Los Padres Fundadores
Los Padres Fundadores de los Estados Unidos son un grupo de líderes políticos y estadistas que jugaron un papel crucial en la independencia de las trece colonias británicas y en la creación de la Constitución de los Estados Unidos.
Tienen mucha relevancia para los Estados Unidos. Pero para el resto del mundo pueden ser una referencia, pero no tienen incidencia fundamental.
Los siete Padres Fundadores (todos hombres) más destacados son:
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George Washington, Comandante en jefe del Ejército Continental durante la Guerra de Independencia y primer presidente de los Estados Unidos.
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Thomas Jefferson, principal autor de la Declaración de Independencia y tercer presidente de los Estados Unidos.
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John Adams, defensor de la independencia y segundo presidente de los Estados Unidos.
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Benjamín Franklin, diplomático, inventor, moralista y uno de los redactores de la Declaración de Independencia.
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Alexander Hamilton, primer secretario del Tesoro y autor de muchos de los Papeles Federalistas.
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John Jay, primer presidente del Tribunal Supremo de los Estados Unidos y coautor de los Papeles Federalistas.
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James Madison: "Padre de la Constitución" y cuarto presidente de los Estados Unidos.
Estos Padres Fundadores establecieron varias bases fundamentales para la construcción de los Estados Unidos:
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Declaración de Independencia (1776): Redactada principalmente por Thomas Jefferson, esta declaración proclamó la independencia de las trece colonias del dominio británico y estableció los principios de igualdad y derechos inalienables.
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Constitución de los Estados Unidos (1787): Redactada en la Convención Constitucional, esta constitución estableció el marco del gobierno federal y los principios de separación de poderes, pesos y contrapesos, y derechos individuales.
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Papeles Federalistas: Una serie de 85 ensayos publicados entre 1787 y 1788 por Alexander Hamilton, James Madison y John Jay (ellos tres bajo el seudónimo "Publius") que defendían la ratificación de la Constitución y explicaban los principios del nuevo gobierno.
Estos ensayos plantean la necesidad de una unión fuerte para la seguridad y prosperidad de los estados; la separación de Poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) para evitar la concentración de poder; sistema de pesos y contrapesos (para evitar abusos de poder); el federalismo, para equilibrar el poder entre el gobierno nacional y los gobiernos estatales; y la defensa de la Constitución (respondiendo a las críticas de los opositores a la Constitución y explicando cómo el nuevo marco de gobierno protegerá los derechos individuales y promoverá la justicia). Los Papeles Federalistas son considerados una obra fundamental, para Estados Unidos, en la teoría política y siguen siendo una referencia importante para entender la Constitución de los Estados Unidos.
Los opositores a la Constitución de los Estados Unidos se conocían como antifederalistas (Patrick Henry, George Mason, Samuel Adams, Richard Henry Lee, entre ellos), a los que preocupaba que una Constitución que otorgara más poder al gobierno federal pudiera derivar en tiranía e infringiera las libertades individuales y los derechos de los estados. También señalaban que la Constitución, tal como fue propuesta originalmente, no incluía una Carta de Derechos para proteger las libertades y derechos de los ciudadanos frente al gobierno federal. Por otra parte esgrimían que el nuevo gobierno federal no sería verdaderamente representativo y que solo serviría a los intereses de una élite consolidada en las ciudades, dejando de lado a ciudadanos comunes y rurales. Por último, señalaban que la Constitución propuesta socavaría la soberanía de los estados al quitarles poderes significativos y deseaban mantener una liga de estados independientes manteniendo más autonomía.
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Carta de Derechos (1791): Las primeras diez enmiendas a la Constitución, que garantizan derechos fundamentales como la libertad de expresión, religión, prensa y el derecho a un juicio justo. Fue una respuesta a las demandas de los "antifederalistas".
