El imperio español en América Latina renació hace 20 años

El 4 de diciembre concluyó la XX Cumbre Iberoamericana en Argentina. España, Portugal y Andorra, además de todos los países latinoamericanos hispanos y lusófonos, a excepción de Honduras, hicieron presencia. Por primera vez un país Iberoamericano no acudió a la Cumbre al no ser invitado por las resistencias de muchos presidentes considerando de ilegítimo el gobierno de Porfirio Lobo por el golpe de estado de junio de 2009 contra el expresidente Manuel Zelaya. Evo Morales ya advirtió en septiembre que “si en la Cumbre está el señor Lobo, quiero anunciar que yo no seré en este importante encuentro" [1] A pesar de no ir Lobo, Evo Morales hizo ausencia y fue sustituido por su vicepresidente García Linera, por otros motivos, al igual que 4 presidentes más. Entre ellos, 3 presidente integrantes de la Alianza Bolivariana por los Pueblos de nuestra América (ALBA), Hugo Chávez de Venezuela, Raúl Castro de Cuba y Daniel Ortega de Nicaragua, además del español Rodríguez Zapatero. Era la primera vez que no asistía a la Cumbre el líder del ejecutivo del gobierno español. La ausencia de Zapatero fue justificada para presidir con el Consejo de Ministros el viernes 3 de diciembre el nuevo reajuste económico neoliberal que presentó como parte del “remedio” de la fuerte crisis existente. Con medidas como la privatización en un 49% de la empresa estatal de los aeropuertos, AENA, y en un 30% de las Apuestas del estado, además, la reducción de impuestos de las pequeñas y medianas empresas y la eliminación del bono de protección de 426 euros a los parados sin ninguna prestación.


Telefónica en la Cumbre Iberoamericana


La cumbre, titulada “Educación por la inclusión social”, después de hacer un homenaje al expresidente argentino recientemente fallecido, Nestor Kichner, y al presidente brasileño, Lula, que deja su cargo el próximo mes de enero, se firmó por unanimidad la “Declaración del Mar de la Plata”. En el documento final se acordó el repudio a los golpes de estados, con la llamada “clausura democrática”, por las últimas experiencias de las acciones antidemocráticas y bélicas por parte por la derecha política en Venezuela, Bolivia, Honduras y el Ecuador. Una vez más, se denunció conjuntamente el bloqueo económico que sufre Cuba por parte de los Estados Unidos desde hace 50 años, y se apoyó la soberanía de Argentina en las Islas Malvinas, actualmente propiedad del Reino Unido desde la invasión del archipiélago en 1833. Generándose, amén, el conflicto armado vivido entre los dos países durante 3 meses en 1982, al intentar recuperar Argentina el territorio, y produciéndose un saldo de 650 militares argentinos y 255 británicos muertos, y finalmente la “rendición” del país latinoamericano.

El actual tema morboso de los documentos desclasificados por Wikileaks, siendo un debate prioritario a nivel internacional también hizo eco en la Cumbre. Varios rumores anunciaban una crítica conjunta contra Washington pero finalmente no se llegó a ningún consenso oficial de denuncia. Esto si, destapó el vínculo político de cada estado con el imperio norteamericano según sus afirmaciones al respeto. El canciller Cubano, Bruno Rodríguez, criticó duramente a los Estados Unidos por la “burda intervención en nuestros asuntos internos”[2], afirmando que Obama solamente hace demagogia en la política internacional. El nivel del discurso fue acompañado por la intervención del homólogo venezolano Nicolas Maduro afirmando que las filtraciones de Wikileaks revelan la “persecución permanente contra la Revolución Bolivariana”.[3] Tampoco se quedó atrás el Vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, titulando a la diplomacia de los Estados Unidos como “imperial de espionaje y conspiración”[4]. Ecuador y Nicaragua también apoyaron incluir una condena en la declaración final. Las denuncias y la propuesta de los países del ALBA finalmente fueron rechazadas por la negación de Brasil, Argentina, México, España, entre otros, para así no perjudicar en nada sus relaciones con Washington.


