Cristianocentrismo y autonegación Xavante: una crítica desde el ecomunitarismo

Estas notas parten de un documental de 26 minutos que data muy probablemente de la primera o segunda década del siglo XXI (a juzgar por la edad en ese entonces de los tres misioneros norteamericanos que, dice el film, entraron en contacto por primera vez con los xavantes en 1953), intitulado "Xavante Chronicles Part II – The new frontier", y que aparece en youtube con el título (y subtítulos) en portugués de ""Primeiro contato com o povo A’ uwen (xavante)...".

Ese documental tiene un narrador (que habla inglés) y seis personajes principales (a los que se podría agregar como protagonistas secundarios al cacique Eduardo y algunas personas más). Tres de ellos son misioneros protestantes norteamericanos (que en Brasil trabajan con una misión sudamericana de los traductores de la Biblia de Wycliffe, con sede en las cercanías de la ciudad de Cuiabá, capital del Estado brasileño de Mato Grosso, en el centro-oeste del país). Esos tres misioneros, que siendo muy jóvenes contactaron por primera vez a un grupo de xavantes en 1953, son Tom Young, Harold Reimer y Harry Bollback. Y los otros tres personajes principales son tres ancianos xavantes (que en el documental aparentan tener unos ochenta años): Mateo, Bill y Francisco.

Los xavantes son un pueblo originario que habita en el centro-oeste del Brasil, y en 2020 su población se estimaba en unas 22 mil personas.

En estas líneas queremos destacar cómo en el film se manifiestan simultáneamente un notorio cristianocentrismo por parte de los misioneros, que consideran que su cultura y su religión son mejores (y en el caso de su religión, la única verdadera/correcta), y una notoria autonegación cultural en el testimonio de los tres ancianos xavantes (que sin duda resulta de la larga y constante prédica cristianocéntrica de los misioneros).

A ese respecto es interesante notar que uno de los misioneros (Reimer) llega a citar la objeción de interlocutores que manifiestan que el pueblo xavante tiene su cultura y que habría que respetarla. Pero el misionero cree desmentir tal objeción refiriendo una supuesta costumbre en la ceremonia de iniciación de los jóvenes varones xavantes en la que los mismos llevarían al bosque a una muchacha de la tribu para abusarla sexualmente. Aun admitiendo la veracidad de ese hecho (no consignado en ninguno de los tres magníficos volúmenes que la Misión salesiana de Mato Grosso do Sul dedicó a través de la pluma de Giaccaria y Heide a la cultura xavante en los años 1975 y 1984; véase la bibliografía al final de estas líneas), no se puede dejar de contraragumentar que no se puede catalogar-estigmatizar a una cultura por un solo hecho/comportamiento. Y menos aún cuando, como Reimer, se concluye con las siguientes palabras: "Entonces ellos se hicieron cristianos. ¿Usted cree que ellos continuarán con eso? Claro que no; ellos saben que es equivocado. Entonces la cultura (hace gestos de comillas con las manos) es "destruida". Gracias a Dios que es destruida en ese aspecto".

Como se ve, se habla sin tapujos de la destrucción de una cultura, de la cual (en el caso, la xavante) en ningún momento ninguno de los tres misioneros entrevistados considera que la suya propia (incluyendo su religión) podría-tendría que aprender algo. O sea, se niega explícitamente en la práctica realizada con/respecto a los xavantes cualquier diálogo intercultural de mutuo aprendizaje.

Mas, como sabemos, los xavantes tendrían mucho que enseñar a esos misioneros y a la cultura yanqui-blanca-occidental-capitalista, por ejemplo en materia de solidaridad comunitaria y de comportamiento ecológico.

En relación a lo primero, para evitar que sólo el mejor cazador se beneficie con su destreza fuera de lo común, para todos los cazadores xavantes rige un código que establece con rigor qué parte de lo cazado (y de cada pieza ) debe distribuirse a los parientes y al grupo; de forma que toda la comunidad (hombres y mujeres, viejos y niños), recibe lo necesario para bien comer; nótese que la administración de la comida (caza y agricultura) es dada a la mujer. También impera un código de regalos recíprocos que establece que todos deben dar y recibir, pero nadie puede pedir más de lo que el otro puede dar, y cuando recibe, está obligado a dar (aunque esa compensación pueda demorar meses y aún años); ese código es tan importante en el juicio xavante que el único que en esa comunidad no tiene derecho a casarse es el egoísta (Giaccaria y Heide, 1984, p.60-71).

