Chávez resucitado

Coincide, no casualmente, porque en la historia no hay casualidades, que esta Semana Santa, su liturgia y su día a día, concatenan con la lucha de Jesús, al comienzo de esta era.

Fueron los hombres en las calles de Jerusalén, en aquellos días, quienes daban la pelea contra la dominación del sanedrín. Los que seguían las palabras de aquel hombre, Jesús, que nacido en la humildad del pueblo, traía palabras de esperanzas.

Esta historia es bastante similar. Tan solo la ausencia de iglesias y ceremoniales litúrgicos, de una dominación papal al servicio de aquellos contra quien el mismo Jesús luchó y a 2.009 años de distancia.

Esta Semana Santa el pueblo venezolano ha hecho su procesión, estuvo en Llaguno, donde comenzó la marcha hace siete años de la cruz donde se pretendió crucificar a nuestro pueblo y ha honrado la memoria, con la justicia ya dictada, de los compatriotas que ofrendaron sus vidas, sorprendidos e indignados ante la vileza de los disparos de la canalla, aquel Abril.

Ayer, Domingo de Resurrección, el pueblo rememora un día tan gris, tan triste, donde todos, con la rabia comiéndonos el pulso, solo veíamos comiquitas en RCTV. Con un pesar que no nos dejaba respirar, con una rabia gigante ante el zarpazo infernal que nos había quitado todo, la esperanza, la revolución y al Comandante. Que nos dejaba atónitos mientras Carmona escupía y pateaba en el Palacio las conquistas logradas.

Chávez triunfó sobre la muerte. El pueblo tomó de nuevo aliento, aquella hermosa bandera tricolor que ondeaba un soldado entre sus manos en los techos de Miraflores, los ojos en llanto del pueblo que de a poco, fue haciendo multitud frente a las rejas, descargando su rabia al apretarla con sus puños, clamando, clamando y clamando, para convertirse en la fuerza más inmensa y poderosa que haya mostrado el pueblo en este siglo y que intimidara a la jauría de traidores, derrotados.

Los creyentes, creyentes del nuevo mundo, del mismísimo mundo que proclamo Jesús de Nazaret y que aun no se cumple, recordamos día a día aquella semana de Abril en que se fraguó la traición a la Patria. Los creyentes del HombreNuevo, recordamos como nos volvió la vida, como nuestros corazones latieron de nuevo, al oír y ver bajar desde el Calvario, en helicóptero, a nuestro comandante, resurrecto.

Por eso esta Semana y este Abril, me traen este olor a Primavera, a futuro y compromiso. Al olor del pueblo.

Raúl Bracho.
Fundación HombreNuevo.
raullbracho@hotmail.com


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Raúl Bracho


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