El reacomodo y resurgimiento de la IV República

En nuestro lenguaje coloquial, existen refranes y sentencias que son verdades axiomáticas que resumen en cada expresión la sabiduría ancestral de nuestro pueblo, que se ha venido transmitiendo de generación a generación y que como la imprenta nunca pasan a la reserva, pese a la revolución lingüística y en la comunicación. Una de estas expresiones es quizás la que más vigencia tienen en el momento, político que vive el país nacional y que se refiere a las ventajas de las mañas y la experiencia frente a la ingenua impetuosidad y que reza: "Más sabe el diablo por viejo que por diablo".

Cuando examinamos lo que ocurrió en el 2017, que fue un año de grandes acontecimientos complejos y definitorios en muchos aspectos, con retoques y caídas de máscaras, que van dando origen a la configuración y resurgimiento de los actores de la IV República, vemos que se ha impuesto paulatinamente la sagacidad, el cálculo y la experiencia en la arena política para salvar "La piel", como en esa impresionante novela de la posguerra, del gran narrador italiano Curzio Malaparte.

Con los acontecimientos violentos programados, financiados y ejecutados desde esa desaparecida franquicia contra la Patria como ha sido la (MUD), que dejó casi 200 víctimas fatales, entre ellas mas de 20 personas quemadas vivas, por el color de su piel, por su forma de vestir que delataba su origen humilde, o por el solo hecho de no atender el llamado a paro y cumplir con sus labores diarias y en consecuencia sospechoso de ser chavistas, los grandes ganadores fueron los viejos partidos de la IV República, cuyos añejos líderes, se mantuvieron en la sombra observando y atizando tras bastidores la aventura que pretendía sacar de Miraflores a Nicolás Maduro, pero sin aparecer en fotos por aquello de no "retratarse en grupo para no meterse en vainas".

Una vez fracasada la infeliz y desaguisada aventura, los viejos líderes actuales , que en los inicios de la IV, fueron denominados los "Bueyes cansados", porque estaban representados por la generación del 28, salieron de sus invernaderos a dar consejos y a criticar pero sin condenar lo que a su juicio había sido un camino equivocado al intentar acceder al poder por atajos en vez de recurrir al diálogo y a la vía electoral. Los "apuraditos", los carritos formula de la política venezolana, los otroras "Nalguitas blancas", fueron derrotados con la sagacidad del gobierno que lanzó la jugada maestra de la Asamblea Nacional Constituyente, con la promesa de atacar como línea principal la "Guerra Económica" y la consecución de la paz, lo que llevó a 8 millones de electores a darle su apoyo y con ello a establecer un poder supra constitucional que desarticuló la amenaza que para el establecimiento representaba la Asamblea Nacional, que la torpeza de la oposición bajo la borrachera del opio de la paliza propinada al PSUV, utilizó esa mayoría holgada para hacer de lo que hasta entonces era el asiento del Poder Legislativo, en una cueva del Sindicato del Crimen, donde cada día se planificaba, articulaba, se financiaba y se establecía la logística para los sucesivos crímenes contra la patria y su población humilde y desarmada, en vez de utilizar ese poder para sentar al gobierno y mediante un diálogo de iguales y de respeto, buscar herramientas para atacar la crisis por la que atraviesa el país y que azota de manera inclmente al pueblo elector.

Henry Ramos Allup, para entusiasmar a los efebos de Primero Justicia y Voluntad Popular, se puso como cabestrero de la manada y prometió que en seis meses derrocaba a Maduro, lo que le valió la aclamación unánime de los "apuraditos" que vieron en el vejete al presidente de transición y trampolín para sus aviesos proyectos personales. Se fueron a las calles a quemar al país y a los chavistas para imponer su modelo, tarea en la cual el añejo adeco de vez en cuando les daba aliento, pero cuando era de compromiso se hacía el "Lomo e baba" y pasaba agachado, hasta que cayeron como Chacumbele y entonces fue el momento del discurso electoral y de la realización de primarias, en las cuales AD a la calladita se hizo de once candidatos de los 23 y de cinco gobernaciones que ganó la franquicia, cuatro son blancas y una de PJ.

Llegado el momento de la verdad, donde por obligación deberían juramentarse ante la ANC, que fue la convocante del proceso con el concurso del CNE; HRA, como Pilatos, publicamente se lavó las manos y dejó la juramentación a criterio de cada gobernador. Los cuatro adecos fueron, se juramentaron y preservaron sus espacios ganados, mientras que PJ ordenó a su gobernador (Zulia) no asistir al acto por considerarlo írrito. Al desconocer al poder convocante automáticamente abandonó el cargo y es así como Juan Pablo Guanipa, sin asumir fue defenestrado, "no tuvo tiempo de montar en su caballo" y ahora el PSUV, tiene la gobernación del Zulia, que le ganó a un Nuevo Tiempo en las recientes elecciones del 10 D. AD ahora tiene lo que hace cinco años ni soñaba y es también gobierno, con las ventajas que ello implica.

En las elecciones municipales AD y COPEI entramparon de nuevo a los "apuraditos". AD llamó a no participar y solidariamente PJ y VP llamaron a la abstención. COPEI, MAS y un Nuevo Tiempo, no activaron con candidatos, pero como quien no quiere la cosa dejaron sus tarjetas para quien las quisiera asumir y es así como se legitimaron para el proceso presidencial en 2018, pues las 25 alcaldías que ganó la oposición fueron con votos verdes, naranja o azul y blanco. Los blancos con su cuota de gobierno no tendrán problemas para legitimarse ante el CNE, para los comicios del venidero año.

De esta manera el panorama queda completamente despejado: AD, COPEI, MAS y Un Nuevo Tiempo, genuinos representantes de la IV República, están listos y alineados y es posible que desempolven a candidatos como: Eduardo Fernández, Henry Ramos Allup, Claudio Fermín, Felipe Mujica y otros que saben mas por viejos que por diablos, para en un proceso de primarias escoger al candidato que enfrentará al del gobierno, que hasta ahora es Nicolás Maduro, aunque no todo está dicho en ese melao hirviente. Lo que si es cierto es que PJ y VP, derrocharon el capital político que había obtenido y ahora tendrán que recurrir a la recolección de firmas para legitimarse y participar en los comicios del 2018, si es que lo logran. Veremos que pasa con el PSUV, con el reacomodo y resurgimiento de la IV República.



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Cástor Díaz

Periodista CNP 2414

 cd2620@gmail.com

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