Hace pocos días, el experto consultor del BM y FMI, Nouriel Roubini en una conferencia organizada en Bogotá por la firma Samper Heat Hunting y patrocinada por los medios de comunicación CNN, Portafolio y El Tiempo de Colombia, confirmó lo que ya es una verdad incontrovertible, para todos los que aplican una mínima racionalidad en el análisis de tendencias de las economías del llamado mundo en desarrollo. Solo las viudas criollas del “Consenso de Washington”, defensores a ultranza del neoliberalismo, repetidores como loros de los “postulados” de la ideología globalitaria del libre mercado, aún se atreven a desmentir a sus propios mentores, cuando cuestionan las políticas que adelanta el gobierno bolivariano para impulsar un nuevo modelo productivo, estructurado sobre el fortalecimiento del mercado interno, el desarrollo endógeno, la soberanía productivo-alimentaria y la integración regional.
Roubini afirmó sin pudor: “…estas economías no pueden depender tanto de las exportaciones, que en su mayoría son materias primas, más bien deben mirar hacia la región y hacia el mercado local”. Para sustentar esta opinión señaló: “En la medida en que el comercio ha sido el principal canal de contagio de la debacle financiera, los países deben abandonar el modelo de crecimiento, basado exclusivamente en la venta en el exterior, y concentrarse más en el mercado interno y en la integración con los vecinos”.
El fortalecimiento del mercado interno se garantiza y es sostenible, no solo con el incremento de la capacidad adquisitiva –demanda efectiva- de la población a través del reparto equitativo de la renta petrolera. Este se hace efímero más temprano que tarde, sin una capacidad productiva interna diversificada e innovadora, que tanga un desempeño creciente en calidad y agregación de valor en todos los sectores de la economía. El gran desafío para la revolución socialista del siglo XXI es lograr lo que no lograron las revoluciones socialistas del siglo XX, devenidas en capitalismos de estado totalitario: combinar democracia, justicia social y desarrollo productivo sostenible con relaciones de producción socialistas.
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