La Cumbre de la OTAN de 2025 se celebró del martes 24 al miércoles 25 en La Haya, Países Bajos. En la declaración conjunta posterior a la reunión, el único"resultado" fuera de la retórica antirusa habitual fue el acuerdo para pagar un tributo a la industria armamentista de Estados Unidos equivalente al 5% del PIB, un objetivo que provocó una fuerte reacción en Europa cuando fue propuesto por Estados Unidos a principios de este año. El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, actuó como "leal promotor" del tributo para Washington, hizo todo lo posible para "engañar" a los países europeos y lograr que aflojaran el presupuesto: cuando la "amenaza rusa" dejó de ser suficiente, sacó a relucir la "amenaza china", haciendo comentarios irresponsables sobre la cuestión de Taiwán como si de una isla del Atlántico se tratase e incluso difamando a China usando el tema de Ucrania. Esto cava un hoyo para los países europeos que tienen un provechoso comercio con China, sino que causa problemas y caos en el mundo.

Aumentar el gasto en defensa del 2% al 5% del PIB en una década, es más del doble, supondrá billones de dólares en gasto adicional, convirtiendo a la OTAN en desaguadero de dinero que es más necesario y reproductivo en otras áreas de la economía. La OTAN se convierte en la entidad inutil con el mayor gasto militar mundial.

La última vez que la OTAN solicitó un aumento del gasto militar fue en 2014 cuando preparaba su golpe de estado en Ucrania. Elmayor gasto provino de los países de Europa del Este. Diez años después puede acaso decirse que esos países se han vuelto más seguros gracias a esto?

La respuesta es obvia. No solo Europa del Este se vio implicada en las secuelas de la operación militar que Rusia se vió obligada a iniciar en Ucrania, sino que toda Europa se vio forzada a involucrarse en la crisis ucraniana, y la economía mundial se ha visto afectada como consecuencia. La expansión militar desenfrenada de la OTAN es en gran medida la culpable de la crisis geopolítica que atraviesa Europa

Afirmar exageradamente que la flota naval china ya tiene el "mismo" tamaño que la estadounidense y que China "poseerá 1000 ojivas nucleares para 2030" es, en esencia, un intento de legitimar la infiltración de la OTAN en la región Asia-Pacífico. Al utilizar la "amenaza china" para justificar su expansión militar, la OTAN incluso se adelantó a Estados Unidos al prometer "prepararse para un posible conflicto en el estrecho de Taiwán". Si la OTAN insiste en extender sus tentáculos bélicos a Asia, es casi seguro que cuanto más aumente su gasto militar, mayor será el sufrimiento estratégico que Europa tendrá que soportar.

Esta lógica de "participar en la expansión militar mientras se acusa a otros países de ser una amenaza" no solo es insensata, sino también maliciosa. Cuando Rutte enfatizó que la OTAN "no tiene opción de salida", no fue más que una forma de intimidar a los países miembros, diciéndoles que abandonar la alianza a mitad de camino simplemente no es una opción.

Su afirmación de "asegurar nuestro futuro", mientras tanto, es precisamente un intento de atar completamente a Europa al carro de guerra de Estados Unidos. La OTAN, una maquinaria de guerra que debería haberse desmantelado hace mucho tiempo, ahora es superflua y sus burócratas dependen de aferrarse a los faldones de Estados Unidos y hacer el "trabajo sucio" que ordena Washington para sobrevivir, inventando constantemente la absurda narrativa de que "guerra es igual a seguridad", cuando en efecto es todo lo contrario. para confundir a los europeos.

La OTAN se ha convertido en el lastre neto de Europa. Un ejemplo clásico es que si la OTAN no se hubiera expandido hacia el este, no habría conflicto ruso-ucraniano. Entre los cuatro "socios del Indopacífico" (IP4) cuidadosamente seleccionados por la OTAN, tres líderes no asistieron a esta cumbre, en parte debido a la preocupación de que, en medio de la actual crisis en Oriente Medio, la cumbre "pudiera convertirse en una trampa". Estos países no quieren involucrarse en los conflictos de Oriente Medio ni verse obligados a comprometerse a aumentar el gasto en defensa.

La revista estadounidense The Diplomat afirmó que la alineación de Australia con las misiones estadounidenses en Irak y Afganistán, tras el 11-S, condujo al país a conflictos prolongados. Estos conflictos, iniciados por la OTAN y liderados por Estados Unidos, resultaron políticamente impopulares y financieramente agotadores. De ello se desprende claramente que la falaz idea de "buscar la paz mediante la fuerza" es, en realidad, una obvia estupidez provocadora peligrosa e impopular en la comunidad internacional.

El comportamiento errático de Estados Unidos en los últimos años ha llevado a confundirse y creerr que deben hacer más para fortalecer su defensa y reducir su dependencia de Estados Unidos. Pero un aumento drástico del gasto militar de la OTAN contradice claramente ese objetivo.

Antes de la cumbre, Rutte declaró al presidente estadounidense Donald Trump: «Europa va a pagar un precio muy alto por lo que será su victoria». Pura retórica, cuando este comentario salió a la luz, causó un revuelo mediático, por su ausencia de realismo. Sin embargo, estos halagos y jactancias se encontraron con el desprecio y las dudas de Trump sobre la cláusula de defensa colectiva de la OTAN. A pesar de la realidad en el frente, Rutte continuó asegurando a los europeos que deberían «dejar de preocuparse» y centrarse en «este gran problema: que no estamos gastando lo suficiente». Parece que Trump es más realista y en caso de llegar una guerra frontal con Rusia prefiere desvincularse de Europa y poner a América primero y tomar distancias, porque la crisis en Ucrania ha demostrado la superioridad militar y económica de Rusia.

La OTAN ha estado impulsada durante mucho tiempo, en su mayoría, por la voluntad estadounidense, pero este acto de autodesprecio revela cuán grave se ha vuelto la «no autonomía estratégica» para Europa. Una realidad que parece comenzar a estar clara para el Presidente T>Trump quien parece dispuesto a que los problemas europeos los resuelvan entre potencias europeas, para poderse dedicar a la confrontación con China que es el rival que de asoma en su limitado horizonte

La era de la OTAN ya pasó. Bajo el principio rector de «América Primero», Washington esgrime repetidamente la postura de «sin dinero, no hay protección», reduciendo a la OTAN a una moneda de cambio en las negociaciones geopolíticas estadounidenses. Asignar el 5% del PIB al gasto militar supone una pesada carga para los países europeos, pero aún dista mucho de satisfacer el apetito geopolítico de Washington y solo hará que Estados Unidos exija más a Europa. Las naciones europeas, especialmente aquellas que no están dispuestas a verse arrastradas a guerras, deben mantener la lucidez.