1. Primera Enmienda: libertad de religión, expresión, prensa, reunión y petición.
2. Segunda Enmienda: derecho a portar armas.
3. Tercera Enmienda: prohíbe el alojamiento forzoso de soldados en casas privadas en tiempos de paz sin el consentimiento del propietario.
4. Cuarta Enmienda: Protege contra registros e incautaciones irrazonables y establece requisitos para órdenes de registro basadas en causa probable.
5. Quinta Enmienda: derecho a un juicio justo, protege contra la autoincriminación y la doble incriminación, y establece el debido proceso legal.
6. Sexta Enmienda: derecho a un juicio rápido y público, a un abogado, y a confrontar a los testigos en un juicio penal.
7. Séptima Enmienda: derecho a un juicio por jurado en casos civiles.
8. Octava Enmienda: Prohíbe fianzas excesivas, multas excesivas y castigos crueles e inusuales.
9. Novena Enmienda: Establece que la enumeración de ciertos derechos en la Constitución no debe interpretarse como una negación o menosprecio de otros derechos retenidos por el pueblo.
10. Décima Enmienda: Establece que los poderes no delegados a los Estados Unidos por la Constitución, ni prohibidos por ella a los Estados, están reservados a los Estados respectivamente, o al pueblo.
Carácter Capitalista de EEUU
El carácter capitalista de la sociedad norteamericana fue influenciado significativamente por varios de los Padres Fundadores y documentos clave.
Alexander Hamilton, como primer Secretario del Tesoro, defendió un gobierno federal fuerte y un sistema financiero robusto. Sus políticas económicas, incluyendo la creación del Banco de los Estados Unidos, sentaron las bases para el desarrollo del capitalismo en el país. Hamilton era un realista político que reconocía la importancia del poder y los intereses nacionales en las relaciones internacionales. Hamilton sintetizó ideas de economistas como Adam Smith. Él reconocía los peligros del abuso del capital privado. Creía que era necesario un equilibrio entre la promoción del crecimiento económico y la regulación para evitar abusos.
Benjamín Franklin adoptó elementos de las escuelas de pensamiento mercantilista y fisiócrata. Su enfoque económico reflejaba una mezcla de ideas liberales y clásicas tempranas. Advertía sobre los peligros del egoísmo y la avaricia.
John Adams reconocía la existencia de clases económicas y creía que era natural que el poder económico y político estuviesen relacionados, aunque no favorecía a una clase sobre otra y defendía la protección de los derechos tanto de los ricos como de los pobres. Creía en la importancia de proteger los derechos de propiedad como base para la libertad y la prosperidad económica.
George Washington tuvo un enfoque pragmático tanto en su pensamiento político como económico. Como empresario que era, apoyaba el libre comercio y se oponía a las alianzas políticas y económicas que pudieran entorpecer la independencia económica de la nación. Creía en la necesidad de una fiscalidad moderada para evitar la carga excesiva sobre los ciudadanos.
Thomas Jefferson promovía una economía basada en la agricultura. Defendía el libre comercio y se oponía a las políticas proteccionistas que favorecían a ciertos sectores de la economía a expensas de otros. Se oponía a la concentración de poder económico en manos de unos pocos. Creía que la descentralización económica fomentaba la igualdad de oportunidades y la justicia social.
John Jay apoyaba el libre comercio y creía que las relaciones comerciales con otras naciones eran cruciales para el crecimiento económico de los Estados Unidos. Defendía los derechos de propiedad privada como base para la libertad y la prosperidad económica.
James Madison tenía una posición similar a la de Jay. También se oponía a los monopolios.
Pues bien, los Padres Fundadores establecieron las bases para una democracia federada, con división de poderes, consagrando los principios de igualdad y derechos inalienables. Sin embargo, también sembraron las bases del sistema capitalista: por ejemplo, el Banco de Estados Unidos era público – privado, y un sistema en el que los poderes políticos y económicos estaban interconectados. Si bien los fundadores se oponían a los monopolios, no establecieron los elementos para evitar su surgimiento y dominación.
