OPEMPIA . Un Contrapeso Global para la Soberanía Tecnológica del Sur

La brecha entre los países que desarrollan la IA como son Estados Unidos, China, Israel, Canadá y el Reino Unido en relación con el sur global es muy grande, y cada día esa distancia se hace exponencialmente más extensa, la ventaja que llevan principalmente Estados Unidos y China en el desarrollo de la IA con sus aplicaciones en todos los ámbitos, en especial en la industria militar es prácticamente inalcanzable.

Esa condición hará que muchos países, se vean envueltos en una dependencia tecnológica sin precedentes, en especial en el área de la industria militar, sin los avances de la IA, toda la defensa tradicional de cualquier Estado, queda irremediablemente obsoleta, y bajo la premisa de que cualquier adquisición moderna, para la defensa pudiera ya venir contaminada en su sistema de mando, por algoritmos internos ocultos de la IA, a los países del sur global, no les queda otro camino que incursionar en el mundo del Deep Learning, con sus propias fuentes del conocimiento.

Pero para obtener las fuentes del conocimiento, dos objetivos son críticos, 1- Detener la ampliación de la brecha existentes entre los países desarrollados en la IA y el sur global, 2- Obtener de los países que mantienen el poder de la IA en sus manos, conocimientos apropiados para el desarrollo propio de esta ciencia y tecnología.

Esos dos objetivos acabados de mencionar arriba, no se logran con solo desearlo, requiere de una coalición sólida de países que representen los intereses del Sur, y el núcleo de esta alianza debe radicar en los países que suministran fuentes primarias para el desarrollo de la inteligencia artificial.

Las materias primas necesarias para el desarrollo de la IA, se dividen en dos categorías principales: recursos físicos (minerales, agua y energía) y recursos digitales (datos y algoritmos).

Empecemos mencionando que países poseen tierras raras: estos son Brasil, Myanmar, Sudáfrica y Madagascar. Litio; Chile. Cobalto; República Democrática del Congo, Indonesia, Argentina, Bolivia, Filipinas, y Zimbabue. Silicio; Noruega. Chile, Perú, República Democrática del Congo. Grafito; Madagascar, Mozambique, Brasil, Corea del Sur. Níquel; Indonesia, Filipinas, Nueva Caledonia. Wolframio (tungsteno); Vietnam, Bolivia, Ruanda, España, Austria, Portugal.

Con recursos hídricos tenemos; Brasil, Perú, Colombia, Venezuela, Indonesia, con fuentes de energía eléctrica y renovables, Noruega, Dinamarca, Islandia, Costa Rica, Paraguay y Uruguay.

Dada esta breve caracterización, podemos agrupar y ya apuntando al sur global a los países por regiones que contribuyen a la IA, en Latinoamérica tenemos a Brasil, con reservas significativas de niobio (crítico para semiconductores) y litio, además de participar en iniciativas BRICS para reducir dependencias tecnológicas, Bolivia que alberga el yacimiento de litio más grande del mundo en el Salar de Uyuni, vital para baterías de IA, Chile y Argentina, líderes en producción de litio y cobre, esenciales para infraestructura eléctrica y almacenamiento energético.

África con Sudáfrica como principal productor de platino y manganeso, usado en componentes electrónicos y sistemas de refrigeración para servidores, Etiopía y Uganda con reservas de tierras raras y cobalto, República Democrática del Congo que suministra el 70% del cobalto del mundo, mineral clave para baterías de vehículos eléctricos y centros de datos.

Asia, Indonesia, el mayor productor de níquel del mundo (para baterías) y socio BRICS que impulsa soberanía en procesamiento mineral, Malasia y Tailandia, exportan estaño y silicio con creciente rol en la cadena de suministro de semiconductores, India tiene reservas de grafito y tierras raras y lidera en el BRICS estrategias de reducción de brechas.

Para lograr los objetivos señalados como 1 y 2 en el tercer párrafo, es conveniente formar la

Organización de países exportadores de materias primas para la Inteligencia Artificial, (OPEMPIA), esta organización conformada por los países que aportan materias primas para la IA, se encargará no solo de cerrar la brecha existente, sino también del equilibrio estratégico entre la oferta, la demanda y precios, adaptándose a contextos económicos y geopolíticos. Además, esta organización tendrá como alianza principal al resto de países no exportadores de materias primas para la IA, ya que los intereses con los que sí exportan son los mismos, evitar la dependencia acentuada tecno digital que se está produciendo.

La brecha entre los que dominan la IA y el resto, ya es gigante, el crecimiento de esa distancia es día a día abismal, la única forma de detenerla es bajo la unión de los países del sur global. Hagamos un esfuerzo y fundemos la OPEMPIA. (siglas en español).



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José F. Medina


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