Que la derecha local, continental e imperial está desesperada porque no ha podido hacerse con el poder en nuestro país es cosa bien sabida por nuestros pueblos. Pensaron que, con la muerte de Chávez, era cuestión de poco tiempo el derrocamiento del gobierno de Maduro y, con ello, alcanzar sus grandes objetivos como son: diluir el ejemplo de dignidad y de soberanía que representa la revolución bolivariana para Nuestraamérica, y ponerle la mano, nuevamente, a la riqueza nacional, en especial, la proveniente de los ingentes recursos hidrocarbúricos.
Creyó el imperialismo y la derecha lacaya, que tiene en la “trilogía del mal” (Capriles- Machado- López) su más nítida expresión, que salir del gobierno bolivariano era cosa fácil. Pero ahora ven con preocupación, que a pesar de los diversos mecanismos que han instrumentado para desestabilizarlo, el gobierno se solidifica y la tendencia es a que se consolide cada vez más.
Han desatado una diabólica guerra económica, que se expresa en el acaparamiento de productos, especulación de precios, distorsión cambiaria, escalada inflacionaria, exacerbación del dólar paralelo, etc., intentando crear angustia y un ambiente de pesadumbre y desolación en el pueblo; todo ello, apuntalado en la más cínica manipulación mediática, en una guerra psicológica, dentro de la idea de sembrar el caos en el país, el colapso total de la sociedad y a partir de allí, de la confusión generalizada, arrebatar el poder a costa de lo que sea; sin importarles, por supuesto, el costo social que tal desventura pudiese ocasionar.
Por ello, en el marco de esta estrategia insurreccional, la participación en la campaña de las próximas elecciones municipales pierde significación, sólo la van a utilizar como circunstancia de agitación social. El plan de esta derecha lacaya es venir por el poder a como de lugar; los resultados electorales sólo serán una referencia, les favorezcan o no, intentarán arrebatar el poder, así de dislocados y desesperados se encuentran.
De allí que a las fuerzas revolucionarias, a los movimientos sociales, al pueblo bolivariano, a los patriotas venezolanos, a la unión cívico-militar, les corresponde mantenerse alerta, expectantes siempre, para salirle al paso, con la Constitución en ristre, a cualquier arrebato de la derecha dislocada y desesperada. ¡CHÁVEZ VIVE LA PATRIA SIGUE!
