Guerra Económica (II)

En el primer escrito, se trato de cómo la guerra económica estaba generando una economía de guerra producto del contrabando de extracción, fenómeno generalizado por las fronteras de los países detractores al sistema político socialista venezolano (Colombia, Brasil, Guyana e Islas coloniales de Holanda”, el primer país y es el caso al cual nos compete por vivir cerca de la frontera con el Norte de Santander, se ve como grupos militares de dicho país favorecen el contrabando de gasolina, alimentos, hidrocarburos, materiales para la construcción, productos de limpieza personal entre otras u otras inimaginables para el lector, aunado a ello el gobierno colombiano, cierra la frontera como estrategia para evitar el pase de ciudadanos colombianos a nuestra patria a comprar libremente, pero auspician el contrabando, ello ha causado el fenómeno de liquidez ilícita entre ambas fronteras.

Para dar indicadores es pertinente dar un análisis de cómo una gándola de gasolina cuyo costo no debería pasar de 36.000 Bs si es al caso de 91 Ots y se transforma en 1800 pimpinas y cada una de ellas equivale a 20 Lts, en el contrabando de extracción provocado por el gobierno colombiano según resolución 08, en correspondencia con algunos agentes del sistema de seguridad venezolana (FANB, PNB, CICPC, POLITACHIRA entre otros) logran una cifra relacionada por cada pimpina un costo de 7.000 pesos colombiano transformando a las 1800 pimpinas equivalentes a la gándola da un monto aproximado de 12.600.000 pesos colombiano y si se lleva a dólares americanos da un total aproximado de 4500 $ y si se lleva esas sumas a nuestra moneda golpeada por esas mafias, da un resultado de 1369565 (Exp 10), es decir, una gándola de gasolina cuyo costo es equitativo a un huevo de gallina, se transforma en 4500 $ americano, 12.600.000 pesos colombianos o 13.695.650.000.000.000 BsF, en función a un cambio planteado por las casas cambiarios colombianas asentadas en el norte de Santander “La parada” de 0,00092 por transferencia a cuantas de clientes en Venezuela; allí se puede evidenciar como el contrabando es un fenómeno inducido en estrecha relación con mafias colombo – venezolanas para golpear el gobierno venezolano como objetivo estratégico, pero la realidad es un pueblo quien es el más perjudicado por esa táctica aberrante.

Sin contar que ahora existe cinco (5) formas de pago para la adquisición de los producto en los distintos mercados tachirenses, como lo son, si pagas en efectivo un Kg de arroz te puede salir entre 350.000 a 450.000 BsF, si lo pagas en transferencia te sale entre 1.500.000 Bs, si lo cancelas por punto es costo sería aproximadamente a 2.500.000 BsF, ahora si lo cancelas por pesos colombianos, su valor equivale a 2.000 pesos y Kg que al cambio por transferencia serán 2.000.000 Bsf e incluso te venden hasta 3 Kgs de ese mismo producto colocado como ejemplo a 5.000 pesos colombiano y si lo llegase a pagar por dólares americanos, solicitan 1 $ por Kg de ese mismo producto. Como podrán ver los lectores, existe una distorsión económica en el mercado venezolano planteado por las mafias para pervertir al pueblo venezolano.

Estos son indicadores de una sola gandola de gasolina, sin contar el desvió de alimentos venezolanos asentados en el mercado fronterizo colombiano, los hidrocarburos, la venta de efectivo y ahora la monetización de peso colombiano y el dólar americano en los mercados tachirenses, si se hace una breve explicación de teoría económicas; Méndez (1999) plantea la tesis de Von Thunen o teoría de círculos concéntricos donde el mercado es el centro de atención para la actividad de la oferta y la demanda y en él, todo lo cercano se le ofrece un valor agregado por estar cerca, mientras en la periferia hay una devaluación conforme a su lejanía.

Esto quiere decir que, Cúcuta quien es ahora el centro inducido de la economía nacional por su moneda (Peso colombiano/ dólar americano), es la zona para la adquisición de bienes y productos y eso trae como consecuencia una guía económica hacia lo más distante del territorio nacional y conforme se acerque se adquiere mayor el costo de los producto dentro y al centro de la nación venezolana. He allí la estrategia para destruir la economía venezolana por medio de las casas cambiarias en territorio colombiano, ya que, un salario mínimo colombiano equivale a 121 salarios mínimos venezolano aproximadamente.

Son observaciones analizadas para lograr comprender la situación país causada por quienes detractan al gobierno bolivariano. Ahora bien, ¿cuáles serán las medidas económicas acordes para tratar de mitigar o socavar esa estrategia de economía de guerra en Venezuela? Será la falta de voluntad política, la principal categoría política coadyuvante para dar al traste todas esas acciones en contra del pueblo venezolano. En tal sentido se propone como estrategia la apertura de casas de cambio en suelo patrio para lograr un terreno donde se pueda combatir a la par con este flagelo como lo es la colocación del peso colombiano como circulante monetario en nuestra tierra y con ello no se esté violentando la soberanía económica nacional.

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Jesús Alberto Sánchez Hernández

Educador. Miembro del equipo PSUV sector universitario.

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