(Una Autocrítica al Caso Anzoátegui)

Las Profesionales y Técnicos en el PSUV

Durante la IV República, los partidos del status quo -AD, COPEI y hasta el MAS- sentían y mostraban muy orgullosamente lo que para ese entonces se llamaba secretaría de profesionales y técnicos. Gran parte de la burocracia media del Estado provenía de las "cuotas de poder" que este segmento lograba obtener por su desempeño en lo política. Era una participación estrictamente utilitaria, que servía como justificación  para reclamar posiciones burocráticas. Muy en el fondo, este punto de organización era como un filtro para atenuar o hacer menos visibles la división social que existía. En ese proceso de metamorfosis política que vimos involucionar, la propia CTV fue ocupada por este grupo.

 He estado participando en el movimiento de profesionales y técnicos que se "constituyó" -así entre comilla- en Anzoátegui y de mi participación y observación, venía sintiendo una cierta inconformidad que no lograba explicarme. Sentía que algo no estaba en su lugar y esta madrugada del día jueves 8 de noviembre, cuando la soledad de mi apartamento me colocaba en un punto entre una fuerte ansiedad y gran depresión, opte por tomar un clásico de la filosofía -Miseria de la filosofía de Marx_ para releer algunos pasajes y pude explicarme ese sentimiento de inconformidad, que ahora tengo la oportunidad de plasmar en este artículo como una crítica y autocrítica, esperando que podamos entenderlo y ver si llegamos aplicarnos por lo menos una R -1R- de las 6R que tenemos pendiente en el seno de esta agrupación. Digo agrupación y no movimiento porque la cosa incluye esta calificación de grupo.  

 Este clásico tiene como contexto a la Gran Bretaña en los años 1840 y en esa obra, hay pasajes en los cuales Marx trató el asunto de clase en sí y clase para si. Este asunto recoge exactamente  el sentimiento de inconformidad que me invadía al ocupar de vez en cuando un lugar en esta agrupación -no movimiento-. Tal y como suelo observarlo en el estado Anzoátegui, no sé si este comportamiento es el mismo a nivel nacional; la situación ha pasado de la IV a la V sin ninguna cambio cualitativo y más bien, persiste el sentido de involución que experimentaban estas secretarías de profesionales y técnicos durante la IV República. Vivimos, actuamos y pensamos bajo el sentido de clase en sí, lo cual se traduce en una especie de agrupación que por las discusiones y la razón -justificación- que la hacen existir como profesionales y técnicos del CC-Anzoátegui PSUV, no van más allá de sus fronteras existenciales.

 El sentido de las reuniones que cada vez se hacen más reducidas y medias clandestinas, junto al esquema utilizado para abordar las situaciones que ponen en la mesa de discusión, son un patético ejemplo para comprender que no hemos entendido el momento y la necesidad de hacer la mutación de "clase en sí" para colocarnos como un referente de clase "para sí". Puedo decir, porque he estado ahí, que hemos tratado en algunas sesiones de grupo temas interesantes, pero claramente desubicados de un perfil histórico y esto hace imposible la mutación. La agrupación continúa fiel a su perfil de agrupación y no toma conciencia de la necesidad de dar el salto para tornarse en un movimiento a través del cual recobre el sentido de "clase para sí".

 No es muy revolucionario sentirse integrante de la agrupación Profesionales y Técnicos del CC-Anzoátegui PSUV y asumirse, como una agrupación que está un "pelo" más arriba del común. Verse, sentirse y asumirse así, no es muy revolucionario. Aislarse y creerse que las situaciones pueden explicarse y solucionarse desde lo técnico y profesional es exactamente una reproducción de una conducta propia de las secretarías de profesionales y técnicos de la IV República a los que llamábamos tecnócratas.

 Sentirnos creadores de las soluciones  y distante de los problemas y sus espacios, es exactamente reproducirnos como los tecnócratas de la IV. Saber que afuera hay pueblo intentando sobreponerse a muchas limitaciones y entenderlos como  votos nos va más allá de eso. No verlos, sentirlos y acompañarlos también en su condición técnicos y profesionales de sus existencias, carencias y padecimientos, es algo más que una exclusión injustificable que tiene cabida en esta cosa que llamamos profesionales y técnicos del PSUV.  Asumamos autocráticamente este comportamiento e intentemos migrar hacia un movimiento social que tome como lema: Clase para sí.

domínguezclaudio15@gmail.com



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Claudio Domínguez


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