Diego Arria declara ante la justicia... española

Hoy, 29 de noviembre de 2010, declaraba Diego Arria ante la justicia española; a pedido del juez Eloy Velasco  que “investiga” las relaciones entre ETA y las FARC.   

Muchos venezolanos, los más jóvenes, no conocen al personaje Arria. Es un ex Gobernador de Caracas de aquellos tiempos en los que en la “democracia” venezolana el pueblo no elegía ni alcaldes ni gobernadores. Diego rindió cuentas al amigo Carlos Andrés Pérez (CAP), que lo puso allá, a mandar, sin control y con el descontrol de la Venezuela Saudita. ¡Viva Venezuela mi patria querida! ¿Rendiría cuentas Arria a alguien? ¿Al “Don” CAP?... ladrón que roba a ladrón... 

Una vez enriquecido en la Gobernación se presentó como candidato a la presidencia en 1979 con un partido, “Causa Común”, de diseño y virtual. El partido era él y la propaganda televisiva. Competía por la presidencia contra el cretino de Piñerúa y al inepto de Luis Herrera. El lema de su campaña era “dale una mano a Diego”; con unos pantalones blancos, de campana, el bast´n para apoyar la cojera... y melena al viento. Arria emulaba los inefables anuncios de Belmont en la playa... pero en la ciudad rodeado de juventud; adeptos que no eran más que figurantes contratados. No sacó más que el 1.69% de los votos emitidos. 

Cuentan que la cojera y el bastón le vino a Diego Arria de un intento de atropello de una amante celosa (“bandida”), lo cierto es que Diego siempre tuvo el don de la ubicuidad hasta cuando lo volvieron cojo. También fundó el Diario de Caracas, con una diagramación idéntica a la de El País español. Contrató a lo mejor del periodismo internacional y se dio el lujo de regalar un libro a la semana ¿De dónde sacaba tanta plata el señor Arria?   

Millonario en dólares se colocó en un puesto que dice mucho pero en el que no se hace nada, embajador venezolano ante la ONU. Su currículo puede ser consultado en inglés en cualquier página “very nice”. Fue “advicer” (asesor en español) en todo lo que se movía.  

Los resultados podemos verlos en su bolsillo, pero su premio gordo, sin lugar a dudas, no fue trabajar con los gringos de asesor sino con los adecos como él que lo pusieran en donde había... el resto vino solo. 

Ahora declara ante el juez español que vio etarras dirigiendo masas de desarrapados venezolanos ocupando su finca La Carolina. Que está triste porque en el país en el que hace años que no vive, por mucha foto que se saque en su ex hacienda La Carolina, se cumplen las leyes. 

Ahora se apunta a este sarao, desde USA, con bastón y todo, como Marcel Granier en el Parlamento europeo. Cuando pisoteaban a los demás, mentían al pueblo y le robaban la “justicia” era de ellos. Ahora la buscan en España, a su medida, virtual, ridícula y de diseño.

xurxomartinez@cantv.net



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