Y en relación a lo primero y lo segundo, la tierra se distribuye para uso colectivo de los habitantes de una misma cabaña (hogar de varias familias que reciben según sus necesidades el uso-responsabilidad de un lote), y hay rotación de las áreas cultivadas al cabo de cinco o seis años, debido al agotamiento de la tierra; esa medida tiene alto valor ecológico, y de ella los "no primitivos" blancos deberíamos mucho aprender (Idem, p. 82-83 y 224-230).

Hay que anotar también que en esa comunidad altamente organizada a través de los clanes y muy cohesionada por los lazos de solidaridad, no existe la figura del "niño abandonado" (tan común en las urbes de Nuestramérica y del llamado Tercer Mundo), pues la estructura de parentesco dentro de la tribu siempre prevé la existencia y acción de un responsable que debe hacerse cargo de cada menor.

El misionero Bollback, a su vez, dice que si antes (de cristianizarse) los xavantes "robaban y mataban era porque pensaban que aquello era un modo de vida", y aunque lo dice en un contexto en el que manifiesta que Dios ama a todas las personas (incluyendo a los xavantes, que lloran la pérdida de un hijo como cualquiera de nosotros, dice el misionero), destacamos el hecho de que, así como Reimer, Bollback reduce a la cultura xavante a tan solo dos (supuestas) características negativas, sin reivindicar nada que pudiera ser bueno de la vida pre-cristiana de los xavantes. (Además cualquier interlocutor podría preguntarle a Bollback si en su cultura e incluso entre sus correligionarios no abundan los homicidios y los robos, "legales" o no).

A su vez el hijo del misionero Tom cuenta que cuando su padre y los otros dos misioneros pasaban en 1953 con las embarcaciones de su expedición por un estrecho desfiladero, los xavantes, a quienes habían contactado por primera vez pocos días antes, les destinaron una lluvia de fechas; pero, dice el informante, un viento fuerte sopló y las flechas se desviaron para caer atrás de las canoas de la expedición. Con ello se sugiere que Dios en persona estaba bendiciendo aquella incursión, lo que se refuerza cuando el informante concluye diciendo que a partir de aquel momento los 22 hombres brasileños que conformaban la expedición pasaron a oír atentamente las lecturas y comentarios bíblicos que Tom les hacía cada día a la hora de la cena. Al oír ese testimonio se constata que en la visión cristianocéntrica de algunos (¿muchos?) nada cambió desde la invasión de 1492 hasta el siglo XXI, pues consideran su arremetida en territorios indígenas para suplantar en ellos las milenarias culturas existentes por la de los invasores como una empresa querida y bendecida por Dios en persona, ya que el cristianismo es la única religión verdadera/correcta (y también lo es la vida "cristiano-capitalista").

