La Represión y la Novela mexicana

Observando las imágenes de violencia del 12 de febrero pasado, vinieron a mi mente los recuerdos de los días estudiantiles en la UCV de los 90, era aquella la época cuando un gobierno se dio el democrático permiso de meter preso un loro por decir groserías y a un astrologo por decir que el ya decrepito presidente de entonces se iba a morir. El último lustro del siglo veinte venezolano era presa de momento de un salvaje “estamos mal pero vamos bien” de un ex líder guerrillero convertido en un maduro y representativo neoliberal. Tiempos estos, donde los universitarios de Venezuela enfrentaban la amenaza de un proyecto de ley de universidades privatizador y excluyente, las marchas por mejoras del presupuesto eran el pan nuestro de cada día, de cada noticia. “Recordar es vivir” es muy cierto esto, como no deja de ser menos cierto el olor lacrimógeno, el peinillazo, el perdigón aliñado con tuercas, las marchas con el sempiterno saldo de presos, heridos y muertos; eran “piedras contra balas”

Este ocioso remembrar, se mezcla política con la herencia histórica del sacrificio juvenil en el glorioso tableteo del fusil guerrillero en los sesenta, de las desapariciones y lanzamientos de “bombas” humanas al estilo Vietnam, las nuevas formas de martirizar el cuerpo de un combatiente aprendida en las escuela de las Américas, el asesinato selectivo de líderes peligrosamente populares por grupos entrenados para luchar por la libertad de superman… Eran los tiempos de censura cultural, ideológica, de creencias en una democracia naciente después de echar a un tirano en enero del 58, ¿y la dictadura no había terminado?... betancuriano tiempo de “dispara primero y averigua después”.

Tres lustros de muerte por pensar distinto, siembra de luchadores asesinados, sangre roja de rojos corazones, cuidado con los ñangaras come niños, rebelión popular el 27 de febrero y allanadas las universidades, un glorioso “por ahora” y otra vez allanan al alma mater… si te organizas te señalan…SUBVERSIVO.

Cuarenta años se suman a la espera hasta la llegada del arañero, aguanto la esperanza, Bolívar regreso acompañando a Chávez y el pueblo empezó a reunirse alrededor del hoy Victorioso Comandante Eterno. Pero allí sigue el prejuicio, el racismo, la burguesía se activa y nos muestra los “dientes de leche” de un “fascismo a la criolla” por cuarenta y ocho horas, y otra vez sin ningún tipo de miramientos somete a nuestro pueblo a tres meses de paro criminal en diciembre de ese mismo año… resistimos: todo 11 tiene su 13.

Luego por fin aceptan la carta magna y vamos a ratificar al Comandante al militante del amor al Pueblo: y “se queda, se queda, el Comandante se queda” “la voz del pueblo, la voz de Dios”

Nuestro corazón llora la ida física de nuestro líder y nos toca enjugarnos las lágrimas y luchar por continuar…y el juramento hace a un obrero Presidente el primero Chavista, aun así los perros ladran y seguimos avanzando.

Hasta este momento se rompen los recuerdos, al oír un carajito, ante los ataques vandálicos, decir que el pacíficamente fue a reclamar quemando cuatro patrullas, la fiscalía, creando el caos en Caracas por que él ha sido reprimido junto a otros estudiantes pacíficamente arrechos. Personaje sacado de una mala novela mexicana donde el malo es muy malo y Lucifer queda pendejo y la buena es tan pendeja que no saben que la van a fregar. No hay duda, nuestra juventud debe recuperar la condición revolucionaria, conocer nuestra historia, nuestra herencia o seguirán siempre a María la del Barrio, a peluos con curitas o a los llamados irresponsables de las malas copias gandhianas. Este es el momento de la unidad, de la justicia, que no quede impune ninguno de nuestros muertos, presentes y pasados, son asesinatos políticos por creer en un país distinto en un modelo diferente, por pensar diferente…. eso si es represión no el guion de una novela.


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