La nueva Venezuela

ANTONIO GALA

Chávez no me cae ni bien ni mal; pero no querría que me cayera encima. Su afirmación va hacia una dictadura, más o menos blanda. Tiene una idea particular del socialismo, que comienza con la instalación de los suyos. El derecho a la nacionalización de sus recursos es indiscutible, pero debe hacerlo con el único fin de combatir la pobreza y asegurar el futuro de su país; no como un grito televisivo y demagógico de independencia. ¿Y la unificación de los poderes, las milicias paralelas, la voluntad de hacerse una Constitución a su medida, la negativa a desamordazar los medios de la oposición? Situar a su hermano Adán en Educación, para chavizar a la juventud, es alarmante. Significa que piensa en una larga indefinida duración y en una estrecha horma. Mala espina.

Señores:

Redacción del diario El Mundo.

Sección “Opinión”

Este pasado martes, 16/01/07, leí con estupor la columna de Don Antonio Gala, denominada “La nueva Venezuela”, y como no tengo una dirección de correo electrónica a donde le pueda comentar algo en torno a ella, pues procedo a hacérselos llegar a Uds. con la esperanza de que Uds. a su se vez se los hagan llegar a él.

Antes que nada debo decir que soy un admirador de la obra y del talento de Don Antonio Gala y no creo exagerar al decir que he leído casi todas sus obras, y que soy un fiel lector de su columna en este diario. Guardo como algo imborrable, en el recuerdo, haber podido asistir en Madrid, en mayo de 1984, a una de las representaciones de “Anillos para una dama.

Por ello es que no entiendo como es posible que un hombre de la talla intelectual de Gala escriba cosas en las que, a todas luces, no ha profundizado.

Señala que pareciera que Chávez se encamina hacia una dictadura más o menos blanda.

Nada más falso.

Chávez es un producto del tiempo político venezolano, un tiempo que vio como se derrumbaron los dos partidos dominantes, o sea Acción Democrática (social demócrata) y COPEI (social cristiano). Y los derrotó con el voto de cuatro millones y medio de venezolanos, y este pasado tres de diciembre volvió a derrotar a la oposición con casi siete millones y medio de votos. Por lo que, el que los medios de aquí, de allá y de acullá, tildan de déspota, tirano y autoritario tras ocho años en la presidencia, ha logrado casi duplicar su caudal electoral. Y eso que dicen que el Poder desgasta.

Pero entre una y otra elección se han sucedido ocho más, que han ido desde la ratificación en el cargo tras el Referéndum Aprobatorio de la Constitución de 1999, hasta el Referéndum Revocatorio al que se sometió el 15 de agosto de 2004, siendo éste un caso único en los anales políticos del mundo, no solamente de Venezuela.

Sin olvidar que entre el 12 y 13 de abril el pueblo venezolano, más de tres millones de ciudadanos en todo país nos echamos a la calle para dar al traste con un golpe de estado auspiciado desde Washington y Madrid.

Y mientras no se derogue el artículo 72 de la Constitución, en el que se pauta que cualquier cargo de elección popular es revocable vía referéndum transcurrida la mitad de período, creo bien difícil que en Venezuela se pueda hablar de una dictadura, blanda o dura; tanto más que en diciembre cuatro millones doscientos mil venezolanos le dieron la espalda a las propuestas de Chávez, quien a la hora de la verdad sólo cuenta con el apoyo irrestricto, lo que se ha dado en llamar el “Chavismo duro”, de un treinta por ciento del electorado.

En cuanto a la nacionalización de los recursos, debo informarles que tanto el petróleo y el hierro fueron nacionalizados por Carlos Andrés Pérez en 1966, o sea hace ya más de cuarenta años, y ambos recursos estuvieron a un tris de serle regalados a EE UU y España, como a ésta se le regaló la Compañía Anónima Teléfonos de Venezuela y Venezolana Internacional de Aviación, por lo que gracias a Chávez esos recursos siguen siendo del dominio, uso y disfrute de todos los venezolanos. Y a más de setenta años del artículo “Sembrar el petróleo”, salido de la pluma de Don Arturo Úslar Pietri, pues por fin hoy se está sembrando el petróleo en obras de infraestructura, de desarrollo de la agroindustria, en salud, en educación, en el fomento del cooperativismo. A él me remito y les copio el vínculo donde podrán tener acceso a ese documento.

http://www.analitica.com/bitBlioteca/uslar/sembrar_el_petroleo.asp

Por último, nombrar a su hermano ministro de educación no tiene nada de raro, ya que Adán Chávez Frías es profesor de la Universidad de los Andes, tanto más que tiene como labor complementar la excelente labor llevada a cabo por su antecesor, profesor Aristóbulo Isturiz, la que no fue otra sino de volver a recuperar a calidad de la educación pública que había medrado a favor de la privada.

En cuanto a lo de hacerse una Constitución a su medida, pues sépase que cualquier modificación a ella no tendrá valor alguno si previamente no se la somete a un Referéndum Aprobatorio. Por lo que creo que no siendo los venezolanos unos borregos, y habiendo casi un setenta del electorado que no se puede considerar como voto duro del chavismo, cualquier modificación a ella será debidamente evaluada y votada.

Sin otro particular al que referirme, me suscribo de Uds.

Atentamente,

Juan Vicente Gómez Gómez.

jvgfotografo@gmail.com


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Juan Vicente Gómez Gómez


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