Vientos de la sabana

Misóginos e histéricos

Aunque un poco mal pensado, yo si sabía que esas fiestas mexicanas y esas reuniones de deprave en Nueva York, de algunos dirigentes opositores, algo tenía de raro. Muy raro. Y es que en ese restaurante de la oposición, el menú principal por esta temporada es la histeria y la exacerbación del odio hacia las mujeres. Así fue siempre para ellos. En los tiempos cuartorepublicanos la mujeres eran objetos decorativos, vitrinales, que no pasaban de ser los frívolos modelitos de bellezas o la resignada tarea de moderadoras de programas de recetas de cocina u oficios hogareños. Para los adecos y copeyanos la mujer eran objetos de adornos en las reuniones sibaritas, en cocteles vespertinos y limitadas al sencillo cotilleo de mesa en las galas de los eventos donde la bebida escocesa animaba los saraos interminables.

Hablar de la mujer de a pie, la del pueblo, la ama de casa, la mujer del barrio, de ese entonces, es más lamentable. Una suerte de máquina de acero que supo sobrellevar las vicisitudes y calamidades de unos gobernantes indolentes, nefastos, insensibles que se burlaron de nuestras madres y relegando a un 84 por ciento de la población a una pobreza general. Las políticas de la gestión de gobierno apuntaban hacia los oscuros negocios de varias familias y de una entrega total a los designios de las transnacionales del imperialismo norteamericano.

Hasta el 98. Fue Chávez el primer Presidente feminista y en esa revolución social, le dio un rol protagónico y participativo a todos, incluyendo a las mujeres, quienes empezaron a tener una relevancia preponderante en todas las áreas de la administración y gerencia de las políticas del Estado. Ministras, diputadas, juezas, gerentes, directoras, gobernadoras, alcaldesas, cancilleras, embajadoras, asesoras.., llegaron a ocupar todos los cargos, están diseminadas en toda la geografía patria el aroma de mujeres hermosas, aguerridas, luchadoras, capaces, nobles, y con su amor profundo entregadas en la proyección, ampliación, construcción y consolidación del socialismo, como única forma de inclusión e igualdad social.

Fue Chávez quien entendió y atendió el dolor del pueblo femenino y las concibió como sujetos constructor de felicidad. Chávez valoró a las mujeres de la patria y las dignificó con viviendas, con maternos, con bancos crediticios, mercales, pedevales, con toda una amplia gama de políticas para dignificar y demostrar el amor hacia la mujer.

Eso le incomodó a la oposición, a la irracional y violenta derecha nacional e internacional que no permite la participación de la mujer y la valoración como sujetos participativos y protagónicos de los grandes proyectos emancipadores. Fue así como la oposición ha querido desde siempre acabar con el proyecto revolucionario bolivariano y chavista. Es por ello que andan histéricos e histéricas, agarrados por los “copetes” con un comportamiento misógino exacerbado. Ante la falta de pueblo, de quienes se han burlado y han incomodado con su guerra económica, han demostrado un oceánico desprecio por las mujeres relegándola a las incómodas colas, subestimándolas, para bajarle los ánimos, para pretender que lancen su rabia contra nuestro presidente obrero Nicolás Maduro, a quien atacan sin cesar.

Es esta proterva oposición la que le esconde los productos a las mujeres, las toallas sanitarias, los pañales, todo, todo porque ellos en el fondo odian a las mujeres y de allí sus bocanadas contra las rectoras del CNE y del Tribunal Supremo de Justicia. Porque quieren torcer la voluntad de un pueblo. Y así como en Latinoamérica los pueblos han decretado la autodeterminación, el imperio busca atajos jurídicos o legislativos para dar los golpes de Estado.

Acá en Venezuela lo han intentado, pero chocaron con la roca estoica de un pueblo bolivariano y chavista…, de allí sus alharaca y esa idea violenta y asesina que siempre se les cruza por la cabeza. Pero esta vez no habrá clemencia ante la criminalidad de una oposición decadente, inmoral y macabra. Todos apoyamos a nuestras mujeres y estamos unidos en esta lucha contra la violencia y misoginia de los orates opositores.



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Geovanni Peña

Diputado a la Asamblea Nacional. Militante del PSUV.

 santanajerez@hotmail.com

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