Sobre la falta de normas para la limitación de la concentración del poder, se dice que el asunto de los monopolios no era un tema central entonces, tal vez no habían adquirido relevancia para encender alarmas. Con el tiempo, a medida que la economía de los Estados Unidos se desarrollaba y las empresas crecían, surgieron nuevas preocupaciones sobre los monopolios y el poder concentrado en las manos de unas pocas grandes corporaciones.
Con la segunda enmienda, por cierto, deja la semilla de la carga violenta de la sociedad norteamericana.
La aberración de la persona jurídica
Sabemos que Adam Smith condenó los monopolios, él defendía un mercado de pequeños compradores y vendedores (que ya no existe ni existirá). Él se oponía tanto a las empresas como al gobierno (que defendía a éstas). En realidad él nunca defendió la codicia ilimitada. Consideraba que el capital debe ser local, sus dueños deben estar involucrados directamente en el proceso de producción. Pero de su pensamiento se tomó lo que servía a los intereses de las nacientes élites.
Dice David Korten (Cuando las Transnacionales gobiernan al mundo, 1995) que la personería jurídica de una empresa es una invención social creada supuestamente para reunir fondos privados al servicio de un fin público, pero las empresas desarrollan su propia agenda, de maximizar las ganancias, desligada de la gente. Cuando se hacen transnacionales superan incluso a los gobiernos. Se llegó a la aberración de darle derechos de una persona natural. Afirma Korten que debemos recuperar el poder que hemos cedido a las compañías, pues éstas son "antimercado".
El mercado hace de cada dólar un voto, al contrario de la democracia en la que cada persona es un voto. El mercado se inclina hacia los ricos.
La economía global no es sana, se preocupa de producir dinero sin crear valor, es especulativa, buscando retornos rápidos, es inestable. El mercado especulativo maneja mucho más dinero que los bancos centrales del mundo. Una de sus especialidades es desmantelar empresas productivas para apoderarse. La tendencia es a una concentración aún mayor del capital.
David Korten nos dice que "El siglo XIX surgió como una época de activa y abierta lucha legal entre las empresas y la sociedad civil respecto al derecho de las personas… en 1819, la Corte Suprema de EEUU falló en contra del Estado de New Hampshire" impidiendo al Estado revocar una concesión a una empresa.
"En 1886, en una aplastante victoria de los partidarios de la soberanía empresarial, la Corte Suprema (de EEUU) dictaminó, en el caso del Condado de Santa Clara versus la ferroviaria Sur Pacífico, que bajo la Constitución de EEUU, una empresa privada es una persona natural…" Esta fue la daga mortal que sentó el precedente de lo que hoy es el capitalismo occidental, muy lejos de lo que dictó Adam Smith.
Si bien la Constitución de EEUU nunca menciona a las empresas, la Corte Suprema de los Estados Unidos dictaminó que las corporaciones tienen derechos bajo la Decimocuarta Enmienda, que garantiza la igualdad de protección bajo la ley, y la interpretación ha sido que las empresas, como entidades legales, tienen ciertos derechos similares a los de las personas físicas.
Lo que en realidad dice la citada enmienda es que "ningún Estado podrá hacer o aplicar ley alguna que restrinja los privilegios o inmunidades de los ciudadanos de los Estados Unidos; tampoco podrá ningún Estado privar a persona alguna de la vida, la libertad o la propiedad, sin el debido proceso legal; ni negar a persona alguna dentro de su jurisdicción la igual protección de las leyes". Allí se habla de personas (se entiende que personas naturales) y ciudadanos. Pero la Corte Suprema generalizó el término para personas naturales y jurídicas. Este es un elemento fundamental a redefinir en la nueva sociedad norteamericana.
Así que la sociedad norteamericana fue evolucionando hacia un capitalismo salvaje, neoliberal, sin que hubiese nada normativo que lo impidiese.
