Golpe de estado económico

Desde hace un cierto tiempo para acá los sindicaleros de la oposición, expertos en la venta de contratos colectivos y en asaltos violentos a organizaciones gremiales de los trabajadores, se han dedicado a pedirle al gobierno nacional que decrete un aumento general de sueldos y salarios. ¿‘Por qué lo hacen? ¿Por qué son muy amigos de los trabajadores? ¿Porque los quieren mucho? Si recordamos algunos hechos infames protagonizados por estos bandidos, tenemos necesariamente que llegar a la conclusión de que no es por estas razones por la que están solicitando esos aumentos. Para entenderlo, hagamos un breve recuento acerca del papel que desempeñaron como dirigentes sindicales estos vividores durante los regímenes del pasado. 

   En efecto, estos degenerados jamás se conformaron durante la cuarta República con que ningún sindicato, de la rama que fuera, estuviera controlado por dirigentes identificados con las ideas de izquierda. Es más, con que en la directiva de ninguna de estas organizaciones estuviera presente algún militante de esta corriente política. Y si era en los sindicatos petroleros, pues, muchísimo requetemenos. De allí, que en vista de que las fuerzas de izquierda iban conquistando cada vez más una mayor simpatía entre los trabajadores y que amenazaban con desplazar a estos sicarios y esquiroles del movimiento sindical aquí en el Zulia, adoptaron la política de rescatar a sangre y fuego este movimiento. Sólo tenían que esperar que se presentara la mejor oportunidad de hacerlo, y la oportunidad se les presentó. 

   Como ya dijimos, en las directivas de todas las organizaciones sindicales siempre estaba presente al menos un representante de los sectores  progresistas, aunque, por supuesto, en condiciones minoritarias con respecto a los adecos  Estos controlaban casi todas las organizaciones sindicales de la región, excepto el sindicato petrolero de Maracaibo y  San Francisco, el único al que la mafia adeca no le había podido poner la mano. En todas las elecciones que en esa organización gremial se efectuaban anualmente, los comunistas obtenían cinco puestos en la junta directiva por dos de AD. Esto era algo que el instinto mafioso de esta inescrupulosa banda de asesinos y desalmados no podía soportar.  

   Por eso, a raíz de la huelga que este sindicato, en cumplimiento del mandato de todos los trabajadores afiliados al mismo y cumpliendo con todos los extremos legales le declaró a la Richmond, fue ilegalizado y de inmediato se desató una feroz persecución contra sus directivos comunistas. Persecución que arrojó como resultado numerosos crímenes, como el que perpetraron, por ejemplo, contra un dirigente , en Lagunillas, o como el que cometieron contra otro dirigente, en Cabimas, al que dejaron parapléjico. Pero también la implacable represión  contra los dirigentes sindicales del partido comunista produjo innumerables detenciones, torturados y perseguidos. Y todo, porque en virtud del derecho a huelga consagrado en la Constitución del 61, estos trabajadores hicieron uso de ese derecho constitucional. Con lo cual se demostraba que la tal democracia representativa, que con tanto aspaviento se proclamaban por todos los medios y en todos los tonos, no pasaba de ser una vulgar farsa, una burla cruel contra todos los venezolanos. Pero también se demostraba que los dirigentes de ese bastardo sistema no eran más que unos impostores, que se ahogaban en el propio sistema legal que ellos mismos habían establecido, más que nada para darle una apariencia legal a sus numerosas y criminales fechorías.   

   Esta situación de cero actividad sindical no podía ser más desfavorables para los trabajadores, pues a partir de la ilegalización y asalto armado contra el sindicato petrolero de Maracaibo y el posterior control totalitario que los gobiernos de AD y Copey ejercieron sobre el movimiento sindical, desapareció para ellos, para los trabajadores, toda posibilidad de plantear sus reivindicaciones laborales; de protestar contra los incalificables abusos y atropellos que los patronos, con el apoyo irrestricto de Fedecámaras, cometían contra ellos. Lo mismo ocurrió con las asambleas que se realizaban todas las semanas y en las que se les informaba a sus afiliados sobre la marcha de los diversos asuntos propios de la organización. Y en cuanto a las elecciones que se realizaban todos los años, jamás se volvió a hablar de ellas. Con lo que se entronizaron al frente de esa organización verdaderos maleantes, sujetos de los bajos fondos, que se coligaban con los patronos, tan inescrupulosos y bandidos como ellos, para explotar y atropellar a sus afiliados. 
 

    En estas condiciones de desamparo total de los trabajadores, se llegó al segundo gobierno de Caldera-Petkoff, cuando para coronar los abusos contra los asalariados no sólo se eliminaron las prestaciones sociales conquistadas a través de largos años de luchas y sacrificios, sino que también se trató de eliminar el Seguro e imponer un sistema de seguridad social como el que Pinochet impuso en Chile, es decir, que beneficiaba más a las clínicas y bancos que a los propios trabajadores. Según este sistema, a los trabajadores se les debía descontar de sus salarios una determinada cantidad que sería depositada en un banco. De esa cantidad los bancos se apropiarían de un 10 por ciento y el resto, o sea, solamente el 90 por ciento sobrante, se le acreditaría al trabajador. Es decir, que el banco, en lugar de pagarles a los trabajadores un interés por tener en ese establecimiento depositado su dinero, como se hace con todos los demás depositantes, en este caso sería al revés, es decir, que serían los trabajadores los que tendrían que pagarles a los bancos por tener en ellos sus depósitos. Con razón muchos bancos extranjeros quisieron establecer sucursales y filiales en Venezuela. 

