Después de recibir los 200 millones del BOD no contenta que eran para
curar a su abuelita -Dios la guarde de las garras del lobo- la Tintori
le dijo, a su compinche, quiero más y volveré por ellos pues, esa
enfermedad en Venezuela come mucha plata.

Mientras, la exfiscal, reventó el periplo de sus andanzas fuera del
país de país en país con Colombia a sus pies, también pide más, para
seguir actuando y acusando al dictador y a la dictadura como a una
lacra sin cura y con cara de hipócrita sin remedio al momento, no se
cansa cuando se queja y argumenta que fiscal como ella no nacen todos
los días, amparada como está, por el gobierno de Trump como su padre
putativo de dispara primero y ellos que averigüen después.

Los bancos de Venezuela sin dinero y lo poco que hay se los están
llevando a Colombia a comprobar que no es falso con más valor que acá
y, la Tintori a sabiendas que a Venezuela se revienta con dinero, para
poderla curar de tantos desatinos en los hospitales y clínicas de la
política del que más tiene y paga se cura más rápido -ni tonta ni
perezosa- volvió por más al BOD que no le aguanta dos pedidas, le abre
las bóvedas de su complacencia como dos piernas ansiosas, para que
salve a Venezuela no como lo hace la exfiscal que de Colombia se fue a
Brasil y allá acusó a Diosdado y a Nicolás de tramposos de jugarle
sucio a Venezuela y, de Colombia se presentó con toda su tranquilidad
de inofensiva a Costa Rica y, allí descubre con tela de su juicio que
tenemos en el que era su país como fiscal, la corrupción corriendo por
las calles sin tardanza y, el que no es lo convierten y, que ella
escapó porque se fue a tiempo y, luego se regresó a su Colombia
alcahüeta y sin perder tiempo, ni voluntad de patriota se llega a
México, el país padre de la corrupción de América y, estítica por un
estreñimiento de rabia antichavista que que le avienta de demócrata
con encontronazos de gases superfluos como la esposa de Germán Ferrer,
diputado chavista que recibió muchos dólares por su lealtad de
honesto, dictará, a la mayor brevedad cátedra de cómo gobernar un país
que se ha desviado del camino de la democracia, por lo que la Tintori
quiere curar a su abuelita antes que su mal se extienda más sin
derrotarlo y le dé fuerzas al fiscal Saab de decir frases
inhospitalarias que nada tengan que ver con ella cuando fue fiscal
pujante por Venezuela sin mafias en la fiscalía.


Lo cierto es que tendremos exfiscal para rato como la piedrita que es
para Maduro y su gobierno en sus zapatos y, que lo más que sobra son
países en el mundo que la oigan como la gran mujer que es como llanera
de a pie y, los medios jamás descuidarán de refrendar su ensarte de
encomiendas verbales que recorren al mundo desnudando un gobierno que
dejó de ser democrático por salir de ella por una ANC que sin nacer
era inconstitucional y, eso si lo analizamos sin sostén tiene al mundo
de cabeza como de cabeza anda la Tintori por los 200 millones que no
pudo contar a tiempo y, que a su abuelita le urge como el mejor
placebo de su enfermedad que también es noticia sin parangón al
despertar en la conciencia de los pueblos democráticos de nuestra
América que en Venezuela los ricos se curan con dinero y como ricos
que somos, se les donará 5 milloncitos de dólares a los gringos como
víctimas del huracán Harvey, para puedan vivir mejor que la mayoría de
los venezolanos y, también como posibilidad es posible que, la Tintori
iba a comenzar a guardar para ellos y no la dejaron.


Dios nos agarre confesados, sanos y salvos, y nos dé templanza
vivencial, para no dejar de alabar a ese par de mujeres como son la
exfiscal y la Tintori como nuestras futuras damas antañonas po haber
luchado sin piedad hasta más no poder sin poder por Venezuela y su
preocupación de realzarnos en el mundo no tiene fin y, desde ya,
propongo que a ambas les den el premio nobel de la paz que han hecho
más que Santos por Colombia y el mundo.