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Del 11 de abril del 2011 o la gobernanza como problema

Del golpe de Estado del 2002 se ha dicho mucho, pero aún no lo suficiente. El golpe de Estado propinado por la derecha venezolana que tuvo como protagonista al sector económico y político (parasitarios del rentismo petrolero) afectados por la pérdida de privilegios, se basó en una estrategia que tuvo como articulación el desencanto de un sector social que deseaba seguir en una democracia representativa decadente (por ignorancia de lo que significa la democracia participativa), pero con un cambio reformista que tendiera a mejoras en el marco del desarrollo del mercado.

Esos mismos que dieron un golpe contra una naciente Constitución ahora se erigen como los más acérrimos defensores de la misma, cosa que sabemos, es una vil excusa para lograr su objetivo; volver al poder político para garantizar el poder económico en el país con la mayor reserva mundial de petróleo. Sin embargo, siendo esto evidente, en este momento esa oposición derechista y golpista vive un momento de reoxigenación electoral que les hace suponer la posible victoria para el 2012, aunque poco viable, no deja de ser un escenario más factible que en procesos electorales anteriores.

¿Por qué la oposición golpista del 2002 en el 2011 se plantea como escenario la posible victoria electoral? Muchas podrían ser las causas, entre ellas un triunfalismo como consecuencia del incremento de su masa electoral en el 2010, pero la realidad podría estar en la percepción de decepción y descontento de un sector de la población que no desea la vuelta de gobiernos de derecha, pero encuentra en el proceso revolucionario niveles de ineficiencia e ineficacia que los impulsa a abstenerse a continuar apoyando el proceso político actual o a operar con una postura reactiva ante las acciones gubernamentales por la carencia de correctivos claros ante los errores correctamente aceptados pero aún no corregidos por el gobierno bolivariano.

Son: la corrupción, la malversación, el peculado de uso, la contradicción entre el discurso y la acción y la poca movilidad de cuadros político-técnicos con alta responsabilidad en el desarrollo de las políticas públicas y que han demostrado su ineficiencia e ineficacia, parte de las causas del descontento que muestra una población que sanciona cualquier intensión de apostar contra el desarrollo del socialismo, venga de donde venga.

Es poco probable el emerger de una tercera vía que canalice este descontento, pero es responsabilidad del gobierno bolivariano generar los cambios pertinentes para el logro de transformaciones reales, que cada día se hacen más inviables con un estructura concebido para la consolidación de un Estado Liberal Burgués.

Debemos recordar que producto de ese golpe de Estado nacieron las Misiones, como una forma alterna de desarrollo de políticas públicas eficientes para la atención de los problemas más neurálgicos del país, acción que permitió generar la confianza, de quienes apostaron por la vía democrática, de que un verdadero cambio era posible con un gobierno revolucionario. Sin embargo, las Misiones terminaron siendo parte de la estructura del Estado liberal burgués aún vigente.

A 9 años de un golpe de Estado, frenado por los valores democráticos más profundos del venezolano que cree que la solución no está en la acción violenta de la derecha venezolana, es un buen tiempo para formular varias salidas a la encrucijada que vivimos:

Un primer elemento es la necesidad de aplicar medidas que permitan confiar en la justa sanción de quienes asestaron el golpe de Estado del 2002.



Un segundo elemento es la consolidación de mecanismos que atiendan a la verdadera transformación del Estado Liberal Burgués a un Estado Comunal, en el marco de un Estado Social, de derecho y de justicia, tal como lo expresa la Constitución del 99.

Un tercer elemento es la necesidad de acciones sinceras y descarnadas contra la corrupción, fenómeno que no es exclusivo del proceso revolucionario ya que éste es un problema cultural, pero que sin la voluntad y acciones políticas reales poco se avanzará en su combate.

Un cuarto elemento es la formación de cuadros político-técnicos de alto nivel ético, político y científico, instruidos bajo la doctrina socialista, que sean los garantes de: 1.- La conducción hacia la verdadera transformación del Estado y no una reforma parcial, 2.- La demostración concreta de que el proyecto revolucionario garantiza el bienestar del pueblo, no sólo con discursos o dadivas rentistas, si no, con calidad en la gestión de recursos y con la sensibilidad social que debe caracterizar a promotores del cambio, creando mecanismos que realmente integren a las comunidades en los procesos decisionales.

En conclusión, este 11 de abril de 2011, el problema no debe centrarse en la gobernabilidad que existe (control de los políticos sobre los ciudadanos), si no, en la gobernanza que debemos concretar (control ciudadano sobre los políticos).

FNCEZ. El Frente Nacional Campesino Ezequiel Zamora el jueves 7 del presente mes realizó una toma pacífica de AgroPatria. Denuncian que se están desviando productos a casas ilegales de distribución, vendiendo 100% por encima del precio, pero además denuncian que el día de la acción los medios oficiales no hicieron presencia. Felicitamos la denuncia y la propuesta del FNCEZ e invitamos a la reflexión sobre el caso AgroPatria.

En RNV. Este como todos los lunes, estaré con ustedes en el Canal Informativo a las 8 A.M. con Memoria Ampliada y el Miércoles a las 8 P.M. en Cara Sello.


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Nicmer N. Evans

Director de Visor 360 Consultores, una piedrita en el zapato, "Guerrero del Teclado", Politólogo, M.Sc. en Psicología Social.

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