El pasado domingo como ya es harto conocido, varios helicópteros norteamericanos con tropas de ese país a bordo, aterrizaron en territorio Sirio, en el marco de una redada que realizaban cerca de la frontera de esa hermana República, con la no menos sufrida y hermana República de Irak, en lo que constituye una violación flagrante del Derecho Internacional y de la soberanía siria, amén de un atropello inaceptable a la dignidad de aquel pueblo, toda vez que de ese hecho resultaron muertos y heridos, varios ciudadanos sirios, entre los que lamentablemente se cuentan mujeres y niños.
Ahora bien, como siempre los Estados Unidos se han negado a confirmar su participación en la redada en cuestión, lo que los pone en evidencia y desnuda ante los ojos del mundo, la doble moral con la que ese país trata el tema de los derechos humanos, develando a su vez el profundo desprecio que la clase dirigente imperial siente por la paz, la convivencia y el derecho internacional.
No olvidemos que estamos no sólo ante la potencia militar más poderosa del orbe, sino también ante el único gobierno que ha sido judicialmente sancionado por la Corte Internacional, como un Estado Terrorista, a propósito del proceso que Nicaragua iniciara contra el gobierno de Ronald Reagan en la década de los ochenta y que finalizó con una fallo condenatorio que los obligaba a indemnizar a Nicaragua por actos de sabotaje y terrorismo cometidos por la Contra nicaragüense entrenada y apoyada por la CIA y cuya cumplimiento hasta el sol de hoy, está en veremos.
Claro está, que la agresión contra Siria no debe verse como un hecho aislado, respecto a la campaña electoral presidencial que ahora se desarrolla puertas adentro en los Estados Unidos. Los Republicanos están buscando reavivar en la población votante de Norteamérica, una excusa que mediante el terror, eventualmente incline la balanza a favor de Macain, quien apostando al argumento del patriotismo y de la lucha contra el terrorismo, busca desesperado, una fórmula que le permita alcanzar a Obama, a quien todos los sondeos de opinión dan como triunfador en el proceso que se avecina y que ojo, no es lo mismo que el primero, pero es igual.
Además se puede valorar el evento que han protagonizado en contra de Siria, como un globo de ensayo dirigido a probar la reacción de ese país y seguramente destinado a pulsar también la respuesta del resto de las naciones árabes a un eventual ataque gringo o israelí – su socio sucio en el Oriente Próximo – a Siria, a Irán o a cualquier otra nación que en ese extenso y conflictivo territorio, se oponga a los intereses del imperio y de sus lacayos.
En este contexto, no debemos los revolucionarios vacilar,
en manifestar nuestra absoluta solidaridad con el pueblo sirio, con
su gobierno y con los pueblos y gobiernos de nuestros hermanos árabes,
instándolos a resistir y a combatir a un Imperio, que por encontrarse
cimentado sobre las bases de la inmoralidad, del asesinato, de la corrupción
y el atropello a la humanidad, terminará junto con sus cipayos, sucumbiendo
ante su propia podredumbre.