En el área social se aprobó un plan de acción de Metas educativas hasta el 2021, sobre la reducción de la pobreza y la desigualdad, con la contradicción de financiar parte de este proyecto, con un Fondo Solidario, las multinacionales españolas, como Telefónica, o el BBVA aportando 500 millones de euros. Actualmente, las empresas españolas se sitúan en el segundo lugar, detrás de los Estados Unidos, como principales inversores extranjeros. Justamente, en los años 90 con los modelos neoliberales en América Latina con los planes de reajuste del “Consenso de Washington”, empresas como Unión Fenosa, Endesa e Iberdrola, Repsol YPF y Gas Natural, Telefónica o BBVA compraron la mayoría de servicios públicos en el proceso de privatización[5]. La historia se repite, y España vuelve a ser un destacado actor neocolonial en Latinoamérica.  Días antes de iniciarse la XX Cumbre también se realizó el VI Encuentro Empresarial Iberoamericana que tan ocultado ha sido en los medios de comunicación. En el acto, el Secretario del Estado Español sobre Comercio Exterior, Alfredo Bonet, desenmascaró los intereses económicos transnacionales afirmando que “Iberoamérica continúa y continuará siendo un referente para las empresas españolas en sus planes de expansión internacional”, donde “los esfuerzos de liberalización de los flujos comerciales y de inversión tienen que ser percibidos como una inversión de futuro, que hará beneficiar a las empresas”[6]. La organización internacional Greenpeace ya presentó en el 2009 el informe “Los nuevos conquistadores. Multinacionales españolas en la América Latina”[7] donde define sus impactos negativos, tan sociales como naturales. La estrategia económica española, fue, y continúa, unida a la estrategia política. Con el crecimiento de la acción empresarial española en América Latina, Felipe González, ex presidente del estado español (1982-1996), propuso la creación de Cumbre Iberoamericana al 1991.


¡Fuera de Argentina reyes fascistas!


El Rey español Juan Carles I, único símbolo monárquico de todos los países de la XX Cumbre, y representante del estado español y de los intereses de las transnacionales, volvió a ser anécdota como en el Encuentro de 2008 en Santiago de Chile, donde chilló groseramente contra Chávez “¡Por que no te callas!”, después del debate entre Chávez y Zapatero sobre las acciones de injerencia del expresidente José María Aznar en la América Latina. Este año la anécdota fue en la inauguración cuando el interlocutor que presentaba a los representantes de cada estado, etiquetó a Juan Carlos I como Presidente de España. Un “Presidente” que dura más de 35 años. Mientras los medios de comunicación informaban sobre el buen recibimiento de la Presidenta anfitriona, Cristina Fernández al Rey español, con el intercambio de regalos, no tenía nada de espacio informativo las manifestaciones en Buenos Aires contra la visita del monarca. Centenares de manifestantes, en el acto convocado por varías organizaciones como el Movimiento Continental Bolivariano o la Coordinadora Vasco Argentina, marcharon el viernes 3 de diciembre a mediodía hasta las puertas de la Casa Madrid, rodeados por un cordón policial, con los gritos “Fuera Reyes Fascistas de Argentina!”. El periodista argentino Carlos Aznárez declaró públicamente el repudio de la presencia del Rey en Argentina “por que hace más de 500 años llegaron para masacrar los pueblos con la evangelización matando a los pueblos originarios. No queremos reyes que nos traten cómo colonizados, y también nos solidarizamos con el pueblo vasco por que este Rey y su estado permanentemente tortura”. El actor Norman Briski, en un comunicado se refirió al Rey con la pregunta “¿Qué haces aquí bucanero de empresarios?”, complementándole a otro manifestante, Carlos Ponce del Partido Revolucionario de los Trabajadores, con “¿el rey viene a hablar de la educación o de los intereses de la burguesía imperialista europea?”[8]. No solamente la mayoría de los medios del estado español han ocultado las movilizaciones contra el Rey en la Cumbre, también los medios argentinos han suprimido las voces de los manifestantes antiimperialistas y antimonárquicos.


En América Latina se critica al imperio yankee y su función imperial con instrumentos como la OEA (Organización de Estados Americanos), y erróneamente se deja en historia al imperio español. El rey Felipe II (1527-1598) ya afirmó “El Sol no se pone en España”, frase que busca reponer el monarca actual Juan Carlos I y sus socias transnacionales con las Cumbres Iberoamericanas y sus paralelas cumbres empresariales.


     
[5] La empresa española Endesa quiere construir en la Patagonia chilena unas represas que provocan una grande arrebatada ecológica, afectando la producción de subsistencia a las poblaciones vecinas. Repsol genera una gran cantidad de vertidos en Ecuador, Argentina y Bolivia, además, políticamente, es autora de la violación de Derechos Humanos y represiones contra las comunidades indígenas y campesinas en Colombia financiando actuaciones de grupos paramilitares, como afirmó Amnistía Internacional al 2004. Y laboralmente, Pescanova, según la denuncia pública al Tribunal Permanente de los Pueblos el pasado mes de mayo en Madrid, comete grandes violaciones de explotación contra los trabajadores a Centro América.
  

[8] Ver video de la manifestación y declaraciones de los vocales. http://www.kaosenlared.net/noticia/video-centenares-argentins-manifiestaron-contra-visita-rey-espana-cumb

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Aníbal Garzón Baeza

La mayor verdad de la historia es que la humanidad está llena de mentiras. Dialécticamente, como humanos vamos a desenmascararlas.

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