Durante los últimos tiempos, es frecuente observar en todo el aparato mediato oposicionista, declaraciones, entrevistas y opiniones de los ex; es decir, de los que fueron y ya no son, pero que mediáticamente los exhiben precediendo su nombre de pila con cargos y/o títulos tales como: embajador, doctor, experto, consultor, analista internacional, especialista, líder, o dirigente y sus derivados, que verdaderamente muestran como desde lo que llamamos circo de la realidad, que son estos medios de comunicación devenidos en partidos políticos, todo se vale; siempre que sirva para el logro de sus ambiciones, y en este caso, se trata de cubrir a estos personajillos, viudos de la cuarta república algunos y herederos de sus migajas otros, de algún tipo de credibilidad o autoridad que le confiera a cuanta mentira, disparate o calumnia pretendan divulgar. De los demás, es decir; de su profusa difusión, se encargan estos medios apátridas, y ya sabe, si lo Usted lo vio, seguro fue por Globovisión.
Tal es caso de Milos Alcalay, quien durante su gestión como miembro del cuerpo diplomático venezolano, incluso en tiempos de la quinta, no tuvo tanta figuración y cobertura mediática, como ahora que se dedica a vociferar dentro de nuestro país y en diversos escenarios internacionales, el cacareado tema de la dictadura y la falta de libertad de expresión; por cierto, con todos los gastos de viajes y viáticos cubiertos por la única instancia de gobierno local que cuenta con los servicios de Cancillería propia.
Igualmente cabe mencionar el caso de un tal Julio Cesar Pineda, quien conduce o conducía un espacio en TV sobre temas internacionales y recurrentemente sus compañeros lo presentan como embajador, y en dicho espacio, como era de esperarse, el malo de la película o lleva las de perder, o finalmente no tiene la razón por lo que hizo o dejo de hacer, es quien dirige la política exterior de nuestro país, es decir, el Presidente Chávez, y más recientemente; Diego Arria, quien cada vez que aparece declarando mierda en contra de nuestro gobierno, le anteponen el cargo de embajador o diplomático venezolano, tal como ocurrió durante el día de ayer en la entrevista simultanea que realizara la CÑM a este oscuro personaje del gobierno corrupto de Carlos Andrés Pérez, durante el programa conducido por Carlos Montero, quien siguiendo la pauta de la planta televisora; dio una clase magistral de manipulación mediática al no permitir expresar la opinión del resto de sus invitados, el diputado a la AN Manuel Villalba y el profesor mejicano Camilo Pérez Bustillos, mediante el atropello y la interrupción permanente, para finalmente apoyarse en la excusa de fallas de audio, neutralizando así; opiniones adversas a los intereses del medio de comunicación, sin duda alguna, toda una joya la mencionada entrevista, digna de ser analizada como tarea obligatoria para todos los estudiantes que actualmente se forman en las escuelas de comunicación social de nuestro país. Por otro lado, estas empresas privadas, que utilizan la información y la opinión para perpetuar esa horrenda forma de dominación y lucro a la que han estados acostumbrados, mediante la mentira y las ollas mediáticas, nos presentan a estos personajes, y a otros que por espacio y tiempo no menciono, como los adalides de la democracia y salvadores de la patria.
No me jodan!
