La cloaca llamada Globovisión, permanece con las exclusas de par en par, como un templo, pero del mal, donde la cara de los que te embarran cuando pones esa canal da mucho que pensar, algunos de ellos no pueden ocultar cierta pena por ser él o ella quien directamente, te miente, disocia, aliena.
Ya van no sé cuantos procedimientos administrativos y así serán de poderosos estos amos del valle, que ni siquiera se quedan quietos y eso que su capo fue pillado en flagrancia al encontrarse acaparados en su propia casa, una cantidad increíble de vehículos Toyota. Pero que va; continúan desafiantes.
Uno se pregunta ¿hasta dónde llega una concesión?, que se dio para informar y resulta que no solo deforman la información, sino que siempre su opinión es la que vale. Pero, resulta que no tienen el balance que deberían tener, para ellos este país no sirve, pero viven como reyes los de la plana mayor de la cloaca.
Para colmo, y siguiendo con su caravana de atropellos al buen vivir, este medio, se da a la tarea de ser la chispa detonante de cosas que, más bien, deberían evitar como medio comprometido con el bienestar de su propia patria. Ahora anuncian a los pranes lo que va planeando el estado y así, lo delata.
Lo de la cárcel de Uribana, puede ser un plan concertado con el malandro del Observatorio de Prisiones, Globovision y algún funcionario disociado, este tridente maléfico, detonó y avisó la sorpresa que les venía a los presos, los puso en alerta y esa desesperación acabo con la vida de muchos de ellos.
La Ministra lo dice claramente, detonante, Globovisión, entonces ¿hasta cuándo seguirá la cloaca echando por esa pantalla heces fecales? ¿Será hasta que finalice la concesión? Mire que los amos del valle son poderosos, no les tiembla el pulso a la hora de retar y son 24 horas en eso. Difícil de creer.
Total que por su culpa, murió una cantidad de personas que si Globovisión, no les hubiera “cantado la zona” estarían con vida, solo se daba la requisa y ya. Pero en su afán golpista y decadente, lo que hacen desde mi punto de vista es seguir cavando el hoyo donde caerán cuando muera la concesión.
Debe ser así, por el bien de un país que con ansias busca la ruta de la libertad y no lo contrario, como lo que buscan en ese cáncer terminal llamado Globovisión. Esperemos con esperanza el cierre de la cloaca, que no es el cierre sino el fin de una concesión, porque no merece Venezuela esa porquería mediática.
Eso sí, sí al estado le sigue temblando el pulso como hemos visto hasta hoy debemos los bolivarianos comenzar una verdadera campaña con todos los hierros y hacer un referéndum a ver si los 8 millones y pico de mi comandante, los convertimos en el juez que decida qué hacer. Que el pueblo decida.
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