Si tomamos en serio las reflexiones políticas recogidas en las consideraciones dispuestas por el Comandante, Presidente Chávez, en torno a las cinco líneas de acción para la elaboración del mapa estratégico, para que tengamos garantizadas las condiciones subjetivas y poder ganar la reelección presidencial, se hace necesario admitir que los errores, cualquiera que sea su naturaleza, cometidos en la ejecución de las políticas institucionales, fundamentalmente cuando la pérdida de la Reforma Constitucional en el 2007, y por no corregirse a tiempo, fueron, y son aún, la principal causa que genera los riesgos para la continuidad revolucionaria, de caras al 2012.
Una revisión en torno a los errores cometidos durante los últimos años de proceso de gobiernos, nos lleva principalmente a las gestiones desempeñadas por nuestros gobernadores y alcaldes, siendo los más referenciales por sus repercusiones políticas, las del ex-alcalde Mayor, Juan Barreto y del ex-gobernador de Carabobo, Acosta Carles, quienes, a pesar de las fuertes y fundamentadas críticas dentro del proceso y desde diferentes factores, en sus gobiernos siempre hicieron caso omiso. Podemos afirmar que hasta, por acción u omisión consiente o no, colaboraron en las perdidas, no solo de esos espacios políticos regionales, sino que, además, contribuyeron en las disminución del respaldo popular en los subsiguientes procesos electorales, gracias a la decepción de importante número de acompañantes nuestros; por el contrario, éstos se afianzaron en gobernar rodeados de amiguismo y familiarismo perniciosos, que, sin ningún escrúpulo, solo sirvieron para afianzar la cultura de los valores capitalistas del ganar ganar individual y en detrimento de lo colectivo. Solo pensaron en sus privilegios personales mientras la gran mayoría de los ciudadanos eran relegados con el disfraz que convirtió al rojo revolucionario en la demagogia que se mezcla con el imperdonable populismo.
Ahora, si analizamos lo que representa la renuncia del gobernador del Estado Apure, Cap. Jesús Aguilarte Gámez, no deberíamos dejar de pensar en que se trata de una oportunidad, a tiempo, para tomar las iniciativas políticas e intentar de enmendar los errores cometidos, sobre todo, a sabiendas que la sucesión legal permita que el mismo será sustituido por otro u otra, camarada, al menos hasta las próximas elecciones regionales, quedando un lapso importante para emprender las acción de gobierno que permitan recuperar, no solo la confianza de nuestros distanciados o decepcionados electores en aquel estado llanero, sino, que siendo lo más sensato, esforzarnos al máximo y repotenciados, resolver los numerosos problemas vividos por los apureños que, me atrevo asegurar, no solo se trata de la falta de unidad entre la ex-gobernación y el PSUV.
En esta perspectiva, haciendo un sucinto análisis de la gestión del Ing. Edgardo Parra, como alcalde de Valencia, estado Carabobo, perfectamente se puede observar el distanciamiento por descontento de una parte importante de los votantes chavistas en Valencia, dándosele con ello, la oportunidad y recuperación a la derecha valenciana, que es por cierto, una de las más rancia y reaccionaria, amén de lo apátrida que ha resultado en historia de Venezuela, para que ella, con todos sus recursos, despotrique del chavismo en general, por su puesto, con los ojos puesto siempre en la cabeza del Comandante Chávez, tal como se ha demostrado en sus mensajes de las campañas y resultados electorales de los últimas comicios en esta localidad y estado. Todo porque, señor Alcalde, usted se empeña en no oír sino, solo a los adulantes e interesados funcionarios, familiares y/o amigos, que se privilegian de una gestión que se aleja cada vez de la solución de los problemas que, por disposición legal, usted está obligado como alcalde tratar para resolver; mientras, se siente un desgaste constante e imperdonable que lo hará sucumbir en medio de un discurso de “eficiencia” pero sin resultados satisfactorios, visto como se muestra en el transporte público de pasajeros en los que las personas no solo cuelgan de las puertas abarrotadas de usuarios respirando humo negro-monóxido de carbono que los asfixia, contamina y invade con enfermedades alérgicas y pulmonares, entre otras, en los mercados periféricos, escuelas municipales o vialidad pública llena de basura y huecos que colean vehículos dañándolos y poniendo en riesgo la vida de peatones conductores y usuarios, las calles y avenidas oscuras de Valencia donde se cometen diversos hechos delictivos y son heridos y asesinados valencianos cuando no se ven patrullas ni policías del Municipio Valencia, y, siendo el colmo incompresible, en la Plaza Bolívar, con su deshonrosa, absurda y millonaria “remodelación”. De esto se explica el por qué, los oligarcas, después que hablaron del inminente revocatorio, estando seguros del triunfo, con toda la paciencia, pero sacándole el jugo a la foto suya ique “abrazado” por Chávez, deciden esperar el mejor momento para tratar de dar el zarpazo, si, precisamente para finales del 2012, cuando el daño esté hecho.
Edgardo, con el respeto político que se merece, le pido, si tiene aun algo que aportar para evitar que el resultado electoral en las previstas elecciones del 2012, sea adverso en Valencia para la Reelección del Comandante Chávez, haga un examen de contrición, póngase la mano en el corazón y en la conciencia, siga el ejemplo del Cap. Jesús Aguilarte Gámez, y se lo solicitamos, RENUNCIE, por lo demás, despreocúpense usted y sus seguidores, con respecto, la Ley Orgánica del Poder Público Municipal, la alcaldía seguirá en manos del chavismo, hasta las próximas elecciones, pero eso si, solo si enmendamos los errores en lo que queda de período, podríamos decir que lo hicimos a tiempo.
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