Hoy 11 de junio cuando nació el colombiano numero 45 millones el 60% de la población se debate entre la pobreza y la miseria.
Reconocida la recesión, en poco tiempo vendrá un paquete tributario que lo pagara el pueblo, y cientos de miles de jóvenes veranen el bachillerato una meta máxima obligada porque no pueden acceder a la educación superior por no tener recursos económicos. En Colombia, la educación y la atención médica son un negocio que goza de muy buena salud.
El conflicto interno colombiano, en los últimos 20 años no ha cambiado en nada. Cortinas de humo por aquí y por allá para manipular a la opinión pública y jugar con la desmemoria del pueblo con la ayuda de los medios de comunicación que ocultan los grandes problemas nacionales y la crisis del gobierno en donde los únicos triunfadores son: las fuerzas armadas y policía, la clase política y pudiente.
La clase media y los pobres se encuentran en una situación de extrema sensibilidad humana por la crisis social. Colombia vive una crisis política por una paz inestable pero duradera mediante el “equilibrio” del temor o el nuevo concepto de derechos humanos puesto en marcha por la seguridad democrática. Riesgo que perdurara mientras exista el plan Colombia.
Triunfo militar con derrota social es el éxito de la seguridad democrática de Uribe, cuyo gobierno enfrenta obstáculos políticos internos e internacionales colosales. Hay que señalar el “temor” de Washington por la continuidad de Uribe en la presidencia, agravada porque la presión internacional contra las FARC termino una vez liberados los tres norteamericanos e Ingrid Betancourt.
Liberación de todos los secuestrados políticos enseño a las FARC y al gobierno que el secuestro, las desapariciones y los asesinatos, no pueden ser elementos de negociación; al contrario, conducen al descredito de la guerrilla por ir contra la misma ideología revolucionaria, y del gobierno el descredito es a nivel global por sostener un conflicto contra los derechos humanos de los mismos colombianos.
En las filas de la guerrilla, la ideología ya no existe desde mucho antes de la muerte de Manuel Marulanda, sin embargo, era quien sostenía los dos frentes internos existentes en las FARC desde la muerte de Jacobo Arenas, el político y el militar. Tal parece que se impone el político de Alfonso Cano sobre el militar del mono JO JOY.
Alternativa militar que estará siempre presente, no solo en las FARC, en todos los pueblos proletarios del mundo para defender la vida y la libertad. En las FARC, por un lado las muertes de guerrilleros, las deserciones, las capturas flaquean las filas de la organización; por el otro lado, la misma crisis social rejuvenece las filas de la guerrilla por la incorporación de jóvenes, así, no exista ideología revolucionaria, ante la misma contradicción de la seguridad democrática del gobierno.
Inseguridad a la seguridad democrática se percibe en la constante reagrupación de los paramilitares por los endebles proyectos sostenidos para su desmovilización, que nunca fue tal, y por la misma crisis que agobia a todos por igual.
7 Años del plan Colombia, patriota, andino, han demostrado con la seguridad democrática, que la seguridad en ciudades, vías, no es suficiente para sacar a la población adelante. La madre de todas las guerras nunca se dará, requisito tanto para el gobierno como para la güerilla para imponerse, por lo tanto, la salida política es la solución más viable.
Salida, que en términos económicos no le conviene a los tres actores del conflicto: EEUU, gobierno y FARC. El narcotráfico es un negocio que los EEUU no perdera. De allí surge el dinero para el plan Colombia y el resto de operaciones encubiertas, prácticamente en todo el mundo. El plan Afgano, país que produce entre el 80 y el 90% de la heroína que se consume en todo el mundo, no tendría razón de ser, si se pierde el plan Colombia, nación que produce entre el 80 y el 90% de toda la cocaína que se consume en la tierra. El dominio militar de las dos naciones es vital para la seguridad nacional de los estadounidenses.
En otro contexto, las revoluciones bolivarianas pacificas, son una evolución de las revoluciones armadas, por la participación de todo el pueblo en las urnas, unos dicen si otros dicen no, eso es participación hacia una mejor democracia. La guerrilla de las FARC en la región, para la integración es un lastre imposible de seguir arrastrando por el peso político y social que representan las nuevas revoluciones pacificas.
Las movilizaciones del 4 de febrero del 2008, de colombianos por la paz, con alcance mundial, enseño la nueva ideología que las poblaciones del mundo quieren tanto para capitalistas como para los socialistas.
Ante esa situación, tanto Uribe, Washington y las FARC, son cómplices por sostener un conflicto que, prácticamente no es militar, es interés económico con salida política que no quieren que desaparezca. Las FARC, hace tiempo saben que, por la vía armada no van para ningún lado igual le ocurre al gobierno, no hay solución militar posible, aun exterminando a los líderes guerrilleros.
Sostener la tesis norteamericana de no negociar con terroristas, hacerla propia, esta muy lejos de la realidad latinoamericana y colombiana. Primero por que el concepto de terrorismo dado por los estadounidenses esta equivocado, hay que actualizarlo bajo los términos de “costos aceptables” que ellos utilizan, más de un millón quinientos mil muertos civiles en Irán Y Afganistán, son actos terroristas a todas luces. Después, porque los latinos no somos un continente que vivimos del negocio de la guerra, ni producimos ni investigamos armas de última generación para exterminio masivo, elemento básico del capitalismo para sostener la economía globalizada.
Por lo tanto, el dialogo, será para siempre el arma a utilizar en nuestro continente. Las confrontaciones diplomáticas entre ecuatorianos, colombianos, venezolanos, históricamente hermanados, pretenden ser divididos por el gobierno imperialista que maneja los hilos de divide y vencerás, no lo permitamos.
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