Guaidó aferrado a las redes para no desaparecer

“El que desconoce la verdad es un ignorante;

 pero el que la conoce y la desmiente, es un criminal”

Bertolt Brecht

 

Una educadora muy seria con signos de no poder esconder alguna contrariada se le acercó a un amigo, y en medio de la conversación terminó por desahogarse: “Quien no entienda el daño de la televisión y las redes sociales es porque no quiere; tengo al gafo ese, que no es nada, pero cada rato lo veo, pero el gobierno parece estar jugando al gato y al ratón” Rápido se escuchó la voz de un acompañante del amigo, quien terció en el dialogo impulsado por la curiosidad ¿Cómo es eso? ¡Explíqueme! La dama más calmada, le respondió muy claro ¡El Guaidó, que aparece por todas partes con sus gafedades y mentiras en cualquiera red de mí celular!

El promocionado autoproclamado está terminando, como tiene que ser: un vende patria despreciado, después de haber sido utilizado en cuanta intentona ha venido planificando el imperialismo para invadir a Venezuela; capaz de recurrir a cualquiera opción, al extremo de cruzar la frontera para darse la mano con una banda de matones –los rastrojos– con propósitos claramente definidos. Nadie, como él ha incitado e insistido en una invasión militar gringa. Al comienzo la idea empezó a germinar en la mente de muchos opositores, pero al darse cuenta de las consecuencias, y la clase de promotor optaron por darle la espalda y desenmascararlo a través de las redes, precisamente donde se ha atrincherado.

En todas las opciones de las redes sociales está presente este vocero oficial del imperialismo, con la misma insistencia de un estafador, apoyado por la tecnología y los avances mediáticos, el cual deforman la realidad en fracciones de segundos, haciéndole llegar el libreto a cualquier “inocente”, al instante de producirse con tanto dramatismo, como si estuviera en una sala de cine, viendo unos de esos episodios caza bobos, preparados sofisticadamente en lo que llaman la meca del cine: Hollywood.

El títere nos invadió; no como él quería al venderse al gobierno de Trump, tan  vil y criminal a sus compinches de los “rastrojos”;  nada raro, en quien pierde la moral y la dignidad por un puñado de dólares, como ha sucedido con este personaje, al que incluso le buscaron una “niñera” para vigilarle los pasos, y Trump, no lo convirtió en el reemplazo de la estatua de la “libertad” en New York, porque parece haberse reservado esa distinción para él; en medio del egocentrismo, la vanidad y los toques de un auténtico desquiciado; por lo tanto a Guaidó, no le queda otra: seguir buscando la rendija por donde meterse, y esa rendija está presente invadiendo el diario convivir de toda persona, a través de las redes sociales para mentir y buscar ganarse la gente con los dineros robados a la nación de manera descarada. El imperialismo sabe, que las funciones de este comediante están agotadas, y no es raro, que aparezca el reemplazo, tan peligroso, como Trump, pero con el fracaso anunciado por adelantado.



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Narciso Torrealba


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