A propósito de las elecciones AN-2020. Y vuelven los perros arrepentidos

Si algo he disfrutado de mi militancia en el Partido Socialista Unido de Venezuela en el Estado Bolívar, es que he estado en la primera línea del apogeo, cisma y decadencia como organización partidista, que no sólo es auspiciada por los 3 neo caudillos (con mucho respeto y humildad lo digo) asignados directamente por Caracas y de los cuales, a pesar de las distintas situaciones múltiples y continuas que hemos experimentado en la era del Legado (post 2012), observo que los de la militancia administrativa y política no aprenden al asomarse los periodos electorales de manera adelantada con encuestas y quinielas.

Claramente, la fiesta electoral es necesaria si queremos generar un cambio respecto al adefesio injerencista de poseer virtual y legalmente 2 Asambleas Nacionales (recientemente el ejecutivo le ha parado más a la virtual que a la legal), sumado al cuerpo constituyente coyuntural, que ha logrado un aglutinamiento de contingencia a ‘’líderes’’ sociales que si bien, al cabo de los primeros 6 meses tenían mucha participación mediática y a su vez muchos de ellos llegaron a las alcaldías que corren en el periodo actual, han concretado más en, nuevamente desde Caracas, fijar la posición de que es el oficialista PSUV quien maneja las riendas del estado, gobierno y legislatura venezolana.

Colocándolos en contexto necesario de manera inicial, se repite nuevamente lo que hemos vivido durante 20 años: el centralismo democrático del partido radicado en Caracas, es quien decidirá las candidaturas del PSUV Bolívar. Tomando en cuenta probablemente unas elecciones internas (que siempre han sido cuestionadas) o la cooptación común que se realiza según las fuerzas de los sectores (no partidos del GPP) que representan la cotidianidad del estado (trabajadores, indígenas, ¿juventud?, mujeres), no se desmarcan del ya sectarismo afincado por las parcelas de los grupos de poder establecidos y los que pretenden establecerse, frente a la rotación del liderazgo estadal (gobernador): es decir, un lobby regional planteándole las mejores decisiones a la nomenclatura de estado.

Exista una pugna innegable de no dar espacios (más de los que dejaron en Caroní, Heres, Roscio, Sifontes, Piar con fuerza directa) al Rangelismo en sí, claramente una política aplicada también en su periodo de gobierno. Seria descarado no decir que la salida de Rangel Gómez no fue muy aceptada ni por él, ni por sus correligionarios, ya que 12 años representan un matrimonio donde se generó un divorcio forzoso, al verse comprometido su decoro con pactos no muy cónsonos (según el ideario del pueblo, prensa, adversarios y sus aliados) con sectores mineros, de la construcción y empresarios, que no han dejado más que devastación, muerte, creaciones de mafias que afectaron no sólo su imagen, sino la del gobierno nacional, y lo más importante, a la psiquis del ciudadano común.

Vemos que se repiten en encuestas escuetas, vía mensajería whatsapp, telegram, Facebook, además de los mal llamados programas de comunicación popular radial, que para nadie es un secreto, son eternos laboratorios para cobrar lisonjas al crear ruidos ‘’reales’’ en base a chisme o jalar bolas, a cambio de metálicos o cuotas de poder; las mismas personas que han perdido elecciones internas, que han perdido las ternas por cooptación, que no representan ni a sectores, que no tienen ni calada política ni moral, que representaron al Rangelismo y al fugaz Joseramonismo, y ojo, al Justismo también, sin tomar en cuenta algo: electoralmente, nuestro mayor aliado no será el GPP famélico, sino la abstención generada a la animadversión de la oposición y sus seguidores, que están decididos es en un derrocamiento general y sin cuartel contra la república, pero jamás participar en unas elecciones, aunque, puede haber sorpresas.

Metiéndole más radiografía a la experiencia menor y media de la legislatura, las cámaras municipales y el consejo legislativo, ya no son más que un apéndice del ejecutivo regional (ojo, los que se plegaron a la nueva línea), de resto, no legislan, conspiran entre ellos y contra ellos cual Universo 25; se han enfocado más en hacer trabajos hacia el sur del estado que para NADA tiene que ver con sus comisiones, arrimándose al complejo Domingo Sifontes, pero, ¿Qué vemos en el avance de legislación?, ya no se discute presupuesto; ya no se auditan las obras ejecutadas o por ejecutar; no pueden solventar de manera jurídica las problemáticas comunes que se presentan actualmente en los mercados, transporte, recolección de desechos sólidos, cultura, educación, y ojo, con la excusa más balurda al decir ‘’es que no hay presupuesto, ¿Qué vamos hacer?’’ todos nos preguntamos ¿Qué quedará para la AN, que tiene mayor complejidad y alcance? ¿Asistencia a hemiciclo y lealtad?, i dont think so.