Esa visión es tan clara que cuando el documental muestra la nueva visita en avioneta de Reimer en el siglo XXI a los indígenas cuya aldea conoció en 1953, éste aclara de inmediato (para sus correligionarios, mirando a la cámara) que algunos de sus huéspedes están entonces pintados porque aquel era el Día Nacional del Indio en Brasil (el 19 de abril), y que por eso "están celebrando y recordando algunas de las antiguas tradiciones que tenían hace años antes de que el Evangelio llegase hasta aquí"; con esas palabras demuestra otra vez que considera la cultura xavante como algo atrasado y de un pasado ya (felizmente, gracias a Dios) superado. Ratificando esa visión, al mostrar el interior de una casa xavante, dice Reimer que los xavantes "viven en casas muy simples y rústicas, con muy poco de lo que llamamos necesidades y conforts de la vida"; para agregar bonachonamente: "Pero Dios ama a estas personas tanto como a ama a usted y a mí". Y remata: "Y otra cosa: esta gente es capaz de aprender; no es que ellas tengan un bajo QI, sino que ellas tuvieron muy pocas oportunidades de aprender. Y cuando tienen esa oportunidad ellos pueden entender lo que significa realmente nacer de nuevo. Ellas consiguen entender y apreciar el hecho de que Cristo es el Salvador y que el volverá para cambiar su vida". Aquí Reimer pasa por alto todo lo que los xavantes "aprendieron" por milenios dentro de su cultura (como por ejemplo, la solidaridad comunitaria y el comportamiento ecológico). Pero en el final de las palabras de Reimer hay que relevar una expresión que vuelve casi al final del video en boca del narrador, que dice: "Los xavantes necesitan ayuda en su lucha contra la pobreza, pero ellos aún tienen esperanza. No una esperanza en visitantes bienintencionados o en el gobierno. La gran esperanza de muchos de los xavantes es Jesús. Casi todas sus canciones expresan la promesa de la Biblia de que un día Jesús volverá y los llevará a un lugar mejor". Esta conclusión es tanto más notable cuando se constata que el documental menciona las matanzas y robos de tierra de los que los xavantes han sido víctimas por parte de hacendados y empresas nacionales e internacionales; pero aún así no apuesta el narrador a ninguna medida de transformación social ecomunitarista que pueda devolverle a los xavantes la tierra y la garantía de que no serán masacrados, sino que, como en 1492, apunta a una vida xavante feliz solo después de la muerte, merced a la vuelta de Jesús.

Y vale la pena destacar por lo menos otra "perla" del narrador. Cuando en el film la imagen muestra a una niña xavante de unos 7 años, dice el narrador (reiterando lo referido antes por Reimer): "Esta es la hija de Jonah, nieta de Francisco. A diferencia de la generación de sus abuelos, cuando ella se case ella será la única mujer de su marido. Ella nunca será sometida a las violencias de los ritos de pasaje de los jóvenes xavantes de su aldea". Y remata: "Ella no crecerá para vivir en la ira y el miedo de la antigua cultura xavante". Como se nota, otra vez dicha cultura es resumida/reducida en/a dos perentorios trazos negativos: la ira y el odio. (Además un interlocutor podría preguntarle al narrador cómo se explica que los muy cristianos mormones estadounidenses tienen más de una mujer "legal", además de las "ilegales" que ellos y/u otros muchos estadounidenses tienen).

La otra cara del cristianocentrismo vivido e inculcado en los xavantes por los tres misioneros es la autonegación cultural expresada por los tres ancianos xavantes del documental (que visten a la occidental, aunque se expresan en xavante).

Dice el anciano Mateo: "En el pasado los xavante eran muy desorganizados, eran malos, porque no tenían la palabra de Dios en sus vidas. Y por eso vivían de aquella forma, mal y desoganizadamente".

Y dice el anciano Bill: "Cuando yo era joven quería ser guerrero y estaba pronto para luchar y matar a cualquiera; pero después de que vinieron los misioneros y escuché la palabra de Dios quedé muy feliz de oír la palabra de Dios. Así mi vida cambió. Encontré a Cristo y eso me dio paz y alegría a mi corazón, lo que es muy importante para mí. No puedo vivir más de otra manera. Dios está en mí". Incorporando la visión de Reimer y del narrador, Bill resume la cultura xavante precristiana a la ira del matar (sin por qué, cuando se sabe que desde la invasión de los blancos los xavantes lo hicieron para defender su territorio y su sobrevivencia como tribu).

