La caída de una mega corporación

La constelación originaria de nuestra verdadera independencia radica que todos estemos bajo el estandarte de la libertad a la información, la comunicación y la educación, en una forma pulcra, sincera, digna y veraz.

De ahí que asistamos hoy, (a pesar de todas las amenazas internas e internacionales) a un momento histórico, sin precedentes en nuestro proceso revolucionario político social, como es el de ver caer a uno de los mega grupos que por tantos años ha controlado un grande medio de información televisivo. Ese monopólico imperio domestico arrodillado a los mega grupos, amos de la comunicación social, imperiales que controlan al planeta en cuanto a la prensa, radio y televisión, sobre todo en Latinoamérica y el Caribe.

Entramos al nuevo periodo con la sustancia y la razón para de verdad convertirnos en un nuevo Estado social y demostrarle al mundo ejemplarmente, que nada en él es estático, perenne, que cuando un pueblo se dispone a evolucionar humanamente, lo único que tiene que tener es voluntad política, porque cuando no lo hace, no lo acelera, es un pueblo ciego, que desconoce las causas de lo que está sufriendo y porque vive alienado a una ideología consumista y llena de necesidades falsas.

Este grupo que cae hoy, es uno de los que desató el más vasto negocio de la dependencia y lo hizo descaradamente “jodiendo la mente de los ciudadanos”, utilizando el entretenimiento y la cultura de masas, abarcando una distribución de contenidos televisivos en su mayoría en un discurso dominante, pues siempre ofreció propaganda política que mantenía a todos sumidos en una seudo democracia, creando una matriz de opinión publica persuadida para favorecer la ideología conservadora y justificando actitudes imperiales.

Por eso, siempre al igual que Venevisión, globovisión, televen, medios impresos, digitales, los encontramos atacando bajo el escudo de la libertad de expresión, con cinismo e hipocresía, a nuestra revolución, manteniéndola bajo una capa totalmente desinformadora, desvalorizando todo propósito a nuestro sentido social.

La emergencia de la oposición postgolpista, el vació del liderazgo y la autodestrucción de sus organizaciones, los obligaron a eliminar de raíz sus responsabilidades y en vez de informar a la ciudadanía para dotarlos de una visión critica y vigilante, se lanzaron a un control mediático tratando de transformarnos en “politiqueros” y consumidores de entretenimientos fatales y en espectadores activos para una política contrarrevolucionaria. Crearon un control interesado de noticias “trágicas”, buscaron las fallas del gobierno, para encaminar al pueblo a una desestabilización y lo mas terrible, influidos por el imperio mediático, que a la hora de la verdad no han hecho otra cosa que llevar “piñazos” teniendo que deponer sus armas en una flagrante derrota.

Ese grupo al igual que el de los Cisneros se desató al enriquecimiento desorbitado, a la corrupción, al chantaje y a la subversión descarada, disfrazándose con la careta de “abnegados empresarios de la libertad” manteniendo sus lucrativos negocios privados a costillas de los gobiernos de turno, abnegación que ahora todo el pueblo conoce y que como no encontró apoyo con el gobierno de Chávez, políticamente y en sus formas tácticas se han dispuesto a matarlo a como dé lugar y cueste lo que cueste, pues esa rueda de la fortuna no la pueden perder por culpa de un pensamiento socialista. Ellos ahora se han metido a manejar una nueva industria, que es la política, pero a su manera y a su forma.

La conciencia moral de estos grupos se ha tornado siempre con el patrón corruptible. Ellos se creen amos y señores para comprar y vender cualquier cosa, idea, persona, en consecuencia quieren manejar a su antojo la idealización ética de lo inmoral.

Que cinismo cuando los vemos sinvergüenzamente hablar de “libertad de expresión”, realizando auto complot para hacerse las victimas y jactarse de decir “aquí los esperamos”, cuando sabemos que en esos actos no están haciendo otra cosa que rindiéndole pleitesía a la desgracia de un pueblo que los ha soportado, que con ello solo están idolatrando y defendiendo sus billones en un delirio de locura.

Para finalizar, debemos sentirnos militantes democráticos de verdad, este es el inicio del cambio y no porque se la haya cumplido el contrato a Radio Caracas Televisión y no se le haya renovado, no, sino por el “coñazo tan arrecho que se la ha propinado al mega grupo monopólico que manejaba a su antojo ese espectro radio eléctrico, ese es el rescate de nuestra propia cultura y en este enmarañado contexto de conflictos creados por estos señores lacayos de la dominación cultural, nos hemos situado, como tiene que ser, con decisión y dignidad ante el mundo para encontrar nuestros valores y los ilimitados conceptos de la verdadera libertad social.

vrodriguez297@hotmail.com


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Víctor J. Rodríguez Calderón


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