismo internacional, la lucha en defensa de la democracia, libertades y derechos humanos, y hoy la "ayuda humanitaria" para penetrar en América Latina y el Caribe, imponer gobiernos y saquear los recursos naturales y liquidar sus diversas formas de convivencia política, social y cultural. En cualquier lugar en el que intervenga Estados Unidos ha habido y habrá muerte, regueros de sangre, destrucción, cárceles y torturas para los patriotas y revolucionarios, riqueza y poder para los traidores, al tiempo que han liquidado los avances socio-políticos y los esfuerzos para abandonar el subdesarrollo y las desigualdades impuestas por el imperio en sus afanes de neocolonización.

Nikándrov en RT afirmaba que Estados Unidos ha intensificado los esfuerzos para desestabilizar a los países latinoamericanos que hayan conducido una política independiente exterior, lo que la Casa Blanca considera un desafío.

"La liquidación de los enemigos de EE.UU. permitiría a Washington socavar el proceso de consolidación de países y pueblos latinoamericanos y asestar golpes contra organizaciones como el ALBA, la Unasur y la Celac, así como reducir la cooperación en el marco de Petrocaribe y el Consejo Suramericano de Defensa", explica el analista.

"A Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua igualmente [EE.UU.] las acusan de promover el autoritarismo, desmontar la democracia, oprimir a la oposición y a los medios independientes, de hacer la vista gorda al narcotráfico y la corrupción", recuerda Nikándrov en el portal de la Fundación de la Cultura Estratégica.

De manera un poco diferente se hace lo mismo con los dirigentes de Brasil y algunos países caribeños, sostiene el autor. "El uso de acusaciones, pruebas falsificadas y desertores no tiene fin en el afán por desacreditar a los políticos indeseables desde el punto de vista de EE.UU.", destaca Nikándrov. El mayor objetivo de estas actividades, coordinadas por el Departamento de Estado, la CIA, la NSA y la Agencia de Inteligencia de Defensa, es remplazar a dichos dirigentes por otros "democráticamente orientados e inclinados a un diálogo" con Washington". Esta tesis se demuestra con la política de Estados Unidos en Argentina gobernada por la derecha que puso en el poder a Macri, visitado y alabado por Obama.

En el Gobierno de Obama hay partidarios de escenarios radicales para la región, incluido el "escenario libio". Los intentos de eliminación física de políticos extranjeros considerados indeseables, practicados por la CIA y los demás servicios secretos estadounidense, en numerosas ocasiones en el pasado, continuarán sin duda alguna, asegura Nikándrov.

Los montajes de derrocamiento de los políticos que ponen trabas a la hegemonía estadounidense en América Latina tienen en cuenta la situación operativa en dichos países. Según él, los lacayos de EE.UU., de "los cuales hay suficientes en América Latina", procurarán también socavar las actividades de los BRICS e implicar a los países de la región en la guerra de sanciones contra Rusia.

No existe ni un sólo Estado latinoamericano o caribeño que, en algún momento de la historia, no haya sido atacado militarmente por Estados Unidos o manipulado a través del dólar, la diplomacia, la política. Con extraordinaria habilidad se ha aprovechado de las debilidades humanas: ambición, notoriedad, inclinación a la corrupción e inclusive la traición a sus patrias y pueblos, y hasta de la ignorancia y el egoísmo de políticos y militares, para imponer el dictado imperial.

Ha utilizado la doctrina Monroe, la de la zanahoria y el garrote, o la Alianza para el Progreso, el Plan Colombia, el Plan Patriota, la Iniciativa Mérida, la guerra contrainsurgente, la guerra contra el terrorismo internacional, la lucha en defensa de la democracia, libertades y derechos humanos, y hoy la "ayuda humanitaria" para penetrar en América Latina y el Caribe, imponer gobiernos y saquear los recursos naturales y liquidar sus diversas formas de convivencia política, social y cultural. En cualquier lugar en el que intervenga Estados Unidos ha habido y habrá muerte, regueros de sangre, destrucción, cárceles y torturas para los patriotas y revolucionarios, riqueza y poder para los traidores, al tiempo que han liquidado los avances socio-políticos y los esfuerzos para abandonar el subdesarrollo y las desigualdades impuestas por el imperio en sus afanes de neocolonización.



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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