No nombraré a puntuales, no por miedo, sino que todos saben quiénes son, ex presidentes de empresas básicas, ex directores regionales y ahora replegados en alcaldías como coordinadores, actuales gerentes regionales, ex diputados de la AN, ex ministros, ex secretarios, etc. Lo que si diré es lo siguiente: en la última campaña del 2015 por las parlamentarias que nos dieron hasta con el aza del tobo, y lo peor, es que perdimos contra Diputados Express de la oposición, el descontento en la barriada no era sólo por la falta o precariedad de los servicios básicos, sino el tema alimentación, el tema inundaciones, el tema eléctrico, el ofrecimiento de casas a resguardos que en la actualidad ‘’producto’’ de la guerra económica no han sido culminados; ¿Creen que con pintura, láminas de zinc, balones, bolsas de comida (que ni si quiera en tiempo electoral, mejoran el suministro), y pagos de carros, taxis, o gorritas convencieron a la gente? … Uds. creen que con discursos de lealtad al presidente Chávez y a Maduro, van a decir: ‘’es este mi candidato’’ (?). La gente ya no demandará respuesta ni acciones que por cierto no le competen a Ud. (aspirante a candidato), sino al ejecutivo nacional, regional y municipal que los gobierna y administra.

Tienen mal el indicativo que por lanzar un operativo del carnet de la Patria y el PSUV, electoralmente el pueblo (me incluyo) nos quiere. No se aprendió la lección de las internas del 2015, ni las elecciones regionales del 2017 que en estas por cierto y con toda la responsabilidad moral siendo testigo de primera línea en acción lo vi, jugaron para atrás muchos de los que aspiran ser candidatos en este 2020 y virtualmente perdimos, mucho menos las de las abstinentes elecciones presidenciales y cámaras municipales del 2018, que de por si perdimos, porque ganar sin contrincante no tiene esencia política por ninguna parte.

No se pongan ofrecer casas y apartamentos, no se pongan a ofrecer seguridad, no se pongan a ofrecer que eliminarán las colas de la gasolina, no se pongan ofrecer ni dar bolsas de comida. Vean la realidad de Guayana, una sociedad semi longeva, que sus hijos se fueron al exterior, que se mantienen en sus puestos de trabajo por esperanza de que en algún momento se reactiven los motores que, por falta de aceite, gasolina y consciencia empresarial, no arrancaron; que confiaron en la ‘’buena gestión’’ de un gobernador que venía de hacer una limpieza y corrección gerencial en las empresas básicas y hoy por hoy, se notó que era más verbo que acción contundente, ahora que maneja un estado. No ofrezcan mejoras salariales, que teniendo en muchos casos las presidencias, directivas, coordinaciones, de instituciones, incluso hasta del ente rector del trabajo, golpean aún más al trabajador. Donde no vemos acciones económicas contra el comerciante grande ni el pequeñito. Donde la anarquía y el asesinato son normas como en el ex Congo Belga, en el sector minero. Entiendan, si no tienen primero un plan para abordar la campaña, más allá del tradicionalismo electorero de gorra, camisa y balón, no aspire, porque la gente no quiere su aliento.

Por último, porque sé que muchos leerán y dirán, esto es más de lo mismo de lo que ya sabemos: los primeros que deben sentarse y comenzar a reconocerse, son Uds. los directivos del PSUV Regional, aceptar las estructuras municipales, y comenzar a verse de manera objetiva cuáles son sus grandes males, sobre todo la política parcelera y dejar claro en la mesa cuáles son sus aspiraciones y los aspirantes someterse a escrutinio ciudadano con metodologías serias. A partir de allí, sacar conclusiones y ver como carajos van afrontar el tema de candidaturas. De resto, esperen el achinchorramiento del pueblo, no generado por la ‘’inconsciencia’’ sino por nuestro accionar político. Esto no se trata de Justo Noguera, esto no se trata de Rangel Gómez, de la Tata, de Sergio de José Ramón ni Marcano, mucho menos Nicolás. Esto se trata de que estamos ante el peligro inminente, que, del participar la oposición, hasta los nuestros por arrechera, votarán en contra de manera clara, precisa y concisa. Váyanse al carajo, con su falso optimismo.



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Daniel Jesús Ramírez González

Comisionado de Asuntos Internacionales de la JPSUV Caroní, Estado Bolívar.

 danielramirez@psuv.org.ve      @DanielRamirezG

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