Ya basta de seguir poniendo los muertos ante el programa golpista, y de que nos maten a compañeros valiosos, por defender el patrimonio material de las ciudades que agreden 10 burguesitos metidos a sicarios. Y estoy hablando de lo que pasa en el este de Caracas desde el lunes.
10 carajitos que ponen basura, queman cauchos y gozan un puyero, porque parece un ejercicio de catarsis esta puesta en escena de violencia, muy bien cubierta por los medios sobre todos los internacionales, donde se han dado gusto estos días con deformar la realidad de lo que sucede.
Y lo más terrible es que los 10 carajitos son rodeados por sus vecinos y vecinas, padres y madres, novias y novios y un sin fin de espectadores que rodean a los envalentonados “chiquitos” de la familia, que se ven “tan bellos y tan valientes” destrozando las calles y el patrimonio de la comunidad, ademas de llevarles agua y hasta la merienda para que disfruten del “recreo”.
Creo que la solución es condenar los presupuestos municipales, pues además los alcaldes de Primero Justicia no recogen los destrozos y dejan quemar el asfalto que tanto cuesta al Estado. Por eso creo, que antes de poner preso a nadie, hay que quitarle al presupuesto de las alcaldías, el doble o el triple de los daños que ocasionan los “alzaditos” que ellos financian.
Simultáneamente se imputan estos cargos y se les va llevando cuenta, y se va aumentando la cifra cada nueva actividad violenta que se cometa en ese municipio. A más actividad violenta, más reducción de los presupuestos.
Para los carajitos y no tan carajitos envalentonados que ejecutan las acciones violentas, hacer lo que hacen en el imperio: ponerle su braga en este caso amarilla (en los USA la ponen anaranjada) pa recordarle a los justicieros en lo que pueden terminar con su fascismo: ponerlos a limpiar el sucio que ellos mismos dejan, supervisados por el personal de mantenimiento de las alcaldías, y ante la vista de todos sus vecinos ¡Cero cárcel. ¡Nanai nanai!, eso es pura mentira, trabajo en la comunidad. Eso es lo que tienen que hacer, inclusive obreros en las cuadrillas que repararan las calles y las alcantarillas que ellos destrozaron.
Vamos a buscar la paz, pero con justicia sin justicia no hay paz, y si la justicia alecciona mejor, porque si usted se niega a limpiar su calle porque es un castigo de las leyes del gobierno bolivariano, tendrá como consecuencia, que no recibirá la entrega de divisas tanto para usted como para su familia que se le dan a las y los venezolanos que no tienen antecedentes. ¡Ay! Con mis dólares no te metas!.
Y así le vamos buscando la vuelta al castigo sifrino, porque ya sabemos que cárcel nunca pagan, no nos caigamos a coba.
El espectáculo de violencia y las consecuencias de muertos para las filas de la revolución no puede continuar… ¡Ya Basta!
Tibisay Maldonado Lira
