Cuando la indiferencia es imposible

Al regreso de Caracas el pasado mes de julio, comentamos en tono jocoso con el kamarada Pedro Salima una conversa con unos compas de Nuestramérica, donde alguien recrea la imagen de una manifestación con la consigna: “Viva Chávez y abajo el gobierno”, como una forma de comunicarle al presidente su desacuerdo con alcaldes, gobernadores, diputados y cuanto bicho de uña hay por ay ocupando puestos dentro del gobierno rojo rojito.

Hoy, en una pared de la avenida 4 de mayo vemos una pinta que dice: “Viva Chávez y NO a la Reforma”.La pregunta es: merece el calificativo de traidor por expresar sus ideas tal como se ha hecho con Raúl Baduel. Pienso que asumir esto le hace un flaco favor al proceso de transformaciones en nuestro país. Sin autonomía política no se construye. La revolución necesita cuestionarse día a día para poder avanzar, por eso sigo creyendo que el formato revolucionario es la constituyente y no la reforma, sobre todo cuando ésta se elabora en pequeños cenáculos del poder legislativo.

Con respecto a Baduel, por no aceptarlo como ícono del 13 de abril, en el pasado recibimos descalificaciones de quienes lo idolatraban, los mismos que ahora quieren llevarlo ante un pelotón de fusilamiento. El problema es que no aprenden la lección y ahora trasladan su devoción hacia otros generales, sin entender que “Sólo el pueblo salva al pueblo”. No podemos desmontar un mito y poner otro.

Ahora bien, todo cambia cuando la derecha fascista opositora, no la que pulula dentro del Estado, intenta el linchamiento de unos compañeros estudiantes. Esto obliga a fijar posición sobre el que hacer en los días venideros. Gracias al desinterés de una y otra expresión de la derecha la reforma pasa a un segundo plano; se pierde la oportunidad de discutir la misma como ejercicio pedagógico para nuestro pueblo, en búsqueda de la construcción de ese nuevo sujeto social emancipatorio.

De lo que se trata ahora es de la defensa del proceso ante el fascismo desbordado, y esto sólo podrá hacerse con la movilización del pueblo. Pero ojo, esta movilización no puede tener al frente a ninguna diputada autonombrada ya para esa función, ni a ningún representante del Estado, sino que debe conformarse desde lo profundo de nuestro pueblo, desde quienes aún siendo excluidos por el funcionariado gubernamental, no han dejado de mantener la lucha cotidiana por ir construyendo la patria buena.

Se impone frenar la jauría derechista que busca desesperadamente la confrontación entre venezolanos, pero en forma orgánica; no caer en el juego de Globovisión pero tampoco actuar bajo la premisa del miedo que quieren inculcarnos desde el Estado. Como dice Alí: Si hay que hacer la guerra, la guerra se hará, pero bajo nuestras condiciones, no siguiendo a exaltados tribunos, muchos de los cuales no pueden explicar donde estuvieron el 12 y 13 de abril.

Derrotemos este nuevo intento contrarrevolucionario, pero ojo, el 3 de diciembre hay que plantarse ante el compañero Chávez y decirle: “Hermano, cuente conmigo si se convierte en un puro comandante revolucionario, pero si sigue siendo el presidente de un Estado burgués, corrupto e ineficiente hasta aquí llegamos”.
En síntesis nuestra posición se resume: “ABAJO EL GOBIERNO Y VIVA CHÁVEZ”.
Cualquier sumisión será nuestra derrota
Sólo el pueblo salva al pueblo

cjacosta1956@yahoo.es


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