Otra aberración: los lobbies
Por ejemplo, la existencia de los lobbies se considera hoy en día legal y normal en EEUU, aunque sus prácticas son extremadamente corruptas y antidemocráticas. Convierte el slogan de "una persona un voto", en "un dólar un voto". La legalidad de los lobbies en Estados Unidos tiene sus raíces en la Primera Enmienda de la Constitución, que protege el derecho a "solicitar al Gobierno la reparación de agravios". Esta protección se interpretó como el derecho a hacer lobby. Además, la práctica de los lobbies ha sido regulada a lo largo del tiempo (Federal Regulation of Lobbying Act de 1946 y la Lobbying Disclosure Act de 1995 son ejemplos de leyes que establecen requisitos de registro y divulgación para los lobistas). Estas regulaciones buscan equilibrar la influencia de los lobbies con la necesidad de transparencia en el proceso político. Aunque la intención original era permitir que diferentes grupos de interés pudieran influir en el gobierno de manera transparente, en la práctica, los lobbies de grandes empresas y grupos con recursos significativos pueden ejercer una influencia desproporcionada. Este es una de los elementos a reconsiderar en la reconfiguración de la sociedad norteamericana.
El atrasado y no democrático sistema electoral
Otro elemento a considerar es la forma como los norteamericanos eligen a sus "representantes". El sistema electoral no es directo (el ciudadano no elige funcionarios sino un Colegio Electoral de electores, que no necesariamente resultan fieles al mandato del ciudadano). Las campañas electorales no difieren mucho del mercado capitalista: se requiere un gran capital para tan sólo aspirar a ser candidato; esto termina generando "deudas" con quienes donan dinero. No hay representación de las minorías: dos partidos se reparten el poder.
La sociedad menos equitativa
Es pública y notoria la gran desigualdad económica existente en EEUU, no es necesario argumentar de nuevo eso aquí. Por tanto, el poco acceso a los servicios de salud.
Alto grado de violencia
Igualmente, el alto uso de la violencia. No sólo de la criminalidad tradicional, sino de los hechos de violencia perpetrados por personas en escuelas, automercados y demás sitios públicos. EEUU es el sitio con más armas por habitante (incluso armas largas) y con la mentalidad más armamentista. Unos de los principales lobbies de EEUU es precisamente el de la Asociación Nacional del Rifle.
Privatización de todo
Siendo el capitalismo el sistema dominante en EEUU, la inmensidad de los servicios están privatizados, y aquéllos que no lo están, lo están en su entorno, lo que hace muy difícil el acceso a las personas con pocos recursos, que son muchos.
Entonces, tenemos algunos elementos claves que habría que revisar:
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La concepción de que la persona jurídica tiene los mismos derechos que la persona natural.
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La existencia de los lobbies.
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El sistema electoral.
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La excesiva concentración de poder político y económico.
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El uso excesivo de la violencia en todos los ámbitos.
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En general, la excesiva privatización de los servicios.
Tal vez, la sociedad norteamericana necesita repensar sus bases, volver a los orígenes. Está evolucionando hacia una dictadura del capital. Hay grandes críticos que escuchar, como Howard Zinn (1922), Malcoln X (1925), Noam Chomskty (1928), Martin Luther King (1929), Ralph Nader (1934), Bernie Sanders (1941), Joan Baez (1941), Angela Davis (1944), Glen Teron Martin (1944), Elizabeth Warren (1949), Cornel West (1953), Michael Moor (1954), Chris Hedge (1956), Judith Butler (1956).
Las tensiones en la sociedad norteamericana aumentan día a día. ¿Cómo terminará esto? Difícil de predecir. Pero en la historia, las tensiones nunca se han podido mantener por mucho tiempo. Las sociedades evolucionan y se revolucionan también, surgen nuevas estructuras sociales y una nueva visión de mundo.