Dame tu mano my friend

A veces, puede suceder como ha pasado que un apretón de manos, salve
el mundo y, más si el que la estira en busca de la otra es el jefe
constitucional de turno en el poder del gran imperio -¡oh, yes!-
aunque el otro sea uno más como presidente de los que han sido por
años y siguen, embargados sin consideración ninguna y, burlados año
tras año de la resolución de votación como mandato mayoritario de la
ONU.

Antes, en vez de un apretón de manos, se decía, venga ese abrazo mi
hermano (aunque, no fuera) y, quién no, se dejaba abrazar y las paces
seguían su camino normal entre las dos personas, pero los tiempos han
cambiado. Y, jamás en el caso que nos interesa se pudiera decir con
consideración de causas, ¡a ti qué va mi amor, estás equivocado! O es
que tú no tienes juicio pormenorizado de todas las maldades que se han
realizado en el mundo bajo el efecto bien egoísta de tu mandato que,
es de donde salen las órdenes expresas y, tu Premio Nobel te ha
servido como refugio a todas las acciones bélicas y violación de los
derechos humanos y espionaje o no, que has emprendido contra países
que no están en el entorno del tuyo como aliado quizás. Y, Siria, por
ahora qué.

Y sucedió lo contrario que quedó registrado por fotos y videos para
Historia que más adelante se lo tragará el tiempo más rápido de lo que
se cree y, más cuando, “my friend did exactly what he should not have
done”. Por falta de personalidad o por el momento que no era oportuno
o, porque la acción del acto lo agarró fuera de base y no alcanzó a
lengüetearlo como lo debió hacer y, como en Cuba la palabra anterior
significa chismorrear, entonces, por qué no lo recriminó que esa
oportunidad no se presenta todos los días -¡oh, dios qué he hecho! No
entiendo, porque si yo me paso despotricando día y noche de un fulano
que nos desprecia y de su país que no hace nada por enmendar, debería
mantener ese proceder hasta qué el cuerpo aguante –¿eso se llamará
algo así como tener dignidad o perseverancia –o no? En tal caso queda
demostrado que cada quien dice lo que quiere hasta que hace lo
contrario y, además como el miedo es libre, todo es perdonable y hasta
superable para otra ocasión.

Y, Fidel qué dirá Fidel

¡Hombre Raúl!

¿Qué diría don Quijote a la desconsideración de Sancho en caso
parecido, sí, el caso fuera de él? Veamos. Posiblemente, le diría, la
frase más sincera, cosas veredes, amigo Sancho y, lo repetiría con una
sonrisa de kilométrica de años hacia el presente con mucha validez,
cosas veredes, amigo Sancho y, nosotros sólo agregamos que el origen
literario de esa expresión viene del Cantar del Mío Cid cuando el rey
le contesta por una afirmación de aquél, Cosas tenedes, Cid, que farán
hablar las piedras, la que distorsionada en forma y significado llegó
a, Cosas veredes y, lo que entre los hermanos Castro pudiera ser que
en alianza de confianza de tú a tú Fidel pincharía a Raúl con la frase
fresca y emotiva, que vainas contigo Raúl. Lo que en venezolano
cantado por Un Solo Pueblo de letra de un margariteño se le diría a
Raúl. “Botaste la bola, botaste la bola Raúl. Al premio Nobel del caso
never, never.

Los cubanos amanecieron hoy en primera plana y Cuba más cerca de
Florida después del apretón de manos entre los dos mandatarios que de
apretón no pasa a no ser que el cosquilleo le dejó a Obama un rescoldo
vivencial de tristeza y como afroamericano se le antoje visitar a Cuba
para ver y observar su obra de embargo continuo que flota en la
complicidad de años y, lo que ha hecho que los cubanos disidentes se
vayan a Miami a pensar como gringos y a trabajar como esclavos por los
dólares y a hablar bastante pendejadas como gusanos sin Patria. Y, más
de uno debió un día después amanecer arrecho al ver la fotografía del
agarre de manos y, lo que no sabemos si después del apretón: Obama se
fue al baño –mal pensado. A hacer pipí con su mano derecha.


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Esteban Rojas


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