Veamos ahora el caso de la danza (en una posición de censura que hace recordar la de los actuales talibanes y que sin duda fue impuesta/inculcada por los misioneros). Dice Mateo: "Antes los xavantes tenían una vida inmoral. Por eso les gustaba la danza. Con esas danzas las mujeres danzaban con los hombres. Si quería la mujer danzaba y escogía con cuál hombre quería quedarse. Las mujeres no querían solo un marido y el hombre no quería solo una esposa. Y en los negocios entre hombres pagaban con mujeres para cualquier tipo de negocio". Aquí hay que destacar cómo Mateo cataloga como "inmoral" a su propio pueblo, y resume/reduce toda la riqueza cultural-comunitaria-religiosa-ritual de las danzas xavantes en un único aspecto relativo a la relación entre la danza y la poligamia y poliandria ("legal" o no), internalizando la obsesión/fijación que desde 1492 los misioneros tienen en relación al matrimonio monogámico (negado desde siempre de forma "ilegal" en las tierras de las muy cristianas potencias conquistadoras/colonizadoras de Nuestramérica; además cabe preguntarse si la institución de la monogamia no deriva simplemente del prosaico y muy materialista deseo de establecer legalmente quién ha de ser el "legítimo" heredero, tanto del trono como de la fortuna). En todo caso, confirma nuestra lectura el testimonio del anciano Francisco cuando dice: "Antes de conocer a Jesús yo tenía dos esposas. Cualquier xavante podía tener 5 o 10 esposas". Pero/y Francisco agrega de inmediato: "Como en las guerras había muchos hijos muertos , cada hombre tenía muchas mujeres para tener muchos hijos". Es interesante destacar aquí que, a diferencia de lo manifestado por Mateo, Francisco nos da una clave muy concreta para entender el por qué (por lo menos un por qué) de la poligamia practicada por los xavantes; y tal por qué es el mismo que el Paraguay esgrimió en el siglo XIX para tolerar la poligamia después de que su población (en especial la masculina) fue diezmada por la Guerra de la Triple Alianza.

Dicho eso, es obvio que a partir del final de las palabras de Mateo recién citadas cabe reafirmar la necesidad del imprescindible diálogo intercultural ecomunitarista (ver nuestros trabajos en la bibliografía final) que hay que mantener en postura de mutuo aprendizaje con los pueblos indígenas de Nuestramérica respecto del machismo (milenario en nuestra cultura "blanca" y también imperante en por lo menos algunas de esas culturas).

Contrapunto a los tres misioneros y a los tres ancianos xavantes hace el cacique Eduardo (de unos 40 años), que aunque hablando en portugués dice vestido, pintado y armado como xavante en el Día del Indio filmado por el documental: "Hacemos todas estas ceremonias para acordarnos de nuestros padres y abuelos, para acordarnos de donde vinimos; no queremos olvidar quiénes somos y esas son las prácticas que nuestros antepasados tenían. Hacemos esto todos los años en este día para recordar nuestro pasado y nuestro derecho a estas tierras".

Como decía mi abuelo Emilio: "Más claro, echarle agua".

Es contando con la postura de Eduardo que proponemos un diálogo intercultural de mutuos aprendizajes para que en esta Nuestramérica donde se cruzan las culturas originarias, blanca, negra, asiática y polinesia, avancemos unidos hacia el Ecomunitarismo, cuyo lema central, apoyado en la aplicación cotidiana de las tres normas éticas fundamentales, reza: "De cada un@ según sus capacidades y a cada un@ según sus necesidades, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad".

Bibliografía

Bartolomeu Giaccaria e Adalberto Heide, Jerônimo xavante conta, Ed. Casa da Cultura, Campo Grande, Mato Grosso, Brasil, 1975.

---- Jerônimo xavante sonha, Ed. Casa da Cultura, Campo Grande, Mato Grosso, Brasil, 1975.

--- Xavante, povo autêntico, Ed. Casa da Cultura, Campo Grande, Mato Grosso, Brasil, 1984 (segunda edição).

Sirio López Velasco, Filosofia ecomunitarista aplicada – Textos breves 2022-2023 (Org. Claudinei A. de Freitas da Silva), Ed. Fi, Cachoeirinha, Brasil, 2023; disponible gratuitamente en

https://www.editorafi.org/ebook/a042-filosofia-ecomunitarista-aplicada

--- , "Por una conjunción ecomunitarista de vivencias en Abya Yala", in Aporrea, Caracas, 25/8/20, 3 pp., en https://www.aporrea.org/internacionales/a294379.html

--- "Arce y Choquehuanca: brevísimas notas", un Aporrea, Caracas, 9/11/20, 3 pp., en

https://www.aporrea.org/internacionales/a297098.html

--- "Primeras hipótesis ecomunitaristas sobre la alienación en las religiones indígenas de Abya Yala", aún inédito, 9 pp.



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Sirio López Velasco

Uruguayo-brasileño-español. Filosofo y Lingüista, profesor universitario jubilado

 lopesirio@hotmail.com

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