   Ahora, los parásitos y vividores antes mencionados y que tantos atropellos cohonestaron y  cometieron ellos mismos contra los trabajadores, son los que en estos momentos, ante la manifiesta imposibilidad de que sus mafias partidistas puedan llegar al poder por la vía del voto, están planteado el aumento general de sueldos y salarios para sumir en el caos la economía venezolana. En este sentido, parecieran decir aquello de: “ni para mí ni para nadie”.  

En torno de este tema, le envié a Mario Silva un texto redactado en los siguientes términos.:        

 Cónfiro, Mario, di en tu programa La hojilla que un aumento general de sueldos y salarios significaría el desmadre de nuestra economía. Eso se debe porque un aumento de este tipo sería inmediatamente seguido por un aumento general de precios. Y que este aumento general de precios obligaría a un nuevo aumento general de sueldos y salarios, el cual a su vez conduciría nuevamente a otro aumento general de precios, y así sucesivamente. Pero con la particularidad de que, aparte de los trastornos que una situación como esta le causaría al normal desenvolvimiento de las actividades económicas, cada vez que se produjera un aumento general de sueldos y salarios se produciría simultáneamente una disminución real de los mismos. Eso se debe a que los aumentos de precios casi nunca, por no decir nunca, se ajustan al mismo porcentaje con el que aumentan las remuneraciones salariales. Me explico: si por ejemplo se decretara un aumento general de sueldos y salarios del 40 por ciento, se produciría inmediatamente un ajuste de precios del 50 por ciento o más, con lo cual el salario real se vería disminuido en esa misma proporción o en proporciones mayores. Por otra parte, correríamos el riesgo de que se produjera lo que ya estuvo a punto de ocurrir en la cuarta República: que para comprar un kilo de azúcar tendríamos que llevar al abasto un saco de dinero. De allí que los peores enemigos de los trabajadores sean los que están proponiendo un aumento general de sueldos y salarios. Solicitud que no tiene otro significado que el de ser un verdadero golpe de estado económico.

La mejor manera de aumentar los salarios es a través del salario mínimo. Y los otros a través de la contratación colectiva. Y ya que hablamos de salario mínimo, si el gobierno piensa aumentar este tipo de salario, lo mejor que debe hacer, para que el mismo no se convierta en algo negativo, es aumentarlo de una sola vez y no en dos partes. Esto lo decimos porque hasta ahora cada vez que el gobierno cancela ese aumento en dos partes, los especuladores también aumentan los precios dos veces. 

Tips: Colombia no entregará a Mackeld hasta que el FBI no haya terminado de interrogarlo. No otra explicación tiene la demora de esa entrega. 

La oposición, y especialmente la jetona de María Corina Machado –alias piernitas- andan escandalizando y diciendo que el gobierno le piensa entregar armas de guerra a los niños de preescolar y primaria. Ya quisiera ver a mi nietecito de 6 años, Juan David, conduciendo un tanque de guerra. No dijo lo del tanque, porque a pesar de que lo que tiene por jeta es una tronera, un tanque no le cabe en ella, pero les aseguro que lo pensó. 

Yo no sé por qué hay pendejos que se escandalizan porque a sus hijos se les dé instrucción militar. Al respecto, yo preguntaría: ¿Y cuál es la instrucción que reciben los niños exploradores, o sea, los llamados boy scout si no es instrucción militar?. Eso niños reciben una enseñanza militar adecuada a sus respectivas edades y basada en principios tan elevados como la honestidad, la disciplina, la fidelidad, la lealtad, métodos de supervivencia para el caso de que lleguen a extraviarse, el amor a la patria, que buena falta le hace a esta mujercita, etc. Los niños de nuestras escuelas también recibirían una educación basada en estos principios, pero jamás verían ni un arco ni una flecha y mucho menos un revólver. Pero por otra parte, María denuncia las milicias a las que califica de civiles armados. ¡Qué horror! Esta idiota con cara de mártir, a pesar de los numerosos viajes que ha hecho a su patria sentimental, los Estados Unidos, no se ha dado cuenta de que en se miserable país el que menos tiene posee un fusil de asalto AK-47. Y no sólo eso, sino que como lo demuestra Michael Moor en su documental sobre la materia, los mejores instructores que los niños tienen en el manejo de estas armas son sus propios padres. Pero de esto la Malinche no dice ni pío. 

Recientemente, el ministro Rodríguez Araque, en unas declaraciones suministradas a Tania Díaz de Dando y Dando, dijo que el cobro que Corpoelec hace por el servicio eléctrico que le presta a sus suscritores, apenas representa el 50 por ciento del pago de la nómina. Yo creo, señor ministro que no basta con decir eso. Es necesario, además, explicar cuáles son las causas que han incidido en esa preocupante situación. Por ejemplo, el Control Obrero habrá tenido algo que ver con este estado de cosas? ¿Las remuneraciones que allí se cancelan están de acuerdo con la situación financiera de la empresa?  

Fedecámaras, por su participación en el golpe de estado debía ser declarada fuera de la ley, es decir, debía ilegalizarse.  

alfredoschmilinsky@hotmail.com     
 

                                                                                      
 


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Alfredo Schmilinsky Ochoa


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