La intencionalidad del capitalismo es un crimen casi suicida

El objetivo de este artículo es exponer un punto de vista y un marco de análisis que vaya más allá de la mera caracterización de la crisis cíclica del capitalismo. Rechazamos el uso de una esencialidad determinista para un fenómeno complejo. Además de eso, la base de esta supuesta crisis del capitalismo financiero es la intencionalidad. A partir de ese ángulo vamos a exponer un punto de vista, partiendo del análisis descriptivo, yendo más allá de las supuestas “leyes del pensamiento económico” aceptadas por el status quo. El Lo mismo para cualquier pre-supuesto neoclásico (neoliberal) y sus oponentes oficiales.

Entendemos que una sociedad también se mueve con un equilibrio entre la intención de algunos operadores en puestos-clave (como las autoridades económicas de los EUA) y la inercia estructurante generada por los sectores dominantes. Por eso caracterizamos que el capitalismo es un marco de civilización, un mecanismo de transformación de los aspectos de la vida en mercados y un complejo sistema de dominación. Exponemos una parcela de explicación plausible de la “tal crisis”, o sea, de la mega estafa en escala global. La base del capitalismo globalizado es su versión financiera. No habrá caída en la tasa de logros de las mercancías, en el formato de bolsa de títulos financieros, hasta el capital de ficción (financiero) pierda cualquier tipo de anclaje.

El quiebre surge del aumento de la tasa de intereses (no regulados, flotantes) en los Estados Unidos. Ese aumento es una decisión de gobierno que controla el Estado más poderoso del planeta, y la razón de esto es la financiación de la Guerra de Ocupación del Irak. Con el propio Tesoro estadounidense sufriendo huecos debido a la financiación de las transnacionales petrolíferas y de las prestadoras de los servicios de guerra, aumentar la tasa de intereses a finales del gobierno Bush Jr. tuvo cómo meta remunerar a los compradores de títulos de su deuda pública. A la vez, esta remuneración atiende el crecimiento de la China, que es la mayor acreedora de los EUA. O sea, la “crisis cíclica” fue fruto de una secuencia de decisiones políticas, ya que el único país rico del planeta que tenía superproducción de mercancías era la propia China, compañera interdependiente del Imperio estadounidense que amenazaba desintegrase en el caso de que Obama no saliera victorioso en las elecciones de 2008.

La fiesta de los llamados activos tóxicos fue un juego de mala fe donde todos sabían que los títulos negociados no tenían valor y ni solidez, materializa la verdadera “esencia” del capitalismo. Antes, la estafa triangulada entre Empresas – Seguros – Análisis de Riesgo – Consultoría había ganado forma y lugar en el caso Enron, emblemático del inicio del siglo XXI. Uno de los mayores conglomerados económicos estadounidenses aplicó más de 1600 empresas fantasmas como parte de su deuda activa, por lo tanto, con supuesto dinero que tendría para recibir. Al fabricar falsos balances, quebrar la empresa y robar el dinero de los accionistas menores, la Enron materializa el concepto de que los grandes operadores del capital financiero son la versión sofisticada de los agiotistas en gran escala.

Empresarios, ejecutivos, tecnócratas y analistas de plantón sabían de todo cuando arriesgaban las riquezas bajo su control en la ruleta rusa del casino de la globalización. Aquí, en los EUA, en Europa y en cualquier lugar del mundo.

Hube intencionalidad desde el comienzo. Un proceso semejante aconteció en el sudeste asiático en la segunda mitad de los años ’90. Comienzó cuando Tailandia liberó la fluctuación de su moneda nacional. La falsa creencia, de base fraudulenta, cree o finge creer públicamente, que existe un supuesto equilibrio y que las leyes “científicas” van a designar el valor justo para algo. Pura basura. Los entonces llamados tigres asiáticos fueron blanco de la acción de mega apostadores, incluyendo la suspensión de pagos criminal del Banco Barings, fruto ya de operaciones financieras del mercado de derivativos. Como siempre ocurre, un operador pagó como chivo expiatorio, siendo acusado él solo de quebrar a Malasia.

La “tal crisis” actual es puro comportamiento fraudulento acelerado por la velocidad de las nuevas tecnologías y de la pérdida de cimiento del capital fraudulento (financiero).

El Sistema Swift de compensación bancaria vía satélite

El origen de la plasta de excremento de los derivativos actuales está en el conjunto del sistema financiero y bancario mundial. El mecanismo central viene de 1973, cuando las 10 mayores instituciones financieras del mundo crearon, en plena escasez del petróleo (1973), una forma global de compensación bancaria automática y mundial. Para garantizar el buen funcionamiento, este sistema opera por satélite y no sufre regulación de gobierno alguno en el acto de la transacción. Contempla 99,9% de las operaciones bancarias del mundo, actuando como prestador de servicios. La velocidad adquirida con las Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación (TICs) aceleró de tal forma las transacciones financieras que en el auge de los derivativos, llegaron a negociar un activo tóxico cada 4 segundos. El tamaño del agujero se hizo notar a finales de 2007 y explotó de una vez en el fin de fiesta del gobierno de Bush Jr.

Pero, antes de que la burbuja inmobiliaria de los EUA explotara por el aumento de los intereses en función de los costos de la Guerra de Ocupación en el Irak, por más de veinticinco años, el Sistema Swift aceleró las transacciones bancarias, siendo el portador y transmisor del dinero electrónico en el mundo. Todos los capitales en formato de depósito bancario, con el Swift, ganaron la capacidad de circular libremente por todo el planeta. En este bolo de dinero digitalizado, se incluyen las cuentas secretas de servicios de inteligencia, los tesoros de la corrupción en los países subdesarrollados y todos los volúmenes existentes en los llamados paraísos fiscales. Estas islas de ilegalidad capitalista asumida sirven como desahogo cloacal, donde un dinero con origen sucio por las reglas del propio sistema comienza a circular de forma legalmente aceptada, a través de la primera infovía globalizada.

Una victoria puntual sería cerrar los paraísos fiscales y frenar el engranaje del Swift

Para acabar con la fiesta de la ruleta especulativa, bastaba entonces con cerrar los paraísos fiscales y prohibir la circulación a través del Swift. Eso sería la muerte del juego dentro de las propias reglas del capitalismo globalizado. Como ningún sistema se suicida ni se autodestruye, eso solamente va a acontecer cuando los pueblos en lucha fuercen a los gobiernos de turno a cambiar la correlación de fuerzas, disminuyendo la ganancia del capital fraudulento, que es el capital financiero.

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Bruno Lima Rocha

Politólogo, periodista y profesor de relaciones internacionales

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