Caja por cajita

Hace 12 años, que en Venezuela pareciera ser mucho tiempo atrás (pues no lo es en realidad) casi en estas fechas se producía en el contexto nacional una escalada azarosa de marcha y contramarcha, de titulares y ediciones EXTRA! EXTRA!, sin embargo, indefectiblemente todo lo que ocurrió en abril de 2002 fue desencadenado y fue catalizado por algo ya mencionado por el investigador italiano Giovanni Sartori “la caja idiota”, ésta la cual dentro de su pequeña e inusual configuración de transistores y cables, (no existía el HDTV) permitió que al venezolano le fueran presentados los elementos suficientes que posibilitaron el éxito de una campaña psicológica, por lo menos hasta el momento del derrocamiento del Comandante Chávez el 11 de Abril.

Habiendo sido así, la síntesis de: imagen, sonido y simbolismo calaron en la mente, idiosincrasia y valores de un movimiento opositor que conocía a la televisión como el garante por antonomasia de LA VERDAD. Rara vez se cuestionaba el contenido “noticioso” como de dudosa procedencia tanto y en cuanto la línea editorial del medio audiovisual fuera contraria al Gobierno.

Teniendo esas variables alineadas al unísono se optó por una estrategia que como establecimos antes, fue exitosa, pero que nunca contó con el comportamiento de un Pueblo que se vio marcado por la necesidad de sobrellevar ese momento de la mano de la movilización política cívico-militar.

Pensara el lector, ¿por qué el referente del 2002?, por la sencilla razón que es el momento más inmediato que vale la pena comparar, salvando las distancias y la diferencia de contexto para no caer en anacronismo, sobre una realidad que está seriamente enmarcada en reeditar el resultado del derrocamiento de un Gobierno Constitucional y democrático.

Ahora bien, ¿qué es distinto? El medio para llegar al fin no es en febrero de 2014 la televisión, y no lo es desde hace ya mucho tiempo, ahora nos encontramos en la era de las redes sociales y su incontenible poder. Algunos hablaban de los medios de comunicación como el 4to Poder, liderado por la televisión y la prensa escrita como armas del más alto calibre, sin embargo, twitter, facebook, you tube, instagram y la aplicación sistemática de estas herramientas en los portales web de “noticias”, hacen de LA VERDAD y de LA PERCEPCIÓN artefactos más potentes que las representadas en sus versiones tradicionales.

Pues, sólo basta con ver las publicaciones más recientes de sus contactos en Facebook para darse cuenta que la persona que comparte una “noticia”, sea en la forma de una foto o video, sobre la situación de violencia en Venezuela el día 12 de febrero de 2014, no habría pasado mucho tiempo para que pasara a ser viral en la red…, ya que si quien comparte la noticia es un gran amigo(a), familiar, etc. y confió en él o ella porque se encuentra dentro de su círculo social cercano, y le dicen que es de buena fuente la procedencia del material, pues debe ser LA VERDAD, y realmente es formidable el efecto que causa en los que comparten y comparten la foto o video que sin ninguna verificación previa se cree como REAL, es decir LA VERDAD televisada hecha mortajas listas para descargar odio e inconformidad con una posición adoptada y condicionada. Pudiésemos decir, que lo que la televisión, radio y prensa no pudieron hacer por tratarse de medios monodireccionales como acuña Sartori, en los cuales no había la posibilidad de retroalimentar, eso cambia drásticamente ahora cuando la retroalimentación sobre una publicación es precisamente el motor que da vida a la misma, o sea, los usuarios y usuarias mediante el convencimiento pero sin mucha investigación de fuentes, fechas, tratamientos de imagen o video, etc.

Es sin duda alguna el escenario y caldo de cultivo más favorable para una estrategia de desestabilización, y es que el que diga todavía que vemos muchas películas o que es mentira eso de la CIA, basta con echar un vistazo a la nefasta agenda de esa organización con respecto a su tradicional patio trasero.

Mas, hay algo muy distinto en la forma de orquestar la presente entrega de este experimento desestabilizador, y ello radica indubitablemente en la administración y juego de los tiempos, es decir, en 2002 se empezó con acciones que conllevaran a la violencia política, y, como la acción tuvo éxito momentáneo, pero no permanente, se gestó una nueva fase en el campo económico (paro 2002-2003), fue la opción B, la del desgaste sistemático que llevara al mismo chavismo a derrocar al Gobierno, tampoco funcionó por esa cohesión Cívico- Militar.

Pero, esta vez los tiempos son distintos, pues mientras se aprovechó la merma de liderazgo en Maduro, quien compite y se compara inevitablemente con alguien de la talla de Chávez, al encontrarnos con una ineficiencia que había escalado en la mal acostumbrada corrupción o viveza criolla, aunado a la inseguridad y sus altos índices, y a la escasez, acaparamiento, compras nerviosas e inflación. Una serie de problemas que como expreso no son sólo parte de un plan desestabilizador, pues también hay cuota de responsabilidad en desaciertos de la gestión de Gobierno.

Sin embargo, la oportunidad política perfecta para parte de la oposición que arguye elementos neofascistas es sin duda un momento ideal para explotar en 10 meses de Gobierno de Maduro, un desgaste en la población mucho más prolongado y con efectos potencialmente más devastadores que los de 2002-2003.

En fin, pareciera ser esta la etapa que conlleve a la violencia política y al choque de trenes que representan las tendencias. Pareciera que la estrategia de cambiar las cajas idiotas por las de bolsillo, junto con una campaña internacional siempre desfavorable al Gobierno Bolivariano, representan graves amenazas para su consolidación en la figura del actual Jefe de Estado y de Gobierno.

El autor es: internacionalista

jcmatinella@gmail.com

 



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